domingo, 9 de abril de 2017

POR USTED, ALMA MÍA




POR USTED, ALMA MÍA
-Poetas del Diezmo de Palabras-

“Por usted, alma mía,
vuelve la luz del sol
a nadar en el agua de mis ojos.”
Herminio Martínez

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DEL OTRO LADO DE LA VIDA
Mary Hernández y Víctor Manuel García

En lo que llegas a casa,
esperaré en la ventana
para ver el día
en que te acerques.
El reloj da la media noche,
Encenderé una vela
para iluminar tu camino.
En lo que el sol sale,
prepararé café.
El que tanto te gusta.
Pero si la luna se acerca
y las estrellas ya no están,
aquella puerta se cerrará
y yo te seguiré esperando...
Del otro lado de la vida.

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AUSENCIAS
Laura Margarita Medina

Sombras que no mueren.
Jinetes del pensamiento
que  amortajan el corazón.
Espejos del ayer. Versos secos.
Hojas de papel dormidas.
Imágenes que acechan en silencio
como almas, nos habitan.
No se van, nos huelen, nos vigilan.
Quieren vivir y no pueden.
Despiertan los sentidos y
nos hacen llorar el abandono,
en el anochecer de nuestra historia.

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CAMINO SIN SENTIDO
Vero Salazar G.

Camino despacio, arrastrando los pies
avanzo un paso y me regreso dos.
La vida me toma de la mano
me lleva por la ruta del destino,
no quiero apartarme de la senda
ni perderme en sus laberintos.
Me da miedo seguir
no sé lo que voy a encontrar.
Hoy quiero columpiarme en los recuerdos.
Al vaivén del tiempo, quemarlos despacio
para deslizarse sin cadenas.
Avanzo por donde no quiero
sueño sin sentido
anhelos perdidos en una realidad
donde no caben las fantasías.
No hay sentimientos en este corazón de hielo
se congelaron en los recovecos del trayecto,
ese que sigo sin querer.
Espero no me derribe el viento
no quiero llorar a la vera del sendero
donde las piedras no puedan consolarme.
El aire pasará de largo sin  detenerse.
No me dará consuelo, no me regalara una flor,
ya no podré sonreír, solo caminar… caminar.



ALQUIMIA
Diana Alejandra Aboytes Martínez

Pétalos
remolino de flores
suave contacto de tu labio en mi boca
gusto prolongado del sabor
terciopelo de tu lengua
caricia de la saliva dulce
humedades que satisfacen
la tierra de las penumbras.
Abrazo de los tactos
expresión de lo efímero y perenne.
Alquimia del beso donde encuentro a Dios
y me consumo en el infierno de la carne.

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AMOR
Diana Alejandra Aboytes Martínez

Es principio y es fin.
Sustancia intangible
que se mezcla en nuestra química.
Arde en el tacto
invisible acento.
Aquello que se mueve
detrás de la palabra
de dos que se aman.
Late dentro del sentimiento,
poema y melodía
Le habla al oído al deseo
para nacer entre dos cuerpos
que lo hacen.
Nos ata a la locura
empuja ante el abrazo
y vive en lo profundo del suspiro.
Cuando amamos,
somos carne, espíritu, letra,
compás, viento, mar...
Es un viaje al no sé dónde,
y el no sé quién se hace presente.

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ARENA Y SAL
Diana Alejandra Aboytes Martínez

Estoy mirando al mar
la brisa trae tu aroma
animal, excitante…
Embriagándome los poros
marinero seductor
arquitecto de mi playa.
Besos en movimiento azul
de lenguas como olas.
Latido profundo de un océano
instante auténtico del agua contra la roca.
Poesía en vivo,
abierta a las espumas de los acantilados
tibieza y abundancia de su néctar.


MUJER QUE SUEÑA
Martín Campa Martínez

Es domingo.
Un blues sube y baja por la ventana del silencio,
incita mis sentidos,
los enrojece hasta volverlos fuego en mi vientre.
Desnuda sobre las horas
pienso en tus labios de poeta saboreando mis lágrimas,
en tus manos de arcilla reinventando mi piel.
Abro esta ventana para que entre a refrescarme
un canto de zenzontle
desde el corazón calcáreo que luce el infinito,
pero solo llega un aroma a ciudades en vela,
de ángeles insomnes,
un sabor a sabinos con piel de barro.
Mi cuerpo lleno de ansias
se derrama como lluvia sobre el lecho nupcial
y creo sentirte entrando a mis deseos,
pero no, solo es un falso delirio.
Otra vez apago mi calor
con el susurro de esta noche.

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VACÍOS DE DIOS Y DE ALAS
Adan Morgan

Supongamos que vuelvo vacío.
Sin mitades.
Sin completudes.
Sólo [...]
herido de una costilla.
Sin cielo.
Sin miedos.
Solo […]
(Sin alas)
Supongamos que vuelves.
Y te llamo mía.
Y me nombras […] 1,2 3 veces.
Vacía.
Ausente de ti misma.
Herida de una costilla.
Sola […]
(Sin Dios)
Supongamos que somos uno.
Sin números.
Sin mitades.
Sin completudes.
Solos […]
Vacíos.
Heridos.
Sin alas […] sin Dios.
Supongamos que somos terrenales.
Tan cerca del otro.
Heridos de tantas formas.
Solos […]
Vacíos de Dios y de alas.

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MIRARTE COMO YO TE MIRO
Adan Morgan

Si tuvieras la oportunidad de mirarte.
Si acaso sintieras tu propia piel.
Si tu pecho se agitara.
Y tus manos sudaran.
Si tuvieras la oportunidad de besarte.
Si acaso sintieras explotar tus venas.
Si tus ojos quisieran traspasar la distancia.
Y tu garganta pareciera desgarrarse.
Si tuvieras la oportunidad de sentir tu aliento.
Si acaso sintieras tu propio aroma.
Si notaras la locura que causa tu ausencia.
Y el dolor que provoca la partida.
Si estuvieras en este lugar mío.
Mirarte como yo te miro.
Besarte como yo te beso.
Olerte como yo lo hago.
Entonces […] solo entonces […]
Sentirías lo que estoy sintiendo.



GAMBITO DE DAMA ENVENENADA
Alan Varelas

La guadaña en mi sonrisa agazapada,
te beso y tu alma y calma se desfasan
-lo siento, ya es muy tarde- te disfrazas,
con palabras de verdugo, triste llaga.
Dale a mi tristeza su ambrosía
que tras el llanto de un sol de mediodía
una jauría de labios, voluptuosa sinfonía,
remediará el remedio que me dabas cada día.
Que la luna otra vez sea de piedra
que una lágrima y el mar sepan igual
¡No me importa, ya había puesto yo la alfombra.
tu salida y tu olvido y mi puñal!
Una rosa a las seis mi dicha medra
se acomoda y con su aroma te descombra.

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VISITA DE ALEJANDRA
Antonio Leal

Te besé en la clavícula un domingo no sé cómo
Pero sé que era perfecta,
la anatomía no se deduce
se ve.
Fue un domingo casi casi como otros
lento de familia y comida.
Te pedí un beso torpe y dijiste que, a pesar de todo
a pesar de mí, sí.
Te besé, como aquella vez
locos en un bar de otra vida de donde salimos en un taxi
a buscar nuestro cuerpo, sólido líquido de fuego.
Acaricié tu mano y seguí al cuello, no sé cómo.
Quizá como un caracol porque fue lento y hubo baba
(no sabía que eso te gusta)
y en tu boca habita el cielo, lo sentí con mi bigote.
Qué pequeño es todo en un momento
luego la nada de tus ojos de ave como si nada fuera nada de verdad.
Un beso, luego otro hasta que, a pesar de mí
dijiste sí, sí quiero un domingo lento no sé cómo.




*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya. Gto.

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