domingo, 2 de noviembre de 2025

Una dulce amistad


 

Una dulce amistad

Iris Elohim Hurtado Arroyo

 

Érase una vez dos muy buenos amigos abejitas, uno se llamaba Chicho y el otro, Chencho. Todas las mañanas salían muy contentos a recolectar miel con una gran actitud y entusiasmo, porque así es más dulce y sabrosa.

            —¡Sabes que cuando haces las cosas feliz y con amor todo sale mejor! -Chencho le dijo a Chicho-.

            —¿Qué te parece si hoy vamos al Parque de las rosas?, creo que será un buen día, el sol está en su máximo esplendor y me siento muy feliz, será un gran día –respondió Chicho-.

            Volaron un buen rato, mientras tanto platicaban. El tiempo pasó como un suspiro y llegaron al Parque de las rosas. Pero cual va siendo su sorpresa, ¡una terrible plaga de moscas estaba en el parque! Ningún insecto se acercaba, ya que las moscas son asquerosas. Le preguntaron a la oruga Katy qué estaba pasando y ella les contestó muy llorosa:

            —Nadie se puede acercar porque el jardín les pertenece a las moscas y ahora no sabemos qué hacer. Creo que tendremos una reunión urgente, las tenemos que sacar porque sus patas mugrosas y peludas están secando a tan bellas rosas.

            Entonces Chencho y Chicho rápidamente reunieron a los demás   insectos  y formaron un gran batallón. Invitaron a Mostachón, el escarabajo Goliat, que solo al ver su aterradora presencia, las moscas salieron despavoridas, huyendo y dejando el jardín libre.

            Chicho y Chencho tuvieron que trabajar a marchas forzadas para cumplir con su jornada del día y los demás insectos estaban muy agradecidos por liberarlos de las mugrosas moscas. Las abejitas iban muy felices de regreso a la colmena con sus cubetas llenas de rica y dulcísima miel.



            Pero las mugrosas moscas tenían un plan malvado para los insectos. Robarles el jardín y sus pertenencias. Era una terrible idea porque el jardín les permite a los insectos vivir de una manera estable y con mucha comida.

            Al otro día, Katy se  llevó  la gran  sorpresa de que las  moscas habían  secado las bellas rosas. Cuando vio que las rosas estaban secas, llamo rápidamente a Chicho y a Chencho. Les mostró lo que  había pasado. Chencho preguntó:

            —¿Quién hizo esta monstruosidad?

            Katy se puso a llorar porque las rosas eran su felicidad y los demás insectos también se pusieron a llora amargamente. Las moscas habían logrado su objetivo y se reían como unas tontas. La mariposa Paty pasó volando y al ver a Katy la oruga se regresó.

            Paty, con su voz dulce y tierna le preguntó a Katy:

            —¿Qué te pasa pequeña Katy? ¿A qué se debe tanto llanto?

            — Ahora no me podre convertir en una bella mariposa como tú, Paty.

            —¡Pero, ¿cómo dices eso? ¿Qué pasa? ¿Por qué? Cuéntame.      Eran  tantas preguntas que Katy comenzó a llorar de nuevo.

            —Las moscas, Pancha y Filogonia lograron secar el jardín de las rosas y tú sabes que yo vivo ahí. Ahora no me podré convertir en mariposa y los demás insectos tendrán que buscar otro jardín y muchos de ellos ya están muriendo y otros comienzan a emigrar.

La hormiga Rubí se enteró del problema y se presentó con un gran batallón del ejército Ponzoña, junto con Chicho y Chencho para expulsar a las asquerosas moscas. Pero se llevaron tremenda sorpresa al ver que las moscas se habían comiendo a las rosas y solo quedaron los tallos. Estaban tiradas panza hacia arriba porque no les cabía un pétalo más.



            Pancha tenía un dolor de estómago terrible, mientras que Filogonia tenía mucho vómito. Chicho y Chencho  se compadecieron y les llevaron un remedio. Les dijeron:

            —Tomen este brebaje que les ayudará a sentirse mejor y esperamos que hayan aprendido la lección de no ser tan abusivas con los demás.

Las tontas moscas nunca se dieron cuenta de que el brebaje era para que les diera diarrea. Pancha y Filogonia terminaron casi muertas de deshidratación, por tan tremenda chorrera que les produjo el brebaje de Chicho y de Chencho.

FIN




Cuento escrito por la niña Iris Hurtado Arroyo.

Taller literario par niños Diezmito de Palabras.

Imágenes creadas con IA.

Forma parte del libro Cuentos para no caerse de la cama de 2024.

Disponible en Amazon.

www.diezmodepalabras.com/diezmito.html








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