DE TEMAS JOCOSOS E INSÓLITOS
“La locura habla.
Que se diga de mí todo lo que se quiera (ya sé que la
Locura es detractada continuamente incluso por los más locos), sin embargo soy
yo y solamente yo quien, por mis influjos divinos, esparzo la alegría sobre los
dioses y los hombres. En efecto, desde que me he dispuesto a hablar, ¿no se
refleja en sus rostros una vivacidad y alegría inusitadas? ¿No se ha
desarrugado su entrecejo? Y las carcajadas que se han escuchado por todas
partes, ¿no reflejaban el contento que embargaba sus corazones y el placer que
les causa mi presencia?”
Fragmento de “Elogio de la locura”
de Erasmo de Rotterdam.
Palabras
más, palabras menos, o como dijera un músico, poeta y loco:
Lector:
No,
no escribo para ganarle a alguien,
tampoco
escribo para apantallar,
mucho
menos para competir.
Escribo
por gusto,
porque
es un placer hacerlo.
Plasmar
en letras lo que se me viene a la cabeza es genial.
Escribo
para todos los que me quieran leer:
Para
mis hijos, mis nietos, compañeros, amistades y para ti,
porque
siempre lo que busca un escritor es un LECTOR.
Eduardo Vázquez G.
CUANDO LA
CONQUISTÓ
Eduardo Zuria
Ay,
María, nomás te veo
y
siento mil estirones
que
ya corro en el deseo
de
comerme esos melones.
Ay,
María, me desconoces
y no
encuentro ya el sosiego
que
doy topes de borrego
dentro
de mis pantalones.
Me
arrebato en mil pasiones;
ya
no sé qué hacer contigo
si
desprecias mis amores
pueque
un tiro yo me pego.
Y YA
DESPUÉS:
¡Ay,
María, no me regañes!,
que
si llego mareadito
fue
por culpa de Odilón,
que
me invitó hasta su casa.
Y me
agarró a la salida,
en
viernes y ya sin prisas,
y al
fin era solo un rato
que
me aviento un trompo a la uña.
¿Que
se me hizo rete tarde?
ya
ves cómo son las cosas,
las
horas se van como agua
y
sin sentir se hizo noche.
¡Palabra!,
sí me importaba
zafarme
lo más temprano,
pero
otro brindis y otro más,
al
cielo se me fue al santo.
¿Qué
pasó con mi chamarra?
pos
se me olvidó en la fiesta
digo,
digo, en casa de Odi,
seguro
que él me la guarda.
¿Que
qué es el raspón del cuello
y
estas manchas de carmín?
cuando
tropecé en el baile
que
de relajo me echaba.
Y al
caerme que me cacha
la
mujer de…de Odilón,
ahí
fue lo deste raspón
y el
colorete embarrado.
Ya
ve mi reinita santa,
si
no pasó nada de malo
y no
se preocupe de esto
no
me vuelvo a resbalar.
Si
usted es la mera mera,
la
reina de mi cantón,
sabe
usted que en mi petate
no
brincan las otras pulgas.
Venga
a que me la apapache
y
hasta un besote le doy
y no
le cumplo de otras cosas
por
lo mareado que estoy.
EL CARRITO
Idea original de
Ignacio Prado, texto adaptado por Alfredo Martínez
¡No manchen!,
esto no es dios, pinches ratas. ¡No se descuiden!
El
día de hoy fui a Walt Mart de Parque Celaya y fui víctima de los amantes de lo
ajeno. En un pequeño descuido que tuve, vi que mi carro no estaba donde lo
había dejado. Al principio me asusté y preocupé, pero sentí un gran alivio
cuando a lo lejos vi que mi carro era conducido por un tipo malencarado. Mi
primer impulso fue salir corriendo y alcanzarlo para evitar perderlo de vista;
de tan rápido que corrí pude alcanzarlo y me le puse enfrente, logrando que se
detuviera. Al principio yo estaba asustado pues creí que me iba a echar el
carro encima, pero no se atrevió, el muy cobarde. Le pregunté que si el carro
era de él y me contestó que no. Efectivamente, le dije, ese no es tu carro, es
el mío, por lo que el amante de lo ajeno me lo entregó sin ofrecer resistencia.
Una vez con el carro en mi poder, me fui al pasillo de los cereales, luego al
pasillo de harinas, y así sucesivamente, hasta terminar de hacer mi mandado
semanal.
Está
canijo dejar solos los carros del mandado porque luego llega cada malandrín,
que te da un coraje que se los lleven. Con lo que cuesta encontrar uno en buen
estado, que no esté duro de las llantas o no se vaya de lado. Gracias a Dios lo
recuperé.
LE ROBARON LA
OLLA CON TODO Y TAMALES,
IMPARABLES LOS
ROBOS Y ASALTOS
Isaías Vargas
Ramírez
Le
robaron la olla de los tamales en plena hora de la vendimia.
A
las oficinas del Periódico Conexión se presentó una mujer para denunciar que le
robaron la olla de los tamales con todo y tamales, y a pesar de que estaba
sobre el brasero en la banqueta de la calle.
Manifestó
que en un momento dado se metió a su casa y salió, pero ya no estaba la olla ni
los tamales, sólo le dejaron el brasero ardiendo.
(Insólita noticia tomada del Periódico Prensa
Conexión, de Valle de Santiago, el día 2 de marzo de 2017)
MÚSICOS LOCOS,
POETAS MEDIO MÚSICOS Y LOCOS DE REMATE
Enrique Jiménez
En
la historia del mundo hemos sido personas diferentes, simples, complicadas,
raras, difíciles, amables, honorables, crueles, malvadas. Personas que dicen
las cosas de frente y sin miedo; personas que hablan a espaldas, con temor.
Personas
que aman, que odian, que son indiferentes, que son cariñosas con los animales y
crueles con los viejitos o pordioseros, personas que se sienten superiores a
todos y personas que por desanimo se sienten menos que el más humilde.
Hubimos
y habremos personas con diferentes creencias o ideas de lo que es la vida, de
lo que es la muerte, de lo que es Dios o Satanás, personas que creen en el
infierno y en el paraíso, personas ciegas que solo ven algunos cuantos colores
y otros que a pesar de las tinieblas, ven el mundo lleno de luces. Habremos
locos quienes no creemos porque sabemos. Y hay sin duda, los que creen porque
no saben.
También
hubo, hay y habrá personas sordas que solo les gusta escuchar palabras vanas,
halagadoras y melosas, sonidos huecos que susurran mentiras piadosas, pero
también hay quienes les gusta el trinar de las aves, el zumbido de las abejas y
el barritar de los elefantes. Personas que les gusta escuchar la verdad, el
rock, una buena rola, tu voz cuando hablas, el llanto del niño pero también su
sonrisa.
Personas
locas que salen en paños menores correteando el camión de la basura.
Hay
poetas y bellas musas que inspiran a escribir, hay mujeres bellas con almas de
colores y hay mujeres de colores con almas locas pero igual de bellas.
Hay
pintores que describen con colores el dolor, la alegría, la esperanza y el
tiempo, el sufrimiento y el amor.
Hay
escultores divinos que en una roca de mármol descubren la belleza, hay
arquitectos que diseñan edificios, catedrales, monumentos y columnas
emblemáticas.
Hay
de todo y seguramente seguirá habiendo por los siglos de los siglos.
Pero
lo más genial e inigualable que puede haber en este mundo son los Músicos
locos, Poetas medio músicos y Locos de remate. Yo, por ejemplo.
LA VERDAD NO
PECA PERO INCOMODA
Martín Campa
Martínez
Mi
suegra, mi esposa y yo, sentados en la sala de espera de aquel hospital
esperábamos, impacientes, al doctor. De pronto, sin motivo alguno, la doña
comenzó a vociferar en contra de mi humilde persona.
Y
regañando a mi mujer, le decía:
“Yo
no sé qué le viste a éste. Mira nomás: panzón, pelón, gacho, jorobado, orejas
de olla de nixtamal. Qué diferencia a como estaba antes: flaco, melena de
Antonio Aguilar, bien vestido, bañado, decente y cortés. Pero sabrá Dios qué
chingaos le pasó. Y tú, taruga, necia, no sé qué carajos le viste. De seguro el
muy mula te embrujó, ya ves que dicen que sus parientes eran brujos. Quién sabe
que carambas te dio a tragar, o a beber. Pudo haber sido toloache, la yerba
pendemata, o agüita de la bienquerida. Pero cómo te fuiste a fijar en tremendo
sebo, rascaombligo, mantenido, atenido y marihuano. Bueno había de ser para
fajarse los pantalones, así como una. Nomas no le doy un chingadazo porque me
ve la gente”.
Y la
doña no se callaba.
A mí
sí me dio pena, así que decidí pararme e ir al baño.
Y
todavía gritó, mientras yo me alejaba:
“Ni
valiente es para responder, se ve que la verdad no peca pero incomoda”.
Duré
media hora en el baño, y ya de regreso, iba más relajado.
Entonces
comenzó otra vez el discurso:
“Si
para zonzo no se estudia. ¿Hasta cuándo vas a abrir los ojos, hija? Míralo, yo
creo que está mal de su cerebro”.
Mi
mujer, fastidiada, miró fijamente a mi suegra y con voz de esposa encabronada,
le dijo:
“Mamá,
con una fregada, ya cierra el pico. No seas inconsciente, ¿que no ves que si se
enoja mi viejo ninguno de tus hijos tiene para pagar la operación de tus
rodillas?”.
Y
solo así se acabó el corrido.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya, Gto.