EN
ESTE SOLITARIO ESPACIO DE LA LUNA
“¿Qué
es poesía?, dices, mientras clavas en mí pupila tu pupila azul. ¡Qué es poesía!
¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.” Sentenció Gustavo Adolfo Béquer y
con estas líneas perpetuó el inefable placer de somatizar el alma, cuando damos
a luz la estética literaria desde lo profundo de las emociones.
Así
que desde algún “solitario espacio de la luna” nos acompañan cuatro amigos
poetas. Su obra es divergente, a veces paralela pero siempre intensa. Participan
en la escena literaria de la Ciudad de México (CDMX le dicen ahora) y nuestro
colaborador frecuente, Maurick Ilich, los ha convocado para este encuentro oportuno
entre su obra y nuestros lectores. Que lo disfruten. Vale.
Julio
Edgar Méndez
Fotografía de Claudia Andujar
AUSENCIAS
COTIDIANAS
Fanny
Casillas
Querer
gritar
ahogar
en un grito la vida
Querer
pintar
blanquear
la noche con aerosol
sobre
la avenida.
Exiliarse
de la última nave que tenías.
Naufragar
en la luna
con
toda la tripulación que soñamos:
Reclamos,
promesas, desencantos
y
gritar, pintar, exiliarse
volver
de vez en vez a tu nombre
recordar
que hubo en tiempo
en
que los dos fuimos compañeros de puertos
en
el que los dos navegábamos con locura
sin
timón, ni veleros.
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PRELUDIO
Fanny
Casillas
He
perdido la cuenta
de
las puestas de sol
que
han besado mis ojos.
No
hay flor que pueda con
sus
pétalos contar las estrellas
que
uso a diario para pedir
una
tormenta de olvido.
Sigo
la ruta del viento,
las
nubes que forman tu cabello
quieren tocar la luna
que
llevas en la espalda.
Estas
causalidades
hacen
que pierda la brújula del mapa
en
donde una noche de octubre
me
dio por olvidar
los
años luz a tu casa.
No sé
si
la hora de tomar café, es una señal para tu encuentro
o si
escuchar esa canción de repente,
es
apenas una ligera señal de que escuchas mis pasos,
Espero tu recuerdo
que
llega todos los días a las cuatro.
Como
una vieja ceremonia al Mictlan
tu
perfume a copal besa mi cuello
rodea
mis labios y siento que tu recuerdo
es
insoportable.
Tus
ojos
tus
manos
tu
cuerpo
a
las cuatro llegas
y al
ritual de tu regreso
cada
uno de mis intentos de olvido, se consumen
como
incienso.
Pasadas
las seis te vas
y
dejas por toda la sala rastros de ti
un
extraño olor a copal
invade
la habitación.
Es
el otoño que al fin comenzó.
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RECUENTO
Fanny
Casillas
Y en
el recuento de cadáveres que yacían en tu espalda
vi
todas tus promesas desangrándose,
tus
sonrisas mutiladas
y
tus manos con balas;
sin
embargo no vi en el delirio
ninguno
de mis dedos sujetándolas.
En
el fusilamiento de nuestras vidas hechas
te
vi con mis brazos
y te
caminé con mis ojos
quedito,
quedito
para
que mis pasos no te abrazaran en la muerte
para
que mis abrazos no te miraran con lágrimas.
Te
vi morir
sin
una palabra de despedida,
ni
un beso de buenos días
te
vi morir,
morir
apestando
mis planes
en
una fosa sin sueños.
¡Alto
al fuego!
Por
fin a nuestros caminos
se
les acaba la vida
y
con ello
tu
voz
tu
olor
tu
mano
Un
mundo que ya no es más mío.
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EXILIO
Fanny
Casillas
Sé
por qué no quieres saber nada de mí
ahora
entiendo por qué bloqueas con muros
todas
las mariposas hechas beso que te mando
Ahora
lo sé.
Sabes
que yo fui congruente a la promesa de una noche que ahora ya no importa.
No
te vayas, me decías y ahora en este solitario espacio de la luna
te
das cuenta de que tú rompiste la utopía
que
hiciste trozos la promesa de incendiar el mundo
para
construir sobre su cadáver y las cenizas un romance eterno
para
que nuestros pasos fueran espíritus vagabundos del universo.
Pero
hiciste trozos las promesas y esperanzas
también
las mariposas hechas beso,
luego
rociaste tu bosque astronauta de gasolina
y
allí en un árbol casi caído
encerraste
las mariposas-beso.
Las
promesas
la
noche que ya no importa
e
incineraste el amor y los olvidos
y
también la lucha y las clases y los obreros
y ya
no quisiste incendiar al mundo
te
acostumbraste a los atropellos
te
acostumbraste a colonizar el aire de desconsuelos
te
acostumbraste a vestir las estrellas de duelo
y yo
me acostumbré a una llama corta que no incendia el mundo.
Ni
tampoco tus sombras
ni
tampoco las mariposas que nacen de cada deseo por verte de nuevo
aunque
sea verte convertido en cenizas
aunque
sea verte los poros ya sin mis caricias
pero
eso
como
la noche y las llamas que no arden el mundo
todo
eso
ya
no importa.
SIN
TÍTULO
Jesús
Baldovinos Romero
¿Por
qué nadie me explicó que la muerte es ausencia?
Padre,
llevas tantos años muerto
y yo
sin saberlo.
*
Un
árbol tembloroso,
lleno
de miedo
despojado
herido
sin
ramas, sin nidos, sin aves
un
árbol vacío,
sin
frutos, sin hojas;
en
lugar de savia
el
veneno de la soledad.
Mi
padre, sigue siendo
un
árbol de silencios.
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LA
IGUANA
Jesús
Baldovinos Romero
La
iguana devora sol
el
destello de sus ojos milenarios lo confirma
tanta
luz que se ha oscurecido
tanto
asombro atrapado entre sus costillas.
La
iguana es un presagio
de
lo que el hombre no ve.
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UN
CABALLO ROJO
Jesús
Baldovinos Romero
Un
caballo rojo de guerra cruzó la infancia. Ese triciclo en que cabalgué quedó
enterrado en el barro del patio, aquel patio lejano. Hoy, ahí, en medio del
ruido y de los demás recuerdos apretujados, apareció de nuevo.
Le
colgaba girones de aire para que fuera más rápido. En sus ruedas la inocencia
se fue quién sabe a dónde. Me trajo a cambio un miedo infinito a las cosas, a
los calendarios sobre todo, y al olvido también.
Esta
tarde vino colmado: el amanecer en la huerta, la barba rasposa de mi padre, la
juventud de mi madre, y yo, perdido en ese silencio de la niñez. El apache dibujado en su frente me sonrió de
nuevo y cambió el llanto por un manojo de gratitud.
También
yo fui un guerrero descubriendo lo que había detrás de las cosas; aunque alguna
vez, mis pies se hicieron de agua y lo abandoné en medio del camino.
Sus
chirridos de grillos atrapados son un
archivo musical que no he podido encontrar de nuevo. Pienso que tal vez fueron
así, como yo también dejé de ser y ya no encontraré a nadie.
TORPEMENTE
ENAMORADA
María
Del Pilar Martínez Pérez
Estoy
enamorada, de ti, y de tu interior, estoy enamorada de lo que eres cuando estoy
contigo y cuando no, estoy enamorada de tu risa calmada, y tu risa a
carcajadas, de ese par de hoyuelos al final de tu boca, y de lo chino que es tu
cabello.
Estoy
enamorada, de tu aroma, de tu voz, de todos esos sonidos que haces cuando te
preocupas.
Y de
ese silencio cuando no sabes qué decir.
Estoy
enamorada, de tus ojos, de esos ojos que me miran al anochecer
Y ni
hablar de lo ojos que tienes al amanecer.
Estoy
enamorada, de tus manos grandes y fuertes.
De tu
estatura fuera de lo promedio.
Estoy
enamorada, de lo que somos estando juntos, de lo que eres estando solo, estoy
enamorada de tus chistes sin humor, de tu expresión al asombrarte, de cada
facción tuya, de lo que fuiste, de lo que eres.
Estoy
torpemente enamorada,
De
lo que conozco de ti y de lo que no también.
Estoy
enamorada, de tu nombre, y de la primera vez que te vi.
De
tu camisa amarilla, y de la rosada también, de cómo te ves con tus anteojos y
de cuando te los quitas, de tus gustos y de lo poco que tenemos en común.
Estoy
enamorada, de las circunstancias, de nuestro primer paseo, de nuestras
caminatas largas alrededor del parque, de nuestros besos a mitad de calle, y de
los abrazos de despedida en las paradas.
De
cada uno de nuestros besos largos, y de los cortos también, de tus ocurrencias,
de tus palabras, de cómo sostienes mis manos, y de cómo me levantas para estar
a la altura, incluso el desnivel que existe me cautiva.
Estoy
enamorada de cada uno de nuestros encuentros, de esos besos apasionados en
lugares inusuales, y de la hora en la que siempre quedamos para vernos.
Estoy
torpemente enamorada de ti, y de todo lo que me haces sentir.
DIOSA
MÍA, DEVUÉLVEME A LA VIDA
Phil
Decart
Tú,
mi inspiración, Diosa mía
negarte
es negarme a mí mismo,
yo
finito, tú inmortal,
pues
qué queda, después de un tiempo,
de
mí, cenizas; de ti, la inmortalidad.
De
tu inspiración, palabra-verdad
Que
canta el amor sublime.
Yo
al borde de la locura; Tú la razón,
Amor
elixir mágico dado a los mortales
sin
él, no vivo, muero.
Me
atormenta tu lejanía,
saberte
con otro, ¿amante?
Se
enfriaron las caricias,
los
besos, tu sonrisa angelical
del
Olimpo has bajado, diosa mía, yo mortal,
necesito
de tu cuerpo,
amarte
hasta el delirio,
frenesí
de amor te pido
sueño
y pienso en ti.
Diosa
inmortal, dale valor a mi finitud.
++++++++++++++++++++++++++
“OJOS
NEGROS, PIEL CANELA”
Phil
Decart
Tez
morena
Destello
de estrellas,
abierta
sonrisa,
ojos
negros, de capulines
ventanas
de tu alma.
Piel
morena,
pasión
nocturna,
labios
color cereza
gesticulan
amor
y me
atraen,
hasta
perder la razón.
Nuestros
cuerpos se atraen
dejados
a la imaginación,
al
ser y al quehacer;
pero
cuando despierto,
quisiera
nuevamente con temor y temblor
hacerte
mi amor.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya, Gto.
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