LeTrazos (Parte 3)
Con
esta tercera y última parte de LeTrazos,
enviamos un agradecimiento a los poetas y artistas que participaron en el
proyecto, iniciativa del artista Miguel Ángel Sánchez y de Lorena Martínez
Castañón.
Este tipo de propuestas culturales
son fundamentales para unir a la comunidad artística y literaria de nuestra
ciudad. Unión es lo que se requiere para que juntos podamos promover la lectura
y el aprecio por el arte. Seguramente habrá nuevos proyectos donde distintas
disciplinas creativas podrán combinarse para alcanzar a más personas, sobre
todo pequeños, que podrán disfrutar de una enriquecedora experiencia
multidisciplinaria. Vale.
“LeTrazos nació con la idea de
enlazar, más directamente, las letras y los pintores celayenses, a la pregunta
de ¿No sería genial si veinte pintores ilustraran a veinte poetas de Celaya? La
idea maduró y maduró; todo fue hablar con amigos y más amigos, al poco tiempo
ya se tenían los veinte poemas y los veinte pintores, lo demás quedó en los
pinceles de cada quien.
LeTrazos también fue con la idea de
darle un evento más a la celebración del Sabino de los Poetas. Los cuadros se
presentaron alrededor del centenario árbol que cada año aloja, con motivo del
Día Mundial del Libro, a narradores y a poetas y, desde este 2018, también a
pintores.
Miguel
Ángel Sánchez”
ANFIBIO SAGRADO
Poema de Beatriz Gantes Luna
Ilustración de Rosaura Tamayo
Débil
y mudo anfibio blanco
Te
hundes despacio hasta la sombra profunda de la muerte
Sin
voluntad asciendes a la vida con una respiración aletargada
El
silencio observa el paisaje desolado de tu cuerpo
Mientras
el tiempo se alimenta del tejido poroso de tus pulmones
Por
ello respiras con fatigada en el menor movimiento
Te
pierdes en el blanco desierto de una sábana
Tenues
trazos de sombra dibujan apenas algunos contornos
De
un cuerpo enroscado como un feto
Que
está a punto de nacer en el mundo de los muertos
No
hay una línea pequeña siquiera
La
de tus cejas o pestañas
Menos
la de tus labios secos, cerrados y mudos.
Tu
cabello todo se rindió fácil desde el primer antídoto contra la corrupta célula
roja
No
hay indicio de vida
Todo
rastro es de muerte
Quieta
y banca como la luna
Te
pierdes en medio de una noche de profunda soledad
Sin
una sola estrella de esperanza
Sólo
por un instante abres débil los ojos
El
primer par de puntos de tu cuerpo aparece
Son
tus pupilas que observan, serenas, el mundo
Y
con tristeza te das cuenta que aún sigues viva.
II (FRAGMENTO DE LA PACIFICACIÓN DE LA BAHÍA)
Poema de Eugenio Mancera
Ilustración de Irene González Nieto
La
vida se hace de muerte y agonía
y la
muerte es un río, una caída de agua
en
la espesura y en la sombra
que
amarga la mirada;
una
caída del tiempo en el tiempo,
en
el infecundo aro de la noche,
en
la bahía donde las lágrimas desaguan.
Es
la muerte una sábana callada;
luna
de ceniza donde el amor se acalla
y se
vuelve tiempo, dolorosa memoria.
Luna
honda, velo nupcial sin fin,
atada
al mar de la tristeza
y a
la sombra de la alcoba
que
deja escurrir un llanto lastimero
mientras
en el lecho contaminado de sangre y mar
yace
la pena de la memoria más grande.
SE QUEMABA EL HORIZONTE
Poema de José García Miranda
Ilustración Olga García López
Se
quemaba el horizonte con el sol que se moría
juntamente
con el día vi a la tarde calcinar,
como
el manto de torero el espacio convertía
y la
arena de la playa forma el ruedo con el mar.
El
espacio se enlútese como pira calcinada
y la
luna enamorada pinta en negro su tisú.
Se
ha quemado el horizonte, sepultado está en la nada
y mi
alma está de luto porque muero y no estás tú.
La
cenizas van cruzando con el vuelo de las aves
los
espacios y los vientos, y se van, se van, se van…
y se
pierden en el fondo infinito como naves,
en
las sombras calcinadas sin el mástil morirán.
Se
quemaba el horizonte más profundo de mis ojos
con
el sol de tus pupilas pudo lento fenecer,
calcinados
se han quedado los crepúsculos más rojos
que
murieron de tus ojos en aquel atardecer.
Solamente
las cenizas del crepúsculo y las mías
se
quedaron en rescoldos de las llamas del dolor.
Ya
no hay tardes, ya no hay noches, sólo tumbas ya vacías
las
cenizas de mi muerte se esparcieron sin tu amor.
DUNAS ERRANTES
Poema de Soco
Uribe
Ilustración de Luis Melgoza
Con
suaves soplos, Eolo, labora sin descanso.
Erige
figuras caprichosas.
Dibuja
en el paisaje cuerpos esbeltos.
Los
entrelaza y cubre su desnudez.
Vierte
sobre ellos luz de sol y azul del cielo.
Al
llegar la tarde, el hijo de Poseidón pierde la paz.
Flechas
solares traspasan su etérea figura.
Se
torna intolerante, enfurece.
Rompe
el silencio del desierto.
Provoca
violentas tempestades pétreas.
Emergen
serpientes ondulantes a la superficie.
Se
trenzan de luz y sombras, reptan.
Se
transforman en medusas gigantes.
Por
la noche, el dios silbante, aquieta su
furia.
Se
desploma sobre las dunas.
Su
vaho helado peina al pálido desierto.
Tiende,
sobre éste, un lienzo nuevo.
Lo
fondea, luz sonrosada de la aurora.
Un
nuevo espejismo aparece ante mis ojos
Dunas
errantes.
AL SABINO DE LOS POETAS
Poema de Celso Rico
Ilustración de Marco Aurelio Montes Esquivel
A
quiénes te leen quiero conocer
cerca
de tus múltiples y viejas ramas
hablar
con los poetas quienes me han de ver
leyendo
este poema que se derrama
en
suspiros matutinos, en clara voz.
Porque
esos amigos poetas que a ti te aman te visitan para darte mucho amor
bajo
tu sombra fresca que unidos aclaman porque esas poetisas te dan vida
como
lo hicieron con sus propios hijos
Ellas
te dan bióxido con tinta
con
las palabras que mecen el ritmo
Sabino
del poeta quiero conocerte
porque
han alimentado tu vegetal alma
cada
vez que venimos con gusto a leerte
nuestras
rimas poemas con mucha calma.
Para
ti, esa elección ha sido gran suerte
pues
te alaban con inmensa alegría
con
los párrafos y las estrofas que ellos vierten
En
sus versos, poemas, prosa y poesía.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya, Gto.
**Las ilustraciones son propiedad de sus respectivos autores.
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