DIEZMO DE CALAVERITAS
AL
MAESTRO
La
muerte se ha llevado a un gran escritor.
—Lo
quiero para escribir mis memorias
-dijo,
con un hondo susurro aterrador-.
Subió
por él a la cima de su amado Culiacán.
Intermitente,
con harta paciencia,
se
alió con un gran dragón;
pero
el Quijote de Machigua, con mucha dedicación,
fue
esquivando las tarascadas voraces de tales fieras.
Era
tanta su entereza y su pasión por las letras,
que
la misma calaca quedó embelesada al leer sus poemas:
—Ni
hablar, éste es el cronista que necesito:
Lírico,
lúdico, maestro de la metáfora,
peón
de la palabra, gramático profesional;
inspirador
de nuevas generaciones,
guía
de aprendices de brujos,
un
profesor a carta cabal.
La
muerte se llevó a Herminio Martínez,
lo
necesitaba a su lado, quería escucharle decir:
“Yo
sé mucho de hierbas...”
De
amores y grandes pasiones,
de relatos
antiguos allende el mar.
Fueron
sus últimas palabras, frente a esa muerte puntual:
“Amé,
sufrí, gocé, sentí el divino
soplo
de la ilusión y la locura;
tuve
una antorcha, me la apagó el destino
y me
senté a llorar mi desventura
a la
sombra de un árbol del camino”.
JEM
CALAVERITAS
Patricia
Ruiz Hernández
-A
LALO VÁZQUEZ-
En
una noche de insomnio,
Lalo
halló a la Calaca,
gritó
ante el infortunio:
“¡Ay,
nanita! ¡Vete, Flaca!”
En
eso de la artisteada
se
creía todo un as,
contra
carrera truncada
habría
de ser tenaz.
En
un plan de rebeldía
se
le puso rezongón,
con
ella tuvo osadía
de
darse un buen agarrón.
Así
vivió la hora última,
vistió
traje de finado
y
llevó con él su música
a
tocar al otro lado.
+++++++++++++++++++++++++++
-A
JULIO EDGAR MÉNDEZ-
Bibliotecas
son santuarios
donde
Julio moriría,
malabares
literarios
eran
su pan cada día.
La
Muerte se apersonó
bella
y Vestida de tul,
su
abrazo lo aprisionó
dejándole
piel azul.
El
mortal era la presa,
sin
lugar para el perdón,
ella
se puso amorosa
y un
gran beso fue el Pilón.
Reposa
en morada eterna,
entre
herméticas paredes,
la
Parca dijo burlona:
“Eres
mío, Sal si puedes”.
++++++++++++++++++++++++++++++++++
-A DIANA
ABOYTES-
Diana
sazonaba versos
para
derretir glaciales,
inmersa
en los embelesos
de
los placeres sensuales.
La
Parca dijo imperiosa,
con
porte de mandamás:
“La
adoración a Afrodita
a mi
reino llevarás”.
Impregnó
mortal veneno
a la
tinta que respira,
incitando
eterno sueño
en
la admirada poetisa.
Tatuó
la infame Calaca
en
el bello cuerpo inerte,
teñida
Letra escarlata
que
significaba muerte.
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-A
ROSAURA TAMAYO-
En
el cosmos de Rosaura
el
color podía latir,
imágenes
sin mesura
de
la nada hacía surgir.
En
un lienzo apareció
la
macabra Calavera,
por
más brochazos que dio,
salía
por dondequiera.
Estampadas
en mural
quedaron
en comunión,
se
exhibió cuadro mortal
en
póstuma exposición.
El
cajón atiborrado
por
el camposanto avanza,
sus
enseres ha cargado
a la
última mudanza.
++++++++++++++++++++++++++
-A
CARLOS AGUIRRE-
Por
mansiones embrujadas
Carlos
debía pernoctar,
narraciones
y leyendas
se
permitía atesorar.
Como
biógrafo de espectros
y
entes extraterrenales,
vivió
encuentros siniestros
con
presencias fantasmales.
El
tren que va al purgatorio
la
Parca lo mandó abordar,
por
husmear su territorio
y a
los muertos hostigar.
Le
dieron la bienvenida
las
ánimas al mortal,
incluyendo
la afamada
y
vil, marrana infernal.
+++++++++++++++++++++++++++
-A
SOL POPPER-
A
Sol sorprendió la Parca
cuando
nostalgia sufría,
añoraba
su comarca
de
alejada geografía.
Gustaron
a la Tilica
versos
sabor provincial,
la
metió en una caja
por
ese arte sin igual.
Sol
pensó en tiranía
que
profesa la Catrina,
mas
intento vano sería
reñirle
a la soberana.
A la
difunta dio tour
por
admirables lugares,
como
la tierra del sur,
con
sus cumbres y sus valles.
++++++++++++++++++++++++
-A
JESSICA ESCOBEDO-
En
lecturas de terror,
la
Muerte halló a Jessica,
provocando
más pavor
que
la trama novelesca.
Ella
defendió su vida
contra
designios tan viles,
quiso
anular la partida
por
sus sueños juveniles.
Anhelaba
fama y gloria,
escribir
era su oficio,
ir a
cámara mortuoria,
¡sería
un gran desperdicio!
Le
concedió la fea Huesuda,
premio
de consolación,
en
panteón fue recibida
con
una gran ovación.
++++++++++++++++++++++++
-A
JAVIER MENDOZA-
Javier
trazaba la prosa
con
soltura y maestría,
ignoraba
que la fosa
pronto
lo recibiría.
Con
su cara de villana,
la
Muerte llegó dispuesta,
le
reveló que la guadaña
es
la última respuesta.
Montón
de inéditos cuentos
llevó
cargando al panteón,
si
un cazador de talentos
acaso
haga colección.
Yace
en ataúd postrado,
agrada
a la Parca su aspecto,
con
esqueleto descarnado
tiene
el cuerpo perfecto.
+++++++++++++++++++++++++++++++
-A
EDUARDO ZURIA-
Buscaba
Eduardo el saber
de
las cosas terrenales,
pretendía
esclarecer
sus
dudas existenciales.
Dijo
al ver a la Pelona:
“A
ti, te sobra experiencia,
sé
conmigo compasiva
e
ilumina mi consciencia”.
“Me
debato entre el deber,
lo
sabroso del placer,
y la
obsesión por tener,
entonces,
¿qué debo hacer?,
y,
¿qué será: ser o no ser?”
La
Parca dijo al profano:
“Lo
que mortales buscan
está
en el otro lado,
¡ven!,
los viajes ilustran”.
+++++++++++++++++++++++++++++++
-A
RAFAEL PALACIOS-
Rafael
pensó en su vida
como
en un largometraje,
sin
esperar que la Huesuda
daba
por concluido el viaje.
Brillaba
en las bellas artes
con
sus múltiples destrezas,
por
designios mortales,
la
Parca fue aguafiestas.
Se
puso fin al rodaje
y el
mortal se resistió,
apegado
al personaje,
más
la tierra lo arropó.
Emigró
a otro escenario,
para
seguir en el arte,
detrás
de acto funerario,
la
Parca exclamó: ¡corte!
+++++++++++++++++++++
-A
MIGUEL SÁNCHEZ-
El
escritor se afanaba
en
el arte literario,
aunque
ya se preparaba
magno
fiestón funerario.
Al
tropezar con la Huesuda,
intentó
cualquier recurso
que
le alargara la vida
para
un último concurso.
En
biblioteca empolvada
vaga
espectro de Miguel.
La
sala está embrujada,
dicen
que enchina la piel.
Hoy,
le sobrevive su obra:
El
libro de los terrores.
Traza
desde la penumbra
guías
para los escritores.
++++++++++++++++++++++++
-A
J. LUZ RENTERÍA-
Luz
ideó gran proyecto,
acorde
a vocación poética:
dar
a luz lo más selecto
de
manufactura mística.
Se
presentó la Catrina
para
editar sus memorias,
por
la titánica faena,
murió
con crueles historias.
Ulterior
al rigor mortis
conoció
lo celestial,
encontraba
al fin su oasis
en
la tierra fantasmal.
Para
servir a la Muerte
tenía
tiempo infinito
y
como editor creciente
se
volvió un erudito.
++++++++++++++++++++++
-A VERÓNICA
SALAZAR-
Entre
leyes y escritura
Vero
pasaba los días,
extraviaba
la cordura
con
sus amadas poesías.
Activista
del teclado,
censuraba
el desgobierno,
por
crónicas de lo absurdo,
no
vistas ni en el averno.
La Catrina vio en
pantalla
el
fiasco del más acá,
le
ordenó cruzar muralla
donde
utopía hallará.
Someterse
a su tutela,
a
fuerza debió aceptar.
La
Muerte cree bagatela
la
vida que vino a tomar.
++++++++++++++++++++++++++
-A
MARGARITA MEDINA-
A la
Calaca complace
a
una mujer encontrar,
con
quien pueda desbordarse
y en
largas tertulias charlar.
Encontró
que Margarita
ama
vida saludable,
aun
con brócoli y lechuga,
la
muerte fue inevitable.
Ella
esperaba clemencia,
quedar
fuera de su alcance,
quería
ejercer docencia
y
saborear el romance.
La
Muerte le prometió
un
galán fuerte y formal,
Margarita
solicitó:
“¡Qué
no esté tan otoñal!”
+++++++++++++++++++++++++++
-A
ARTURO GRIMALDO-
Entre
lo humano y divino
Arturo
se debatía,
dominaba
lo mundano
que
naturalmente fluía.
Para
la pedagogía
era
un pez en el agua,
vivía
entre algarabía
y
asignatura tan ardua.
También
brillaba en el púlpito
por
amor a la oratoria.
La
Calavera entre el público
saboreaba
su victoria.
Por
la espantosa figura
de
golpe quedó afónico,
a
los pies de la Calaca
padeció
estado agónico.
*A PATRICIA RUIZ
-Por:
Arturo Grimaldo-
Esta
mujer tan noble
¡tiene
qué venir conmigo!
aunque
deje una vacante en CRODE
éste
será su destino.
Dicen
que es buena en todo
pero
más pa´ escribir y trabajar.
Antes
que su tumba se llene de lodo
su
alma y su cuerpo debo atrapar.
Tu
hora ha llegado
afamada
“Paty Athenas”.
tu
marido se ha cansado
de
tus versos y críticas ajenas.
Ya
ni llorar es bueno,
tampoco
supliques perdón,
que
si me quitas el sueño
te
convertiré en un “ciclón”.
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