ARCOÍRIS DE CUENTOS
“Frida
Gabriela Correa García tiene nueve años y cursa el 4° grado en la Primaria Rural
Venustiano Carranza, en Tavera, municipio de Juventino Rosas, Gto. Le gusta
contar cuentos desde que tenía cuatro años de edad. Participa como Cuenta Cuentos
desde primer año de primaria. Ha ganado para su escuela el primer lugar por
tres años consecutivos. También tuvo el privilegio de asistir al taller “Pequeños
narradores” en la biblioteca Juventino Rosas, participando en varios concursos
donde fue ganadora a nivel estado dos años seguidos y un segundo lugar en el
tercer año, todo esto organizado por el Instituto Estatal de la Cultura.
También escribe historias de dragones, valores y princesas que cambian la
historia. Ha escrito ya cuatro cuentos basados en momentos importantes de su
vida como:
Arcoíris y la pastilla mágica, que habla del cáncer de mama, el cual lo hizo pensando en sus abuelitas.
Los
invencibles, se inspiró en sus
tíos que viven en los Estados Unidos.
El
poder de las palabras, se basó en una persona
que ella admira.
El
deseo, pensando en todas y cada una de
las mujeres debido a que todas somos trabajadoras, valientes, independientes,
amorosas y muy fuertes.
Todo
esto ha sido con el decidido apoyo que
le han brindado sus maestros de primaria y la Biblioteca Juventino Rosas, donde
comenzó a prepararse con la bibliotecaria Tomasa Cacique Roque, también Cuenta
Cuentos. Otras personas con quienes se ha capacitado son algunos maestros del
Instituto Estatal de la Cultura como: Bernardo Gabea, Khale, Laura Casillas,
Lety Zavala, Armando González, Verónica García, Florina Piña, Liliana Zapata,
Pedro Sosa y Sara Zepeda”.
Conocí a Frida en León, durante la
presentación de mi último libro de cuentos infantiles, La Araña en los ojos
azules del gato -publicado en Braille- y me agradó su desenvoltura y capacidad
para escribir y narrar ella misma sus historias. Para el Diezmo de palabras es
un honor presentar una de sus obras en este espacio que nos brinda El Sol del
Bajío y que, con el paso de los años, se ha vuelto punto de referencia para
conocer el trabajo literario de autores de Celaya y del estado de Guanajuato,
ya sean escritores con trayectoria o pequeños con talento que deben ser
motivados a continuar, como Frida Gabriela y los otros niños escritores que
acompañan este Arcoiris de cuentos.
Vale.
Julio
Edgar Méndez
EL
DESEO
Frida
Gabriela Correa García (9 años)
Hace
mucho tiempo había una princesa muy intrépida. Le gustaba ver a sus caballeros
en acción. Era la menor de tres hermanos pero su padre pensaba que era frágil y
delicada como una flor. El tiempo pasó y el rey envejeció, así que un día los
llamó y les dijo:
—Hijos míos, necesitamos un
heredero. Ustedes tres se convertirán en caballeros y tú, pequeña mía, tendrás
que ser su escudero.
Ella
obedeció al pie de la letra. Hacía todo el trabajo. Cargaba las armas, pulía la
armadura, bañaba al caballo; cocinaba el pan, asistía a la escuela, preparaba
estrategias y, a veces, hasta bordaba como algunas mamás.
Pasó
el tiempo y llegó el día de la elección. El rey invitó a un hada muy inteligente
y poderosa para que no hubiera ningún error. Los tres príncipes y su escudero
estaban listos. Hicieron batallas con hachas y espadas. Cuando terminaron, el
hada dijo:
—Príncipe, primero pide tu deseo.
—Yo quiero ser fuerte y muy
valiente.
—No, no, -dijo el hada- pues traerías violencia a tu reino.
—Príncipe segundo, pide tu deseo.
—Yo quiero tener riquezas y ser el
más guapo.
—No, no, -dijo el hada- pues
traerías pobreza a tu reino por tu vanidad y codicia.
—Príncipe tercero, pide tu deseo.
El príncipe,
muy asustado, no sabía qué pedir, qué tal si le decía que no.
—Por tu temor no serias buen rey,
alentarías ladrones en tu reino y te robarían.
El
rey, satisfecho, le dijo al hada:
—¿Quieres descansar?
—No, no, pues hay un escudero que
quiero escuchar. Pide tu deseo, princesa.
Y la
princesa le dijo:
—Quiero ser dragón con cuernos de
chiva y cola de león, volar por los cielos, cuidar las familias, luchar por los
pobres y los campesinos; cuidar de mi padre y de mis hermanos y de esa forma
alejar a los malos.
Y el
hada, con una gran sonrisa, le dijo:
—Por ser trabajadora y de puro
corazón y por tan buen deseo cuidarás a todos, mi bello dragón.
Y el
rey aceptó, pues el deseo dentro de su corazón era que su hija fuera su
heredera desde que nació.
Moraleja:
La mujer es fuerte, valiente e independiente y, lo mejor, es la protectora de
la familia.
LA
GRANJITA DE ROSITA
Jennifer
León Campos (5 años)
Jardín
de niños Miguel Alemán Valdés, Celaya
Había
una vez una señora y una niña llamada Rosita, que vivía en el campo con muchos
animalitos. Tenía una vaquita que hace muu muu, una chivita que hace meee meee,
una gallina que hace pio pio y un gallito que hace quiquiriquí quiquiriquí y
¡muchos animalitos más! Por las mañanas,
cuando el gallito canta quiquiriquí, Rosita y su mamá se levantan muy temprano.
La mamá ordeña la vaquita muu y a la chivita meee. Mientras, Rosita recoge los
huevitos de la gallina pio pio y va al huerto y corta frutitas y verduras,
porque a Rosita, antes de irse a la escuela, su mamá le da de desayunar su
lechita, sus huevitos, su fruta y
verduras. Porque Rosita es muy fuerte y sana e inteligente, Aprende rápidamente
todo lo que sus maestros le enseñan. Además, todos los niños debemos de comer
bien para estar sanos y fuertes, como Rosita de la granjita. Rin Rin, este
cuento llegó a su fin.
LAS
HORMIGAS Y LAS TRES ARAÑAS
Paolo
Dominic Miranda Herrera (7 años)
Primaria
Urbana Revolución, Celaya
Había
una vez un lindo bosque de árboles, pinos, flores y mucho pasto. Había un
hormiguero lleno de hormigas peligrosas. No eran las únicas, también había tres
arañas que querían comérselas y estaban esperando para que las hormiguitas
salieran de su hormiguero para comérselas a todas.
Las
tres arañas bajaron de un árbol y se escondieron en el pasto para comerse a las
hormigas. Las hormigas más pequeñas salieron de su hormiguero y las arañas se
escondieron para comérselas
Cuando
se descuidaron, las agarraron y se fueron muy, muy lejos a comérselas a todas.
Las hormiguitas que estaban en el hormiguero salieron buscando comida por todos
lados y las arañas regresaron asustando a todas las hormiguitas y, cuando
estaban corriendo, una hormiguita vio a una de las arañas y dijo:
—¡Sus patas están llenas de pelos y
sus ojos son grandes y pelones!
Se
fueron corriendo las demás hormigas. Llegaron a su hormiguero y vieron que ya
no tenían comida y a una hormiguita se le ocurrió una idea y les dijo a las demás
que ella tenía una idea. Que se pusieran a trabajar para construir una trampa
para atrapar a las arañas, y se pusieron a trabajar mucho y terminaron su
trampa. En ella pusieron tres frutas diferentes, una era fresa, otra naranja y
un enorme, pero enorme melón.
Las
tres arañas se juntaron y empezaron a comerse la fruta y una hormiga dijo que
ya tenían a las tres arañas y entonces jalaron la cuerda y las atraparon y
todas muy contentas saltaron de gusto, pues ya nadie las molestaría. Y vivieron
felices para siempre en aquel bello jardín.
EL
CONEJITO PELUDO
Santiago
Alberto López Olivares
Escuela
Carmen Serdán, Celaya
Había
una vez en un bosque muy hermoso lleno de flores, árboles, mariposas y lagos,
una madriguera en la cual vivía una pareja de conejitos que eran muy felices
con sus tres hijos.
Un
día el esposo conejo le dijo a su esposa:
—Oye conejita ¿no crees que
deberíamos tener otro conejito? ¡Eres una coneja, debes de tener muchos bebés!
La
coneja se puso muy feliz y le pareció
muy buena idea. Al poco tiempo nació el nuevo bebé conejo, pero todos se
quedaron sorprendidos, muy sorprendidos, pues tenía mucho pelo… era un conejito
muy peludo.
Cuando
lo vio su mamá dijo:
—¡Oh!, este bebé no parece un conejo,
parece un oso.
Luego
lo abrazó muy fuerte y lo cuidó con mucho amor. Al pasar el tiempo el conejo
bebé creció muy sano, fuerte y valiente.
Un
día en el bosque el conejito peludo se encontró a otro conejo que se le quedaba
mirando muy extraño y quien le dijo:
—¿Por qué estás tan peludo?, hasta
parece que acabas de salir de la secadora, estás todo esponjado. ¡Qué conejo tan feo!
El
conejito peludo se fue corriendo a su casa buscando un espejo para verse y
decidió cortarse todo el pelo, con unas tijeras que encontró. Estaba muy feliz
pues ya no tenía tanto pelo, se sentía muy guapo.
Pero
al poco tiempo le volvió a crecer el pelo y dijo:
—¿Qué hare? ¿Qué hare?, ¡ya sé, me voy a rasurar!
Se
metió a bañar en agua caliente y se rasuró todo, todito, por poco hasta se
corta las orejas y la colita. Cuando se vio en el espejo, se escuchó un fuerte
grito…
—¡Nooo, parezco un xoloitzcuintle,
estoy todo pelón!
Y no
salió de su casa hasta que le creciera el pelito. Se resignó a estar peludo y
el tiempo pasó.
Un
día conoció a una coneja muy hermosa que tenía unos ojos grandes y unas
pestañas largas, largas; se enamoró
perdidamente de ella. En una ocasión se armó de valor y le dijo:
—Conejita, yo te quería decir que si
quieres ser mi novia, pero de seguro no vas a querer porque soy muy peludo.
La
coneja se quedó muy sorprendida y le dijo:
—¡Pero si me encantan los conejos
peludos! Están tan suavecitos, tan acolchonaditos y tan guapos. ¡Claro que sí
quiero ser tu novia!
Después
de casaron y tuvieron muchos conejitos hermosos, unos peludos y otros no tanto.
Entonces el conejo comprendió que no debemos hacer caso de las críticas
negativas pues la belleza es muy relativa.
GORILÓN
Andrés
Casique Díaz de León (5 años)
Jardín
de niños General Ignacio Allende
Había
una vez una ratoncilla que estaba buscando a su bebé. Y su bebé era tan
pequeñito, tan pequeñito, que nadie lo podía ver. Subió a una alta, pero alta
montaña y después... ¡Se cayó! Y de ahí dio tantas, pero tantas vueltas que no
lo pudo encontrar. Se encontró a Gorilón, que le dijo: —¡A-l-t-o!
Pero
la ratoncita se fue corriendo, corriendo corriendo hasta llegar a China, y se encontró a un panda que
le dijo: —¿Por qué huyes, ratoncilla?
—¡Me viene persiguiendo el gorilón,
me destripará y me comerá!
Gorilón
la alcanzó y le gritó: —¡A-l-t-o!
La
ratoncita se fue corriendo, corriendo, hasta Nueva York y ahí se encontró con
una ardilla que le preguntó: —¿Por qué huyes, ratoncilla?
—Me viene persiguiendo Gorilón, me
destripará y me comerá, ¡AAAHMMM!
Gorilón
la alcanzó de nuevo y le gritó: —¡A-l-t-o!
Otra
vez se fue corriendo corriendo, corriendo y se subió a un submarino y pasó
debajo del mar. Llegó a una isla y se encontró con un Koala, que le dijo:
—¿Por qué huyes, ratoncilla?
—Me viene persiguiendo Gorilón, me
destripará y me comerá, ¡AAAHMMM!
Gorilón
la alcanzó otra vez y le gritó: —¡A-l-t-o!
La
ratoncilla salió corriendo, corriendo y ya no podía correr porque había nieve tan
pesada que ya no pudo avanzar. Gorilón la alcanzó y le dijo: —¡Alto, no huyas,
detente!
La
ratoncilla cerró los ojos y pensó que ya no estaría enfrente de ella, pero
Gorilón le dijo:
—Yo tengo a tu bebé, lo encontré en
la selva escondido en un árbol -y se lo enseñó en sus grandes manos,
acurrucado-, ¿por qué huías, ratoncilla?
—Tenía miedo.
—Vengan conmigo, sé que la selva es
muy grande, yo los llevaré a su casa.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya, Gto.
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