CADA QUIEN TIENE UNA MANERA
Memoria colectiva de escritores
del Diezmo de
Palabras
en Celaya, Guanajuato
Cada quien tiene
una manera
de acomodarse la mañana.
Hay los que se la llevan a la boca
en una caravana de cigarros
y quien la pasea vestida por las calles.
Otros nada más se la cuelgan al hombro
y avanzan como sombras que el sol
unta en el suelo.
Para éstos la luz nace vacía, sin sentido,
sin horas de almorzar ni regadera;
no tienen ropa limpia que ponerse
ni esperan que los llamen por teléfono.
Cuando a ellos el estómago les grita
meten sus toscas manos en el costal del día
hasta sacar el corazón del hambre
y comérselo en tristes rebanadas,
o al menos la esperanza
de alguna vez saciar toda su lumbre.
Herminio
Martínez
EL DIEZMO DE
PALABRAS
JUNIO 2022
El Taller
Literario Diezmo de Palabras, fundado por Herminio Martínez en la ciudad de
Celaya, ha permanecido vigente durante más de 30 años y sesiona cada semana sin
interrupción. Hemos construido una plataforma sólida para que aspirantes, escritores
en ciernes o diletantes puedan apoyarse en la experiencia de narradores y
poetas con trayectoria, correctores de estilo, expertos en gramática y
compañeros de letras de todas las edades.
Actualmente
sesionamos todos los miércoles en un pequeño salón dentro de la Casa del Diezmo
y es el único taller abierto a todo público de manera gratuita. Somos uno de
los talleres literarios más antiguos en Guanajuato y en el país. En el 2017
fuimos incorporados a la Enciclopedia de
la Literatura en México.
Además
de múltiples becas de apoyo a jóvenes creadores y creadores con trayectoria, los
asistentes al taller han alcanzado muchos premios locales, regionales,
nacionales e internacionales.
La
historia del taller literario Diezmo de
Palabras se remonta a 1977, cuando el Instituto Nacional de Bellas Artes le
pidió al escritor Herminio Martínez que buscara un espacio y la gente adecuada
para fundar el primer taller literario del Bajío. Entonces reunió a algunos estudiantes
de preparatoria, profesores normalistas, médicos, abogados, periodistas y
cuantos estuviesen interesados en las letras, para darle la bienvenida al
primer coordinador, el maestro ecuatoriano Miguel Donoso Pareja, a quien
Herminio había conocido en la Universidad Nacional Autónoma de México cuando
recibió el premio de poesía Punto de
Partida.
A
este grupo de aspirantes a escritores se le conocía nada más como Taller Literario de Bellas Artes y
sesionaba en el edificio de la Casa de la Cultura al que asistían, no en gran
número, jóvenes y adultos. Herminio asistía también, ya como profesor en la
Universidad de Guanajuato, a estas reuniones.
Entre
los coordinadores del taller estuvieron, durante toda una década, Miguel Donoso
Pareja, Ignacio Betancourt, Armando Adame, Héctor Carreto, Juan Domingo
Argüelles y Gloria Gervitz, entre otros.
Tras
una breve pausa, en 1988 el poeta Víctor Sandoval, entonces director del
Instituto Nacional de Bellas
Artes, le sugirió a Herminio la posibilidad de continuar el taller, pero ahora bajo
su propia responsabilidad. Desde entonces jamás se ha interrumpido.
Al
principio, ya bajo el cargo del maestro Martínez, se rebautizó como Taller Literario El Calmecac, hasta que
en ese mismo año, la profesora Beatriz Acevedo Buchanan, directora de la Casa
del Diezmo, los invitó a reunirse en ese lugar y a partir de entonces se
renombró Diezmo de Palabras, porque
tras una azarosa vida de andar sesionando aquí y allá: la calle, las plazas
públicas, los cafés, las librerías, alguna escuela; el taller arribó al
edificio del antiguo Banco Ejidal de la calle Benito Juárez, donde permaneció
algunos años, hasta que el ingeniero Gerardo Cázares, director en ese tiempo de
la Casa de la Cultura de Celaya, abrió las puertas al taller.
Diezmo de Palabras está considerado como
el taller literario vigente más antiguo y uno de los de mayor prestigio de
Guanajuato y México.
Entre
sus ilustres visitantes ha tenido el privilegio de recibir entre sus filas a Edmundo
Valadés, Poli Délano, Rafael Ramírez Heredia, Margarita Michelena, Francisco
Zendejas, Saúl Ibargoyen, Juan Bañuelos, Alejandro Aura, Juan de la Cabada,
Jaime Labastida, Carlos Montemayor, Otto Raúl González, Alberto Ruy Sánchez,
Rafael Gaona, Eugenio Aguirre, Silvia Molina, Mario Moya Palencia, Brianda
Domecq, Alí Chumacero, Mario Calderón, Ignacio Solares, Francisco Cervantes, Dari
Novaceanu, Jorge Teillier, Alejandro Romualdo y Óscar de la Borbolla.
Algunas
de las revistas, diarios y suplementos más importantes de la república de las
letras ha incluido a sus autores, entre otros: Tierra Adentro, Letras Libres, Vértigo, Casa del Tiempo, El Universo
del Búho, Periódico de poesía, Punto de partida, Castálida, Expresso, El Sol
del Bajío, Diario A.M., Es lo Cotidiano y Cosido a Mano, entre otros. Hemos
publicado varios libros individuales y colectivos.
Es
nuestro deseo que, al compartir nuestra experiencia personal dentro del taller,
otros aspirantes se animen a participar y buscar el apoyo de una comunidad
literaria abierta a todo aquellos hombres y mujeres que desean escribir y no
saben dónde y cómo empezar. No hay
límite de edad. Pueden escribir poesía, narrativa, ensayo, guión, libreto o lo
que más les guste. Todos los textos son bienvenidos.
PRÓLOGO
Hace más de dos décadas que descubrí en la escritura
un pasatiempo maravilloso, una actividad apasionante y liberadora, un símbolo
de rebeldía, pero también de compromiso. El gusto por escribir se derivó de un
hábito que comenzó más o menos a los trece años: leer.
De a
poco fui leyendo un libro tras otro, de diversos temas, de varios tamaños.
Transcurrido un tiempo encontré mi tipo de lectura y años después busqué la
oportunidad de escribir en un diario local al tiempo que una historia familiar
me llevó a redactar como Dios me dio a entender, un libro.
Mi
participación como columnista se extendió por casi quince años y en ese periodo
surgieron dos libros más: otra historia familiar y mi primera novela. Los
avatares por los que debí pasar para que mis textos vieran la luz fueron
innumerables. Las horas frente a una computadora, las entrevistas, la
investigación y la búsqueda de apoyos no vuelven sencillo la tarea de publicar
y mucho menos la de divulgar, por ello estoy consciente de lo que un escritor
debe vivir para que su libro se publique. Se trata de un largo y sinuoso camino
que desanima a muchos.
Por
eso mismo, la existencia de talleres literarios cobra especial relevancia para
cobijar a escritores que desean publicar. En un taller literario cada uno de
los integrantes expone lo que ha escrito y con paciencia escucha la opinión de
sus compañeros, quienes, con absoluta libertad y profundo respeto, realizan las
críticas que consideran pertinentes. El autor deberá guardar silencio, pues no
se trata de un intercambio de puntos de vista, mucho menos de un debate, es una
oportunidad para hacer anotaciones y corregir la ortografía, mejorar la trama,
fortalecer el hilo conductor y en todo caso, descartar algunas partes de la
historia.
Diezmo de Palabras es un taller
literario con más de treinta años de existencia que ha sido dirigido por
importantes personalidades como el maestro Herminio Martínez Ortega,
extraordinario novelista y quien fungiera como Cronista de Celaya los últimos
años de su vida. Herminio, ocupado en la forja de nuevos escritores, dedicó
centenares de horas, años de existencia para adiestrar y aconsejar a toda
persona que solicitaba un espacio en el taller. Diezmo de Palabras alcanzó la
consolidación con ahínco, disciplina y, sobre todo, con calidad.
El
tiempo avanzó inexorablemente y la brillante vida del maestro Herminio se
extinguió, pero Julio Edgar Méndez, uno de sus discípulos más avezados y fiel
custodio del legado del taller, asumió sin temor las riendas que sostiene hasta
ahora con pasión y empeño.
La
presente obra que me honro en prologar es una compilación de anécdotas, de
reflexiones, de reminiscencias y de gratitud por cada uno de los integrantes
del taller, quienes nos contarán lo que Diezmo
de Palabras ha significado para ellos y para su trayectoria como
escritores.
En
estas páginas el lector podrá encontrar un cúmulo de historias atesoradas con
el tiempo, que hoy, a la distancia, se convierten en bellos recuerdos de vida,
testigos de un momento que parece lejano pero que en la actualidad se valora,
se distingue y se añora.
No
conformes con lo anterior, los miembros del taller también nos regalan algunos
de sus textos poéticos, desde los cuales podemos vislumbrar su educada manera
de escribir y su sensibilidad por compartir.
Si
hay un sello característico del actual gobierno municipal son las puertas
abiertas, donde el ciudadano debe ser atendido con diligencia, amabilidad y
respeto, pues los servidores públicos tenemos ese deber en todo momento. La visión
del presidente municipal Ingeniero Francisco Javier Mendoza Márquez, ha
permeado fuerte en el Instituto de Arte y Cultura. Estamos convencidos de que
el acercamiento con la comunidad artística y cultural es vital para fortalecer
el trabajo que se realiza desde la administración pública. Es por ello que
cuando Julio Edgar se me acercó para solicitar la publicación del presente
libro, no dudé en respaldarlo, sabedor de la calidad del taller Diezmo de Palabras y en reconocimiento a
los varios años que de manera ininterrumpida dedican al perfeccionamiento de
los escritores que buscan en ellos, un escaparate para el desfogue de sus
emociones.
Lic. Héctor José Gómez de la Cortina Guerrero
Director General del Instituto Municipal
de Arte y Cultura de Celaya.
Julio del 2022.
Semillero de
talentos del granero de palabras
Cuando el maestro Herminio Martínez tuvo a su cargo la
coordinación del taller literario Diezmo de Palabras en Celaya, Gto., siempre
precisaba que era muy importante saber pensar parasaber escribir. Saber
construir ideas y clarificar conceptos, precisar experiencias para darles forma
a los acontecimientos en la memoria, surgiendo de los recuerdos o de la
creatividad. Esto resulta un reto inicial para posteriormente plasmarse por
escrito, echando mano de los recursos necesarios para hacerlo apropiadamente para
el propósito que el autor desea y con ello lograr no solamente la comunicación
o la transmisión del conocimiento, sino la transmisión de sentimientos, emociones, de
sensaciones que cautivan a un lector para no desprenderse de la lectura, para viajar
por el mundo de la imaginación, para adentrarse en la catarsis de otras
historias. Por ello decía, era muy importante que el escritor fuera honesto en
su pensar, escrupuloso en su escritura y responsable con el uso de las
palabras, porque tenían su propio peso y significado.
Cuando
se tiene el privilegio de contar con un ejercicio creativo en grupo, donde la
experiencia en equipo de trabajo es importante para compartir y buscar mejorar
–como buen principio colegiado– la experiencia creativa se enriquece y también
se robustece gracias a la diversidad de su composición, como a la
generación de lazos de unidad en las expectativas y deseos
de aprendizaje. Los sentidos se agudizan y la mente dinamiza su funcionamiento
para corresponder los ámbitos desde los cuales los demás hacen surgir su
inspiración.
La
creación literaria logra trascender cuando se escribe con respeto, primero a
nuestras ideas y después a las consideraciones de los lectores que nos
descubrirán. Por ello, resulta muy meritorio reconocer la constancia de la
práctica y la perseverancia en la lectura que favorece el flujo de la
escritura.
El otro momento presente en la posibilidad del bien
escribir, está en el publicar; el compartir con un público mayor lo creado y es
entonces en donde podemos apostar a la apropiación de nuestros textos por otras
personas, también a la trascendencia por la originalidad, el uso correcto de las
formas literarias, lo sobresaliente del desarrollo de un tema o el significado
que puede tener para determinados sectores.
Por
lo anterior, uno de los procesos creativos más sensibles, que merece mayor
cuidado y acompañamiento, es el taller literario, porque permite formar seres
humanos sensibles para trascender a través de la palabra, no sin antes pasar
por el examen del análisis, la reflexión, el estudio, la elaboración de
borradores, la selección, la fragmentación, la reescritura y el tiempo que
permite clarificar ideas y madurar pensamientos.
Mi
agradecimiento y felicitación a Diezmo de Palabras, por continuar cultivando y
promoviendo el saber literario, por permanecer de puertas abiertas que orientan
y permiten crecer a los demás, porque sus aportaciones son valiosas para la
preservación de la palabra escrita y su contribución es fundamental para
motivar y formar la creación literaria entre diversas y nuevas generaciones a
través del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Celaya.
Gracias
por ser semillas que germinan dando abundantes frutos.
Rafael
Soldara Luna
diezmodepalabras.com