POR USTED, ALMA MÍA
-Poetas del Diezmo de Palabras-
“Por usted, alma mía,
vuelve la luz del sol
a nadar en el agua de mis ojos.”
Herminio Martínez
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
DEL
OTRO LADO DE LA VIDA
Mary
Hernández y Víctor Manuel García
En
lo que llegas a casa,
esperaré
en la ventana
para
ver el día
en
que te acerques.
El
reloj da la media noche,
Encenderé
una vela
para
iluminar tu camino.
En
lo que el sol sale,
prepararé
café.
El
que tanto te gusta.
Pero
si la luna se acerca
y
las estrellas ya no están,
aquella
puerta se cerrará
y yo
te seguiré esperando...
Del
otro lado de la vida.
++++++++++++++++++++++++++++++
AUSENCIAS
Laura
Margarita Medina
Sombras
que no mueren.
Jinetes
del pensamiento
que amortajan el corazón.
Espejos
del ayer. Versos secos.
Hojas
de papel dormidas.
Imágenes
que acechan en silencio
como
almas, nos habitan.
No
se van, nos huelen, nos vigilan.
Quieren
vivir y no pueden.
Despiertan
los sentidos y
nos
hacen llorar el abandono,
en
el anochecer de nuestra historia.
+++++++++++++++++++++++++++++++++
CAMINO
SIN SENTIDO
Vero
Salazar G.
Camino
despacio, arrastrando los pies
avanzo
un paso y me regreso dos.
La
vida me toma de la mano
me
lleva por la ruta del destino,
no
quiero apartarme de la senda
ni
perderme en sus laberintos.
Me
da miedo seguir
no
sé lo que voy a encontrar.
Hoy
quiero columpiarme en los recuerdos.
Al
vaivén del tiempo, quemarlos despacio
para
deslizarse sin cadenas.
Avanzo
por donde no quiero
sueño
sin sentido
anhelos
perdidos en una realidad
donde
no caben las fantasías.
No
hay sentimientos en este corazón de hielo
se
congelaron en los recovecos del trayecto,
ese
que sigo sin querer.
Espero
no me derribe el viento
no
quiero llorar a la vera del sendero
donde
las piedras no puedan consolarme.
El
aire pasará de largo sin detenerse.
No
me dará consuelo, no me regalara una flor,
ya
no podré sonreír, solo caminar… caminar.
ALQUIMIA
Diana
Alejandra Aboytes Martínez
Pétalos
remolino
de flores
suave
contacto de tu labio en mi boca
gusto
prolongado del sabor
terciopelo
de tu lengua
caricia
de la saliva dulce
humedades
que satisfacen
la
tierra de las penumbras.
Abrazo
de los tactos
expresión
de lo efímero y perenne.
Alquimia
del beso donde encuentro a Dios
y me
consumo en el infierno de la carne.
++++++++++++++++++++++++
AMOR
Diana
Alejandra Aboytes Martínez
Es
principio y es fin.
Sustancia
intangible
que
se mezcla en nuestra química.
Arde
en el tacto
invisible
acento.
Aquello
que se mueve
detrás
de la palabra
de
dos que se aman.
Late
dentro del sentimiento,
poema
y melodía
Le
habla al oído al deseo
para
nacer entre dos cuerpos
que
lo hacen.
Nos
ata a la locura
empuja
ante el abrazo
y
vive en lo profundo del suspiro.
Cuando
amamos,
somos
carne, espíritu, letra,
compás,
viento, mar...
Es
un viaje al no sé dónde,
y el
no sé quién se hace presente.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++
ARENA
Y SAL
Diana
Alejandra Aboytes Martínez
Estoy
mirando al mar
la
brisa trae tu aroma
animal,
excitante…
Embriagándome
los poros
marinero
seductor
arquitecto
de mi playa.
Besos
en movimiento azul
de
lenguas como olas.
Latido
profundo de un océano
instante
auténtico del agua contra la roca.
Poesía
en vivo,
abierta
a las espumas de los acantilados
tibieza
y abundancia de su néctar.
MUJER
QUE SUEÑA
Martín
Campa Martínez
Es
domingo.
Un
blues sube y baja por la ventana del silencio,
incita
mis sentidos,
los
enrojece hasta volverlos fuego en mi vientre.
Desnuda
sobre las horas
pienso
en tus labios de poeta saboreando mis lágrimas,
en
tus manos de arcilla reinventando mi piel.
Abro
esta ventana para que entre a refrescarme
un
canto de zenzontle
desde
el corazón calcáreo que luce el infinito,
pero
solo llega un aroma a ciudades en vela,
de
ángeles insomnes,
un
sabor a sabinos con piel de barro.
Mi
cuerpo lleno de ansias
se
derrama como lluvia sobre el lecho nupcial
y
creo sentirte entrando a mis deseos,
pero
no, solo es un falso delirio.
Otra
vez apago mi calor
con
el susurro de esta noche.
+++++++++++++++++++++++++++++++
VACÍOS
DE DIOS Y DE ALAS
Adan
Morgan
Supongamos
que vuelvo vacío.
Sin
mitades.
Sin
completudes.
Sólo
[...]
herido
de una costilla.
Sin
cielo.
Sin
miedos.
Solo
[…]
(Sin
alas)
Supongamos
que vuelves.
Y te
llamo mía.
Y me
nombras […] 1,2 3 veces.
Vacía.
Ausente
de ti misma.
Herida
de una costilla.
Sola
[…]
(Sin
Dios)
Supongamos
que somos uno.
Sin
números.
Sin
mitades.
Sin
completudes.
Solos
[…]
Vacíos.
Heridos.
Sin
alas […] sin Dios.
Supongamos
que somos terrenales.
Tan
cerca del otro.
Heridos
de tantas formas.
Solos
[…]
Vacíos
de Dios y de alas.
+++++++++++++++++++++++
MIRARTE
COMO YO TE MIRO
Adan
Morgan
Si
tuvieras la oportunidad de mirarte.
Si
acaso sintieras tu propia piel.
Si
tu pecho se agitara.
Y
tus manos sudaran.
Si
tuvieras la oportunidad de besarte.
Si
acaso sintieras explotar tus venas.
Si
tus ojos quisieran traspasar la distancia.
Y tu
garganta pareciera desgarrarse.
Si
tuvieras la oportunidad de sentir tu aliento.
Si
acaso sintieras tu propio aroma.
Si
notaras la locura que causa tu ausencia.
Y el
dolor que provoca la partida.
Si
estuvieras en este lugar mío.
Mirarte
como yo te miro.
Besarte
como yo te beso.
Olerte
como yo lo hago.
Entonces
[…] solo entonces […]
Sentirías
lo que estoy sintiendo.
GAMBITO
DE DAMA ENVENENADA
Alan
Varelas
La
guadaña en mi sonrisa agazapada,
te
beso y tu alma y calma se desfasan
-lo
siento, ya es muy tarde- te disfrazas,
con
palabras de verdugo, triste llaga.
Dale
a mi tristeza su ambrosía
que
tras el llanto de un sol de mediodía
una
jauría de labios, voluptuosa sinfonía,
remediará
el remedio que me dabas cada día.
Que
la luna otra vez sea de piedra
que
una lágrima y el mar sepan igual
¡No
me importa, ya había puesto yo la alfombra.
tu
salida y tu olvido y mi puñal!
Una
rosa a las seis mi dicha medra
se
acomoda y con su aroma te descombra.
++++++++++++++++++++++++++++++++
VISITA
DE ALEJANDRA
Antonio
Leal
Te
besé en la clavícula un domingo no sé cómo
Pero
sé que era perfecta,
la
anatomía no se deduce
se
ve.
Fue
un domingo casi casi como otros
lento
de familia y comida.
Te
pedí un beso torpe y dijiste que, a pesar de todo
a
pesar de mí, sí.
Te
besé, como aquella vez
locos
en un bar de otra vida de donde salimos en un taxi
a
buscar nuestro cuerpo, sólido líquido de fuego.
Acaricié
tu mano y seguí al cuello, no sé cómo.
Quizá
como un caracol porque fue lento y hubo baba
(no
sabía que eso te gusta)
y en
tu boca habita el cielo, lo sentí con mi bigote.
Qué
pequeño es todo en un momento
luego
la nada de tus ojos de ave como si nada fuera nada de verdad.
Un
beso, luego otro hasta que, a pesar de mí
dijiste
sí, sí quiero un domingo lento no sé cómo.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya. Gto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario