MONTAÑA BORRASCOSA
Alejandro Martinez “Palabra Errante“
Montaña borrascosa que
de tus caderas deslizan fantasías
Que de tu fauna renace
la vida y se amamanta la crudeza
Que de tus pantanos se
desborda tu ánima inerte
Tu dolor, que me
golpea cual garra de tigre
No llores por mí, que
yo no lloraría por tus laberintos silvestres
Tus cabellos son
destellos de lo oculto y profano de aullidos de lobos salvajes, excitados por
la luna y el misterio de la noche, tu noche, nuestra noche
Sigo perdido en las
entrañas de ti, de lo fresco entre las tormentas de tu naturaleza
Atravieso tus campos,
profano tus riachuelos, padezco tu frialdad
En la cueva de tu
parte más alta he encontrado mi sepulcro
Hoy es buen día para
morir en ti, en ti moriré, en tus caprichos húmedos.
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Noradino Rodríguez
Tic – tac… el tiempo
se anuncia
poniendo su voz en el
reloj de pared de nuestro cuarto,
Aún sin luz me parece
ver tu pecho desnudo moviéndose al compás de tu respiro,
Ardo en deseos de
tocarte,
Poco a poco acorto la
distancia hasta tu oído,
Con un beso leve
deposito entre tu pelo un callado ¡te quiero ¡
Tu respiración se
agita, me acerco un poco más.
Tu sonrisa se abre
paso en lo más oscuro del deseo,
Tu mano busca la mía y
la deposita en tu pecho,
Como lobos sobre su
presa mis labios se apoderan de tu aliento,
Tus brazos rodean mi
espalda y los míos la tuya.
Tic – tac suena el
tiempo, mas a quien le importa si es que sigue avanzando o se detiene
eternamente.
En esta pasión de los
dos no existe nada más,
Solo nuestros cuerpos
sumergidos en la locura,
Cayendo frenética e
inevitablemente al fondo del placer.
Este placer sin
miedos, sin sensatez,
Desprovisto de censura
de tabúes,
Tan capaz de
arrancarnos del suelo,
Y elevarnos a
universos desconocidos y lejanos,
Prohibidos a los ojos
de los que no aman como nosotros.
Este placer que parece
por segundos nos arranca de la vida,
Dejándonos sin
respiración al momento de llegar a la culminación del viaje.
Siento tus uñas
aferradas a mis manos,
Inmisericordes se
hunden como cobrando el placer sentido,
Tu vientre se
estremece, Los sentidos se nublan, los cielos se caen, mueren los dioses,
El tiempo se
detiene…….
…… un profundo respiro
simultáneo, casi sincronizado nos vuelve a la vida, a esta vida.
Adivino tu sonrisa,
muerdo tu beso,
Y un dulce te amo nos
hunde en el sueño.
….. Tic – tac descansa
mi amor, descansa.
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SALIVA Y DESVELO
Martín Campa Martínez
Los amantes se
despojan de su luz
al llegar la penumbra.
Se olvidan de todo,
cobijados por la
tibieza de un suspiro.
Ni la luna, vestida de
nostalgias,
se atreve a
molestarlos ahora.
Entonces el viento
contempla a esos enamorados
que se beben gota a
gota,
ebrios de gozo,
mientras un olor a
misterio
invade aquella habitación,
y un profundo
terremoto
rompe los tornillos de
aquellos cuerpos
que al frotarse sacan
chispas de dulzura.
Los amantes -saliva y
desvelo-
se untan la lengua uno
al otro.
Con leves quejidos
hacen trepidar los labios
que nacen en sus manos
y semejan eclipses
diferentes.
Los amantes,
silenciosos,
se desaguan uno sobre
el otro...
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DESCÚBRETE
Javier Aranda
Ven y descúbrete tú
misma,
o deja que yo te
descubra,
¡suéltate, siéntete y
déjate!
Silenciosa, bárbara,
negra niña,
nómada como cuando
desnuda
accediste a la locura
expuesta.
Tú sabes encontrar mi
cuerpo,
entretejes la lluvia
elemental
con hilo de satín,
desnudándote más.
Sales junto al brocal
de locura,
transformando un poco
mi animal,
mi tumba, mi beso y mi
fortuna.
Ahora, indomable
médula,
octubre, hermosa
misericordia,
muchacha fiera y
ninfa…
estatua confrontando
mis huesos,
inundas mis temblores
fúnebres,
quebrando mis asombros
y presagios.
Hoy te encuentras ante
mí,
buscándote en mis
pupilas,
tropezándote con mi
cuerpo.
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AMOR SIN EDAD
Margarita Medina Vega
Quédate conmigo al
alba
de espaldas al
atardecer.
Y así, tomados de la
mano
miremos juntos las
estrellas
suspirando por viejas
primaveras.
Quédate, y regálame el
silencio
de tus sueños ya
dormidos.
Siente el calor de mi
cuerpo
que desea me regales
esta noche,
sin pasiones que
atormenten.
Solo la dulce canción
de tu mirada
compartiendo un
universo.
Besemos nuestros
recuerdos
Y de los latidos del
corazón,
bailemos una sonata
bajo la luna.
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