ALEGORÍA DE LA CAVERNA
“Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea
provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de
toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las
piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente
hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de
ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el
fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte
que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre
los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus
maravillas”.
Platón,
Alegoría de la caverna, República VII.
Imagina,
dijo Platón, una especia de cavernosa vivienda. Y entonces comenzamos a
escribir.
Cada
miércoles nos reunimos los compañeros del Diezmo de Palabras a compartir textos
y comentarlos. En ocasiones hacemos ejercicios como el que nos propuso nuestra
colega Rosaura Tamayo, quien además de escribir maravillosas historias cargadas
de emoción, es también una artista muy completa que privilegia la acuarela,
pero igual utiliza otros medios para mostrarnos su visión del mundo. Este ejercicio
propuesto por ella es muy sencillo. Imagina una caverna. Tienes diez minutos
para escribir lo que ves y sientes. Adelante, estimado lector, tú también
puedes hacerlo. Te invitamos a leer lo que en el taller escribimos. Que te
diviertas. Vale.
Julio
Edgar Méndez
++++++++++++++++++++++++++++
FESTÍN
DE AMIGOS
Rosaura
Tamayo
El
topo siente la lluvia y las hojas sobre las hierbas por todos lados, no
encuentra su cueva. La ardilla lo mira desde el árbol y trata de subirlo para
que no quede nadando entre tanta agua. Por fin llegan a una rama no muy gruesa que
ya está ocupada por un par de pajaritos y una paloma que sacuden sus alitas y
les dejan espacio para que suban. El topo les dice preocupado que no encuentra
su refugio.
Todos
desde el árbol tratan de buscar la cueva sin ningún resultado. Y con el peso de
los cuatro la rama se mueve de un lado a otro. La lluvia ha aminorado su
fuerza, el topo comienza a silbar y brincar. La ardilla le sigue con un baile
con su simpática cola mojada. La paloma canta y el par de pajarillos se dan un
beso. No atinan a llegar a la cueva, pero se encontraron nuevos amigos.
+++++++++++++++++++++++++
LA
CUEVA
Javier
Mendoza
Un
estruendo derrumbó las rocas, obstaculizando la entrada. Al asentarse el polvo, el miedo y las
tinieblas lo invadieron todo. La reacción
de los exploradores fue entendible.
Entre la gente nativa de aquella recóndita región se decía que en el
fondo, aparentemente inalcanzable, se encontraba lo que cada quien buscaba o
merecía: un tesoro, oro incrustado o la fuente de la vida; creaturas
monstruosas, maldiciones temibles o la muerte.
Quizás sólo se trataba de un simple refugio.
Los
miembros de la expedición vacilaron en dar un paso más entre lo
desconocido. Pero, sin opción a la
marcha atrás, siguieron adelante. Al
final cada cual encontraría su destino o simplemente el inicio de la
cueva.
+++++++++++++++++++++++
MARATÓN
MATUTINO
Jessica
Escobedo Méndez
Me
levanté temprano para ir a correr. El cielo aún no aclaraba y el viento, un
tanto fresco, acariciaba mi rostro de forma casi cariñosa. Cuando llegué al
parque me di cuenta de que estaba abarrotado de gente. “Estúpidos propósitos de
año nuevo -pensé-, ya me gustaría verlos así de entusiasta a mediados de
julio”. Total, hice mi primer coraje del día y me largué a correr a otro lado.
Caminé durante unos veinte minutos sin rumbo fijo y llegué a un baldío que me
dio la impresión de estar completamente abandonado.
—Si
ya decía yo que Diosito me tenía que ayudar, pues si para eso me levanté bien
tempranito. Y sin más, me dispuse a correr.
Conforme
avanzaba, me encontré con una pendiente que se inclinaba cada vez con más
fuerza y terminaba desembocando en una cueva.
—Bueno,
un mal menor. Y me aventuré a penetrar en su interior, nada iba impedir que
finalizara mi maratón matutino.
Más
tarde, cuando llegué a casa y mi esposa me vio, me preguntó con un hilo de voz:
—Justo…
¿Dónde has estado?
—Fui
a correr
—¿¡Diez
años?! -Me gritó enfurecida y entre
sollozos-.
++++++++++++++++++++++++++
LA
CUEVA
Lalo
Vázquez G.
Me
puse mi traje de Batman y salí corriendo a la cueva, mejor conocida como la baticueva.
Es allí donde guardo el batimovil, la batibicicleta, el batihelicoptero y
muchas otras cosas más. Es un lugar hermoso lleno de murciélagos. Tiene
aparatos con la más alta tecnología. Tengo que decirles que no desaproveché ni
un hoyito de las paredes, todo funciona a base de botones. Incluso hay piedras
que abren y cierran para que pueda entrar o salir. La iluminación es
sensacional. Al encenderla parece un poema. Al llegar hasta ese bello lugar ya
me esperaban inquietos mi fiel amigo Robin -un chico muy fiel pero muy estúpido-
y mi mayordomo de toda la vida, Alfred, compañero de siempre. Rápidamente tomé
mi lugar en el batimovil y nos fuimos por los batitacos pues los tres nos
estábamos muriendo de hambre.
+++++++++++++++++++++++
LA
CUEVA DE GUADALUPE
Vero
Salazar G.
Fue
un doce de diciembre cuando la descubrieron, por eso la festejan ese día. Le
dibujaron
una virgen a la entrada para que fuera doble el festejo.
La
boca del cerro de Guadalupe es una gran cueva. Chica en su entrada, se va
haciendo
grande conforme se va avanzando. La garganta
es un paso angosto
que
lleva a lo profundo. Por miedo nunca quise seguir a ver como estaba hasta el
fondo,
dicen que no tiene fin. Imaginé siempre que esa cueva me tragaría y en lo
profundo
de sus entrañas de piedra me iba a morir.
LAS
CUEVAS DE DON ANTONIO
Soco
Uribe
Nacieron
distintas. Compuestas de diferente material rocoso acarreado de un sinnúmero de
lugares. Tanto de variados minerales suaves, como de material de dureza
extrema. Dispares en todo; sin embargo,
con la misma herencia itinerante de sus hacedores.
Sus
enigmáticas e ilimitadas profundidades sugieren adentrarse en su interior, para
conocerlas de extremo a extremo y percibir su encanto… único en su género.
Poseen
una gran fortaleza y a pesar de que fueron expuestas a pruebas extremas de
erosión, corrientes de agua, de hielo y desastrosos procesos geológicos a lo
largo de su vida, aún se mantienen hermosas.
Mi
alma se regocija con su divinidad. Al observarlas, evoco la fortaleza de
aquellas gigantescas cuevas donde el hombre primitivo se refugió para
resguardarse de todo mal e iniciar su tránsito nómada por la superficie del
planeta.
Así
es como mi Ser se resguarda en el suyo para continuar mi camino. Bendigo al cielo por cubrirlas de
estrellas por las noches. Y de un manto de luz azul durante el día.
Son
mis hermosas hijas… Las Cuevas de Don Antonio.
+++++++++++++++++++++++++++
EGO
Julio
Edgar Méndez
En
el vientre abandonado de la penumbra rocosa, encuentro el recuerdo fugaz de mi
pasado.
De
la bóveda insondable se desprenden retazos alados que buscan -sin ver- y
encuentran lo que no esperaban. No tocan
el presente que soy ni el futuro que no he de alcanzar.
Hacia
el fondo, me muevo siempre hacia el fondo.
Es
mentira que al final se ve una luz, yo solo veo el interior de mi mente. El
pequeño universo cambiante según abra o cierre los párpados. Cortinas
incansables del alma.
Ahí,
al fin, tal vez encuentre respuestas. La solución al enigma mayor:
Quién
soy y qué hago aquí.
+++++++++++++++++++++++++
VOUYERISMO
Diana
Alejandra Aboytes Martínez
Los
dos lo sintieron en el mismo instante. Química innegable. Las manos caminaban.
El deseo se transformó de inmediato en pasión.
Los
acogió el sofá, el dormitorio quedaba demasiado lejos. Las caricias y las bocas
les envolvían. Resbalaron sus cuerpos el uno hacia el otro, naciendo de la
misma tierra, teniendo un mismo origen. El tiempo se quedó suspendido en ese
instante…
Mientras
tanto, yo sólo observaba desde la cueva de mis ojos.
++++++++++++++++++++++++
INCERTIDUMBRE
Martín
Campa
Eso
de buscar tesoros en cuevas alejadas, no es buen negocio. Bueno, no al menos
para mí. El compadre Timoteo me dijo que rumbo a la Congregación de Canoas
había una cueva embrujada, llena de centenarios y objetos valiosos. Pero que
tuviera cuidado pues estaba muy difícil llegar al mentado lugar. Y que,
conforme avanza uno, la oscuridad se te mete hasta por los poros de la piel y
falta el aire. Ahora que estoy aquí, en el mencionado sitio, la angustia me
rasga el corazón, y mientras voy bajando por este túnel húmedo y ya casi sin
oxígeno, la vista se me ha nublado, y algo me jala hacia lo incierto. ¡Ah, qué
mi compadre Timoteo!, se le olvidó mencionar que a esta cueva jamás le han
hallado el fondo. ¿Quién sabe si podrán encontrarme a mí...?
+++++++++++++++++++++++
LA
CUEVA DEL LAGO
María
Guadalupe Rivera Núñez
Aquí
en la región del Bajío Mexicano es reconocido el Cerro de Culiacán, no sólo por
su belleza natural sino por las diferentes historias y leyendas que existen
alrededor de él. Algunas de ellas hablan de las cuevas que hay en su interior.
Pero hoy me referiré sólo a la llamada Cueva del Lago. Esta cueva posee en su
interior una especie de cenote que según la tradición de los pobladores del
lugar está conectado por medio de un río subterráneo con la alberca de Valle de
Santiago (llamada así porque es un volcán apagado y el interior de su cráter
está lleno de agua). Se dice que hay sobre ella una maldición. Ya que en el
principio de los tiempos, era utilizada por una mujer nahual como un santuario
para realizar ritos sagrados. Esta mujer al hacer su ritual se convertía en una
culebra de agua.
Se
cuenta que existía una doncella hija de un líder la tribu otomí y un valiente guerrero de origen
chichimeca, comprometidos en matrimonio.
Por azares del destino un día entraron a esta cueva para jurar amarse
eternamente. La nahual bajo su forma de serpiente presenció aquel amor. La
entrega del hombre la sedujo y quedó perdidamente enamorada de él. Tras varios
intentos por conquistar al joven, sin lograrlo, juró vengarse de ellos. Transformada en serpiente esperó a que se
encontraran de nuevo en la cueva y al tenerlos frente a ella, lanzó un conjuro,
se enredó en el cuerpo de aquel que nunca correspondió a sus deseos y azotó las
piedras de la caverna, de donde brotó con fuerza bruta una corriente de agua
que inundó la cueva arrastrando a los enamorados. Jamás se encontraron sus
cuerpos. Desde entonces el alma de aquella nahual enreda su cuerpo en todo el
que osa entrar en estas aguas, para asfixiarlo. Y utiliza la fuerza de la
corriente del agua para absorber los cuerpos. Es por eso que a todos los que
entran en esas cristalinas aguas no se les vuelve a ver jamás.
++++++++++++++++++++
“Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados
de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les
ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a
levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y
cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no
fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que
contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y
que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos
más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los
objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es
cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había
contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?”
Platón, Alegoría de
la caverna, República VII.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, domingo 31 de julio, Celaya, Gto.
**Si quieres saber más sobre la Alegoría de la Caverna, de Platón, puedes seguir estos enlaces:
No hay comentarios:
Publicar un comentario