EL
ARTE NO TIENE FRONTERAS
Por Verónica Salazar García
Tiempo atrás quedé fascinada
con la imagen de una pintura que es una flor, pero también es el rostro de una
mujer y no podía discernir si era flor o era rostro. Pensé sobre la gran sensibilidad del autor,
su inteligencia y el talento de sus manos. Nunca imaginé que en otro punto de este
planeta, Sylvia Fabiola, una mujer sensible, políglota y a quién le encanta el
arte en todas sus modalidades, tendría la misma experiencia.
Desde los dieciocho años escribe, gusto que comparte con el yoga y el baile. También le encanta la naturaleza y se regocija con las caminatas por el bosque en compañía de sus hermanos y amigos sin importar las temperaturas bajo cero del clima Alemán. Sylvia es una mujer sencilla, le encanta la escritura o contemplar por horas una obra de arte, lo que la hace inmensamente feliz.
Al conocer la obra del Maestro Octavio Ocampo, quedó
deslumbrada con su arte y forma de pintar. Lo que la motivó a conocerlo más y
aunque no lo ha podido ver en persona; sí lo ha conocido a través de llamadas
telefónicas, por whatsapp y por correo electrónico. Los une una bella amistad
desde hace cuatro años en que su comunicación ha sido constante.
Para Sylvia fue un gran impacto conocer las pinturas del
Maestro Ocampo y siendo una mujer sensible, no dudó ni un minuto en plasmar en
letras el sentimiento que le provocó los cuadros del Pintor. Y así, absorbiendo
con la mirada cada obra de arte, fue naciendo en Sylvia Fabiola la necesidad de
inmortalizar los sentimientos que le provocaron. Al ser una gran poeta con
obras ya publicadas se dio a la tarea de plasmar en tinta y papel lo que cada
pintura le hacía sentir.
Sylvia logra su cometido y en el libro El Arte de la Metamorfosis, consigue de tal
manera dibujar con palabras las pinturas del Maestro Octavio Ocampo que, al
observarlas y leer los poemas y textos
tal parece que lo hicieron al unísono. Es tal su armonización que si no es
porque ellos lo dicen no se creería que hasta ese momento no se conocían los
autores. Por tal motivo es imperdible leer el poemario de Sylvia Fabiola y
disfrutar de sus letras amalgamadas con las pinturas del Maestro Ocampo.