SINCRONICIDAD
El Taller Literario Diezmo de Palabras, fundado por el
poeta y escritor Herminio Martínez, desde hace más de 28 años, sesiona cada
semana sin interrupción. Hemos construido una plataforma sólida para que
aspirantes, escritores en ciernes o diletantes puedan apoyarse en la
experiencia de narradores y poetas con trayectoria, así como de correctores de
estilo, expertos en gramática y compañeros de letras de todas las edades.
Actualmente
sesionamos todos los miércoles en un pequeño salón dentro de la Casa del Diezmo
y es el único taller abierto a todo el público de manera gratuita. Tenemos
registrados más de 100 compañeros, de los cuales cada semana acude un promedio
de 24 participantes y cada mes se incorporan más personas.
Todos
los domingos, durante más de 20 años, con el apoyo del diario El Sol del Bajío, publicamos una página
completa del Diezmo de Palabras donde dimos espacio y difusión a los compañeros
del taller y otros participantes de Celaya y la región, el diario tenía un
tiraje dominical de 10,000 ejemplares. Fueron 52 publicaciones al año que no se
repitieron.
Estos
textos dominicales se publicaron en su mayoría a través de un este blog en
internet (Diezmo de Palabras) desde el año 2009, con un promedio anual de
80,000 lecturas. Los usuarios son de varias partes del mundo.
En la
red social Facebook, tenemos también un grupo del Diezmo de Palabras donde
participan activamente más de 650 personas de México y otros países.
Somos
uno de los talleres literarios más antiguos en Guanajuato y en el país. En el
2017 fuimos incorporados a la Enciclopedia de la Literatura en México.
En el
marco de las Tertulias Literarias, organizadas por José Luis Vela, en el estado
de Guanajuato y Verónica Salazar en el municipio de Celaya, tuve la oportunidad
de platicar con el admirable poeta Baudelio Camarillo y surgió en la
conversación el tema de la sincronicidad.
Incluso quedamos en extendernos más ampliamente en otra ocasión. ¿A qué viene
esto?
Al
maestro Jorge Gordillo, director de la librería Libelli, en Celaya, Guanajuato,
lo conocí personalmente hace más de veinticinco años a través del artista plástico
César Salcedo Ojeda. El tema de la conversación fue sobre el diseño de imagen
corporativa, una materia que en Celaya apenas se conocía muy. El maestro, muy
generoso, me regaló un libro de Joao Costa, Imagen
Corporativa Global. Casi veinte años
después, este mismo libro fue uno de los que me sirvió de consulta para
impartir la cátedra de Introducción al Diseño en la Licenciatura en Artes
Visuales en el Instituto Allende, de San Miguel de Allende, extensión de la
Universidad de Guanajuato. Este Instituto fue fundado circa 1937 debido, en
parte, a la visión de José Vasconcelos y el maestro Alfonso Reyes.
El
taller literario Diezmo de Palabras recibió su nombre debido a que, en alguna
etapa de su historia sesionó en la Casa del Diezmo cuando era dirigida por la
maestra Beatriz Acevedo Buchanan, pero antes de esta etapa llegó a sesionar en la
librería del profesor Gordillo, El Tercer Milenio, hoy Libelli. Nuestro maestro
fundador, el escritor y Cronista de la ciudad, Herminio Martínez, fue un gran
amigo del profesor Gordillo. Uno de los autores favoritos de Herminio, era el
escritor y poeta Alfonso Reyes.
Cuando
la librería El Tercer Milenio se extendió hacia otra ubicación en la ciudad de
Celaya, alrededor de 1999, se convirtió en el lugar favorito de mi hija de 12
años y fue precisamente la hija del profesor Gordillo –gerente de la librería-
quien la encausó para iniciar su extensa colección de libros, al principio
infantiles, que ella le recomendaba. Fue ella quien nos encaminó a buscar el
taller del maestro Herminio Martínez, debido a los intereses literarios de mi
hija y también los míos. Así llegamos al Diezmo de Palabras que ya sesionaba en
la Casa de la Cultura de Celaya. El maestro Herminio nos recibió con los brazos
abiertos.
En el
2004, por selección del maestro Herminio, mi hija y yo fuimos publicados junto
con otros autores del taller en el libro El
Cuarto del Escriba, literatura fantástica, a través de la Universidad de
Guanajuato. Mi hija tenía entonces apenas 17 años. Tiempo después fue becaria
del programa cultural Jóvenes Creadores
con su novela El Valle de la Nada. Hoy
en día mi hija se dedica a la vocación que emprendió desde niña, libros y
comics de colección. Y yo, soy actualmente el coordinador del Diezmo de
Palabras desde 2014. Sustituí al maestro Herminio Martínez desde poco antes de
su lamentable fallecimiento. Me han publicado en varios libros y he recibido
algunos premios de literatura, además de tener el honor de ser uno de los
promotores fundadores de los talleres de escritura creativa para niños, a
través de la red de bibliotecas públicas del estado de Guanajuato.
Cuando
en 2009 obtuve mi primer premio de literatura infantil con el libro Cuentos
Pequeños, Grandes Sustos y lo llevé de obsequio al profesor Gordillo. Me animó
a traer ejemplares para su venta.
En
días anteriores, en la sesión del taller el Diezmo de Palabras, retornó un
compañero, Fermín Olalde, quien hace dos años nos acompañó en las sesiones para
tallerear con nosotros una novela muy interesante sobre un “reparador de
escudos”. En aquellas sesiones, como es lo acostumbrado, le hicimos observaciones
a su texto. Asistió por algunos meses y después ya no supimos más de él. Y ahora
regresó con su novela ya publicada y nos reveló que fue precisamente el
profesor Gordillo quien hace dos años lo animó a buscar al taller literario
para mejorar su texto.
Cuando
nuestro compañero de letras, Arturo Grimaldo, inició el proyecto de tener un stand
permanente dentro de las librerías Libelli, el profesor Jorge Gordillo le
sugirió que buscara también a un autor celayense que recién publicó su novela ¡El
Reparador de Escudos!
Hoy,
casi 30 años después de que el taller Diezmo de Palabras sesionara en la
librería del profesor Gordillo, él nos abre de nuevo las puertas gracias a la
iniciativa de los compañeros del taller, Arturo Grimaldo y Soco Uribe, quienes
organizaron este proyecto: un espacio permanente para la difusión y promoción de
la obra literaria de los escritores de Celaya y la región.
La sincronicidad de que hablaba Jung, «Así
pues, emplearé el concepto general de sincronicidad en el sentido especial de
una coincidencia temporal de dos o más
sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo
sea igual o similar» es, en efecto, un hecho universal. El Diezmo de Palabras
sigue por la ruta correcta. Vale.
Julio Edgar Méndez
Coordinador del
Taller Literario Diezmo de Palabras