La metaformosis de Sylvia Fabiola
Escribir poesía es una tarea relevante, en el sentido
de que se expresan las ideas, sentimientos y emociones en la forma más bella y
estética posible. Crear poesía, sobre
una obra de arte, requiere que el poeta emprenda un vuelo mayor. En la obra
visual, el espectador recibe un impacto que puede o no dejar una impronta en
sus emociones o sentimientos, en las ideas preconcebidas y hasta en los
prejuicios. Cuando una poeta como Sylvia Fabiola escribe sobre la emoción de
descubrir en la obra del artista Octavio Ocampo, no solo los cinco posibles
planos de percepción –parte de la genialidad del arte de Ocampo–, sino la
dimensión donde la metaformosis sucede de manera natural, como si Octavio y
Sylvia se encontraran a través de los mares y países que geográficamente los
separan, se juntan las palabras y las imágenes de cada lienzo, deviene así en
algo más que relevante: es la metamorfosis del texto en forma y factura y la
poesía sobre lienzo.
Sylvia
Führer, de origen alemán –Fabiola, en su nombre de poeta–, es autora del libro El arte de la metamorfosis. Cuadros, poemas
y relatos de la transformación; donde aborda de manera excepcional y bella
la tarea de escribir-describir sobre la obra visual del artista celayense Octavio
Ocampo: “desde el interior de las pinturas”, nos dice la misma autora.
Con
un estilo lírico y profundo en su concepto, Sylvia lleva de la mano al lector a
recorrer parte de la obra del artista: “temas relacionados con la naturaleza,
el amor y la espiritualidad”. Cada una de las páginas de El arte de la metamorfosis es un redescubrimiento del arte de
Octavio Ocampo a través de la mirada de la autora. Un recuento donde la
metáfora envuelve al lector y lo hace cuestionar lo que ve. Como en todo buen
texto, es tan importante lo que está escrito como lo que no escribió el autor.
Cuando
leemos, nuestra propia cultura y experiencia llena los espacios donde el
escritor deja a la imaginación un juego de imágenes que no están sino
implícitas en el texto mismo. De ahí lo interesante de este libro de 145
páginas, con obra gráfica a todo color que se disfruta al contemplar los
distintos planos con los que Octavio Ocampo propone un mundo óptico-lúdico
donde el espectador puede ver solo lo que él mismo es capaz de percibir de
manera individual, personal, irrepetible. Lo mismo aplica para los poemas y la
prosa de la autora alemana, Sylvia Fabiola, quien además escribió totalmente en
español. Son textos personales, únicos e irrepetibles: “los cuadros metamórficos
comienzan a cobrar vida ante la vista o se convierten en la partitura de una
‘música interior’. Así pueden disfrutar del desarrollo de las metamorfosis
sintiéndose inmersos en un filme imaginario”.
Sylvia
también nos revela que la colaboración entre el artista y ella fue constante,
al grado de compartir textos y revisiones antes de formar parte del libro. Esto
es un privilegio que pocos escritores han tenido. La autora y el artista
lograron así un mundo mágico, como dice Octavio: “En el arte metamórfico todo
fluye: así, unos árboles se convierten en bailarines dispuestos a volar como
aves por el aire. En este libro, su vuelo se convierte también en palabras, en
rimas, en la música interior de los sueños”.
Es un deleite leer la obra de Octavio Ocampo y un honor admirar los textos de Sylvia Fabiola, juntos y, sin embargo, distinguibles en su propia ensoñación: “Comprendí que mi percepción se había abierto hacia otro mundo, había entrado en otra dimensión: la del artista que me creó”, creo que así podría expresarlo este libro, si pudiera definirse a sí mismo. O tal vez lo hizo y solo nos resta decir que El arte de la metamorfosis debe leerse con los ojos del corazón.
Julio Edgar Méndez
Coordinador del Taller Literario Diezmo de Palabras
Celaya, 2021
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