jueves, 30 de octubre de 2025

La gema oscura

 


La gema oscura

Victoria Vázquez Tirado

 

Erwin nació en Celaya. Era una niña con ojos y cabello del color de un cielo nublado. Aunque era linda y tranquila, sus padres la maltrataban, casi siempre le pegaban y le gritaban. Le daban de comer solo una vez al día, por eso ella comenzó a guardarles rencor.

            Al cumplir veinte años se escapó de su casa y se fue a vivir al bosque, a una vieja cabaña abandonada. Finalmente se sentía libre. Una tarde nublada cayó un meteorito tan rápido que no lo vio venir. El meteorito quemó todo el bosque, el incendio duró algunos días y cuando se apagó, decidió acercarse a ver el lugar. Cuando llegó hasta el sitio del impacto encontró medio enterrada una gema de un color negro como la noche. También había un metal brillante y muy duro junto a la gema.

            Cuando tocó la gema se formó un vapor que, moviéndose entre la gema negra y el trozo de metal, comenzó a entrar por su boca y nariz. Sus ojos cambiaron del color azul nublado a un amarillo verdoso. Su aspecto también cambió, era otra persona, con una mentalidad distinta. Comenzó a escuchar voces en su cabeza, que le daban instrucciones.

            Con el metal construyó un cetro y en la punta de arriba le colocó la gema. Lo agitó como prueba y de la nada cayó un rayo rojo justo en el lugar donde ella apuntó. Se dio cuenta de que la gema tenía un poder inmenso de destrucción.             Después de algunas pruebas más, se encaminó a la ciudad donde nació y comenzó a causar caos y destrucción en varias partes. El rencor hacia sus padres le hizo odiar a toda la ciudad. Pronto su sed de caos no paró y destruyó ciudades enteras, las autoridades intervinieron pero era imposible derrotarla, ya que su poder era inmenso.

            Sin saberlo, desde el día que cayó el meteorito a la tierra, otra persona también encontró una gema y parte del desconocido metal. La chica se llamaba Miranda. Ella también tenía un cetro, pero lo había mantenido en secreto hasta que supo de las terribles noticias por el desastre causado por Erwin.

            La gema de Miranda era de color azul celeste. Pensó que quizás esta era la razón de que encontrara la gema y el metal, porque descubrió que tenía poderes. Viajó desde los Estados Unidos, donde ella nació y buscó a Erwin. Siguió su rastro por varios días hasta que la encontró y la enfrentó. Comenzó una pelea que duró tres horas seguidas hasta que Erwin no aguantó más y terminó derrotada y las autoridades la arrestaron.

 


Ese no sería el final ya que se había quedado con un pequeño pedazo de la gema, el cual utilizó para escapar. Aunque el pedazo era pequeño, tenía el suficiente poder como para romper las rejas y unos cuantos muros, solo le faltaba encontrar el cetro que estaba en un laboratorio donde estaban examinando la gema y el metal. Usó el pedazo de la gema para infiltrarse y robar el cetro.

            Cuando de nuevo lo tuvo en sus manos salió rápidamente de ahí, pero en el camino se encontró con Miranda, su mayor enemiga hasta la fecha. Esta vez, en lugar de quedarse a pelear, se fue porque sabía que no era rival para ella. Salió corriendo al lugar donde cayó el meteorito y empezó a recolectar el resto de metal y también buscó otra gema, pero solo encontró más metal. Así que pensó en donde podría encontrar otra gema, y se le ocurrió que podría buscar otro meteorito.

            Buscó por todo México, sin éxito. Cuando estaba a punto de rendirse fue al lugar donde cayó el primer meteorito pero no encontró algo. En su lugar estaba la gema azul de su enemiga, Miranda y junto a la gema había una nota que decía: ¿Es esto lo que buscabas? y firmaba una persona llamada Ana.

            Extrañada tomó la gema, esta era de un color parecido al mar. Se fue a una casa abandonada a construir otro cetro aparte del que ya tenía, pero rápidamente descartó la idea y decidió unir las dos gemas para conseguir otra más poderosa.

            Después de unir las dos gemas usó el metal para construir un segundo cetro. Mientras tanto, Miranda estaba desesperada buscando su gema, pero por más que buscaba no encontraba nada, estaba completamente segura de que Erwin se la había robado, pero a la vez temía que si eso era cierto, sería el fin del mundo.

            También se preguntaba cómo le había podido robar su gema, ya que estaba resguardada en un lugar súper secreto, que además estaba lleno de trampas y de guardias. De pronto, de la nada se rompió la pared y apareció Ana. En ese momento Miranda no sabía que aquella chica se llamaba Ana, ni siquiera sabía quién era, entonces Ana le dijo su nombre y le entregó un pedazo de la gema de Erwin. Ana le dijo que tenía que usar ese pedazo para construir un arma y, antes de que pudiera decir algo, Ana se esfumó.

            Ahora Miranda tenía tres problemas, averiguar qué arma hacer, por qué razón Ana tenía un pedazo de la gema y por qué se la dio. Después de pensar un poco llegó a la conclusión de que esa chica le había robado su gema, pero… entonces ¿por qué le dio ese pedazo de la gema? ¿De qué lado estaba? No lo sabía, o quizás ella no fue la que le robó su gema, Todo era tan confuso, le dolía la cabeza de tanto pensar, pero tenía que hacer algo pronto.

            Mientras tanto, Erwin iba camino adonde estaba Miranda, en ese momento no pensaba en nada más que en ir a vengarse, iba tan rápido que parecía una estrella fugaz, en eso algo le cayó en la cabeza, alguien le lanzó una roca, se detuvo y qué gran sorpresa se encontró cuando vio a su madre, al parecer su madre sobrevivió al desastre que hizo en su ciudad. Su mamá le siguió lanzando rocas. Erwin la ignoró y siguió su camino, pero su mamá la empezó a perseguir y le siguió lanzando rocas:

            ̶ ¿¡Qué quieres!? -le dijo, desesperada-.

            ̶ ¡Quiero detenerte antes de que destruyas todo! -contestó su mamá rápidamente-.

            ̶ Pues sigue intentando, no lo vas a lograr. Después de que le dijera eso se fue directo a donde estaba Miranda.


            Cuando llegó al laboratorio entró rompiendo la pared, pero no encontró a nadie, avanzó un poco y una jaula de hierro cayó encima de ella, pero la destruyó fácilmente. Se enojó mucho más de lo que estaba y la siguió hasta llegar fuera del laboratorio, donde estaba la verdadera trampa. Ahí la estaba esperando Miranda. Antes de que Erwin pudiera hacer algo, Miranda la atrapó en una jaula de magia que hizo con su pedazo de gema. Aunque el pedazo de gema de Miranda no era suficiente para contener a Erwin. Rápidamente la chica rompió la jaula y le dio una paliza a Miranda. Miranda no podía defenderse, ya que su pedazo de gema no era nada contra el cetro de Erwin, así que no tuvo más remedio que retirarse y huir. Cuando la perdió de vista empezó a pensar en un nuevo plan, hasta que recordó algo.

            Le habían dicho que desde que Erwin tomó la gema, algo maligno entró en ella, así que si lograba sacar eso de Erwin, podría ganar la guerra. Necesitaba la ayuda de Ana porque ella era bastante sigilosa, tan sigilosa como para robar su gema que estaba resguardada con muchas trampas, lo malo es que no sabía dónde estaba y aparte no tenía ninguna pista sobre donde podría estar.

            Mientras pensaba en eso estaba corriendo para alejarse de Erwin. Cuando encontró refugio se calmó un poco y pensó que tenía que volver al laboratorio, donde podría haber alguna pista, aunque las probabilidades eran bajas. ¿Qué podría perder?

            Salió rápidamente de aquel refugio y corrió hacia el laboratorio y se escondió en un mueble que había sobrevivido a la pelea y afortunadamente encontró un pedazo de cabello de Ana, por lo cual podría encontrarla porque usaría su ADN como rastro. Al parecer ella vivía en Salamanca, pero estaba muy herida como para viajar. Rápidamente llamó a su mejor amiga, ella accedió a ayudarla y fue lo más pronto posible hacia allá. Tenía que ir discretamente y cuando llegó ni siquiera hizo ruido, Miranda se sorprendió por lo sigilosa que era. Mientras le contaba todo, su amiga reveló que ella era Ana, Miranda se volvió a sorprender, esto significaba dos cosas: que su amiga le había robado y que ya no tendría que viajar a otro país ¡Sí! ¡Qué bien! ¿Verdad?

            Le contó su plan, el cual era cansar a Erwin hasta el punto de que ya no pudiera atacar más, las dos sabían que no iba a ser tarea fácil. ¿Cómo la iban a cansar si tenía una enorme fuerza? Era más probable que ellas se cansaran más rápido.

            En el momento en que las dos llegaron al lugar, vieron que ya las estaba esperando Erwin, también las habían seguido unos helicópteros y aviones del gobierno, al parecer los Estados Unidos querían intervenir en todo esto, pero no les saldría muy bien.

            En el momento que llegaron, Erwin derribó los aviones y helicópteros y se distrajo, en ese momento Ana le pudo quitar su cetro y se lo lanzó a Miranda, aunque ella no lo pudo atrapar. El cetro cayó al piso y se rompió, hubo un gran estruendo, comenzó a salir vapor y en medio de todo el espíritu maligno. Se evaporó para siempre en medio de un torbellino.

            Erwin volvió a conocer la paz.


Cuento infantil escrito la niña Vicky Vázquez Tirado, quien forma parte del Taller literario Diezmito de Palabras. Imágenes creadas con IA. Forma parte del libro Cuentos para no caerse de la cama de 2024. Disponible en Amazon. www.diezmodepalabras.com/diezmito.html


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