POR TODOS LOS
QUE SE FUERON…
POR TODOS LOS
QUE AQUÍ SEGUIMOS
-TEXTOS PUBLICADOS EN EL SOL DEL BAJÍO 2020-
Dos mil veinte será un año inolvidable para todos los
que aquí seguimos. Todos hemos perdido a alguien, por una causa o por otra.
Algunos más ya no estarán o no estaremos aquí en un futuro cercano. Nos alcanzó
no uno de los jinetes del Apocalipsis, sino el Apocalipsis mismo nos arrolló a
todos, con todo y caballo.
El
Coronavirus, esa corona del mal, impactó al mundo de manera inaudita, infame.
Un objeto microscópico nos demostró, de nuevo, que no somos nada. Pero eso no
fue todo, a nosotros, en el Diezmo de Palabras, nos pegó el destino desde que
inició el año. Se adelantaron, en nuestra ruta a las estrellas, compañeros y
amigos entrañables: Emilia, José Luis, el Capi, Carlos Javier y Toño, además de
otros parientes y conocidos. Nuestros compañeros se fueron, pero siguen
presentes en nuestro corazón, en las historias que contaban; en los textos,
leyendas, cuentos y poemas que dejaron como testimonio de que estuvieron tan
vivos como la vida misma. Esa vida pasada que siempre será futuro porque el
testimonio de su obra quedará presente para los que aquí seguimos hoy y los que
seguirán mañana.
Por
eso dedico este texto, último del año 2020, para todos los que se fueron y
también para todos los que aquí seguimos. Porque la vida es un continuo andar
hacia adelante. Siempre hacia adelante. El mundo no se detiene por nada y por
nadie. Nuestra Galaxia gira y navega inmersa en el movimiento constante de todo
el universo, de todos los multiversos. De nuevo caemos en la cuenta de que
somos solo polvo de las estrellas y hacia allá debemos volver. Para volver a
ser uno con el Todo que rige el destino de cada uno de nosotros. Un destino que
alcanzó a muchos y alcanzará a los que faltamos.
El
fin de este año no será percibido igual que otros pasados, éste parece una
carrera de supervivencia. Por eso debemos mantenernos unidos, a pesar de la
distancia. Para que la humanidad, una vez más, salga adelante, como siempre lo
hemos hecho.
En el
Diezmo de Palabras agradecemos a nuestro compañero, Lalo Vázquez, por su
dedicación y su entusiasmo para mantener a todos los participantes en este
Diezmo semanal de El Sol del Bajío, constantes en participar, para enviar un
mensaje de amistad, amor, empatía y solidaridad con todos los lectores que nos
brindan su atención. Y, por supuesto, nuestro enorme reconocimiento a los
verdaderos héroes de estos tiempos, los médicos, doctoras, enfermeras y
enfermeros y todo el personal de salud que han arriesgado su vida para cuidar
la de otros.
Por
todos los que se fueron… por todos los que aquí seguimos, vaya un enorme
abrazo, un fuerte apretón de corazones y nuestros mejores deseos para que el
año que viene sea infinitamente mejor que el que vamos dejando atrás. Porque lo
mejor que tenemos como humanos, es nuestra humanidad misma. La solidaridad,
empatía, amistad, confianza, bondad, misericordia y, sobre todo, la esperanza
de que veremos brillar de nuevo la luz de un nuevo sol y una nueva luna.
Gracias
por todo, gracias a todos. Vale.
Julio
Edgar Méndez
Coordinador
Taller Literario Diezmo de Palabras
Diciembre
2020, año del Coronavirus
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PUBLICADOS EN EL SOL DEL BAJÍO 2020
DICIEMBRE Y SUS
POSADAS
Por: Javier Alejandro Mendoza González
Tan pronto inicia el mes más festivo del años surgen
un sinfin de conbevios y reuniones. Hay
que tener dinero y valor para soportar el famoso maratón Guadalupe--Reyes. La gente organiza fiestas al por mayor,
ansiosa por gastar su aguinaldo; dispuesta a perder su salud con alcohol y
desveladas; resignada, por las comilonas, a subir de peso como un cerdo en
engorda.
Hace varios años surgieron las famosas
"preposadas". Qué? Preposadas?
Esa palabra ni existe!
No puede faltar el intercambio de la oficina, en el
que nadie queda conforme. Se pide un
regalo de doscientos pesos, y van llegando con una taza de cincuenta pesos que
compraron en los puestos del centro, llena de papel y con dos chocolates
duros. Qué decir de la tradicional
reunión con los excompañeros de la escuela.
Da escalofrío pensar que siguen vivos.
En ella se dedican a presumir sus puestos y títulos. La mayoría de los susodichos ya están
divorcioados, gordos y pelones. En la
prepa se caían tan mal que no se hablaban, pero toda la noche se dan de besos y
abrazos para decir en voz alta cuánto se extrañan. Hasta crean grupos de whats app y face, los
mismos que van abandonado de uno en uno.
Las vecinas de organizan para la posada de la
cuadra. Todo el santo año andan a la
greña, pero ese día reúnen para decir entre dientes, con una sonrisa "muy
sincera": "Siempre me toca lo
más caro. La de enfrente ni puso nada. Chin!
Ahí viene la de la esquina!", y al día siguiente ya no se hablan.
Dónde quedaron esas posadas con letanías, ponche,
velitas y colaciones? Ahora sólo es vino
y excesos con esa endemoniada y dizque música de perreo. Todo termina en borrachera, faje y cachondeo.
En fin! Me
despido porque me invitaron a una preposada.
Va a ir la güera que me gusta! Me
tocó llevar el pomo de a cuarto, pero para quedar bien, además llevaré un
Paketazo que voy a comprar de pasadita en el Oxxo. Ah! La
Navidad!
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PERFUME
Bertha Cárdenas
Unjo mi piel con perfume
de intensa pasión,
que mis poros transpiren
aroma de deseos satisfechos.
La premura del tiempo adolescente
creció con los años mozos,
aumentaron mis prisas
por descubrir los sabores agridulces
de nuestros fluidos corporales.
Unjo mi piel con perfume
de intensa pasión,
mi torso curvilíneo
de insinuantes formas,
reclaman la cercanía
de tu atlético pecho.
Quiero amarte, con amor pleno
y abrirme a tu gran promesa,
que te quemen mis besos
y desees nunca soltarte.
Mis manos tatuarán en tu piel
mis ansias locas de amar,
no tendrás hambre
yo seré tu alimento ácimo
Seré tu vida y tu muerte.
Unjo mi piel con perfume
de intensa pasión,
navegaremos en el mar embravecido
de hermosas e imponentes olas,
zozobraremos exhaustos
en el filo del éxtasis,
soñando, exhalaremos
aliento de plenitud
al llegar a la playa de la felicidad.
Unjo mi piel,
para embriagarte de amor y pasión.
A TI, MUJER
Bertha Cárdenas
Soy mujer, gran honor y placer.
Alzo la voz en uso de mi derecho,
por aquella que en su pujanza prolifera
tuvo a bien decir : ¡sí!
No sé si siempre fiel a su doctrina
o siempre fiel a la vida,
sin temor a que sus benditos pechos
decayeran en la brega de amamantar.
Cuántos hijos, cuántos años
con los pezones rasgados de tanto dar,
gracias mujer que desde pequeña
Dios, por tu fidelidad natural,
te encomendó media vida
honrar mes a mes tu femineidad.
Con dulce andar, cantas bailas
para entretener tu pensar,
brincando vericuetos sin parpadear.
A ti, que te hice sangrar
Cuando rompiendo y estrenando el molde
vi tu imágen alegre sonreír.
A ti, que me enseñaste a amar
y el A,B,C, escolar
me enseñaste que no es lo mismo
ver qué mirar.
Que fuera timón, nunca ancla,
que la estirpe con valores y educación
es la que da el estilo, no el dinero,
empoderaste mi espíritu y mi ser
gran ejemplo de inteligencia,
por caminos de verdad me condujiste
practicante de decencia plena.
A ti, que te hice sangrar,
te digo: nunca te dejaré de amar.
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A QUIEN
CORRESPONDA
Por: Javier Alejandro Mendoza González
Seguramente te sorprenderá abrir los ojos y encontrar
esta carta sobre la almohada. Es la
vergüenza la que no me deja hablarte a la cara.
Disculpa que la hoja no lleve un nombre.
Ignoro cuál de las miles de mujeres en las que te transformas leerá mis
líneas.
Para serte sincero, me está volviendo loco el enfermo
juego con el que me provocas. Un sinfín
de ocasiones he pensado en abandonarte, antes de que me contamines más, y sea
tarde para los dos, pero es una inmensa curiosidad, convertida en morbo, lo que
me hace regresar.
Por cordura quisiera escapar de nuestra
patología. Las marcas dejadas en la piel
han comenzado a dañar el alma. Pero las
ansias que surgen ante la nueva escena que formas cada anochecer son tan
grandes, que sin dignidad te dejo manipular mi cuerpo y mis ganas de sentirte
una vez más.
Me molesta reconocer que disfruto por igual los dulces
besos de tus labios que con ternura se derriten sobre mi cuello, que los
arañazos que hacen surcos en la espalada.
¡Átame, acaricia o mata! ¡Ya me
da igual! Tengo que admitir que deseo
sin distinción a la tierna colegiala que usa minifalda a cuadros, a la
insensible dominatriz forrada de cuero negro o a cualquier otra. No importa que sobre la cama esperen pétalos
y velas, o esposas y látigos. Mi afectada
conciencia cuenta el tiempo para ver salir del armario el nuevo disfraz con el
que crearás otra fantasía.
Contrario a lo que exige la razón, esta noche, como
siempre, volveré para ser el juguete de tus perversiones. Con temor disfrutaré del arrebato que se
confunde entre el placer y el dolor.
Pero antes de traspasar nuevamente la línea de lo permitido, déjame
decirte que te amo, aunque me duela. Te
amo… quien quiera que hoy decidas ser.
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ÁNGEL CAÍDO
Armando Capi
Orozco (+)
Aletargado en el silencio vano de tus reprimidos
anhelos... silbando sordamente en espera de un suspiro...aleccionando a mis silencios
fallidos para convertirlos en etéreo triunfo... alimentando con polvo y
recuerdos los recónditos espacios de mi mente en los cuales aun tu vaguísimo
recuerdo ilumina las autoimpuestas penumbras que rodean lo que un día fue mi
alma...trato de cobijar mi congelado espíritu con las sobras de lo que alguna
vez fueron mis alas... esas que un día me llevaron a lo más alto, a lo más puro
y lo más deseado, esas mismas que lograron hacerme salir victorioso de las
batallas mas encarnizadas con tan solo un leve despeine....hoy sus restos no
mitigan ni tantito mi sepulcral anatomía...¿dónde quedó todo aquello que me
hacía poderoso? toda esa fuerza que convertía mis pasos en naciones y mis
palabras en mandatos sin misericordia...hoy yace casi sin luz escapándose entre
los dedos de mi diosa...la cual, con su mirada inyectada de delirio...esboza
una sonrisa socarrona, y sin más, lanza de nuevo la maldición que decidió sin
misericordia mi destino... "te amo, mi querido ángel caído".
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MECÁNICA DEL
OLVIDO
Alfredo Acuña Chimez
¿Cómo?, de qué forma funciona el mecanismo del olvido. A qué se debe que estas fibras del pasado se
debiliten, se descompongan en fragmentos irreconocibles; apilados
episódicamente en una figurativa escena débil y repetitiva. Como es que me
emociono hasta el llanto por aquello que ha sido y que quien lo aconteció no es
más que un fantasma que huele, que se siente, que vive en no sé dónde. Mi
memoria es falsa, me proyecta en escenas donde me veo, donde mi cuerpo o una
representación de él se mueve, me cuesta confiar en esa memoria que me proyecta
como un holograma en la pantalla del pasado. Estos recuerdos atemporales se
mezclan, me friccionan, cuando logro verme en otro a veces descubro que mis
recuerdos son espacios vacíos donde proyecto mis deseos de lo que pudo haber
sido, donde la verdad certera se alza en la sinuosidad y falsedad. Me desgasto
en los olvidos de los otros, estremezco y me aterroriza tan solo la idea de que
mi vida haya sido una mala historia contada en cualquier sitio.
Me contemplo como en el cine, esperando un final que
me sorprenda, atando desenlaces. Yo observó desde las butacas este espectáculo,
los rostros se confunden, las escenas se superponen; no hay pausas, todo ocurre
continuo, sucedáneo. ¿dónde estoy ahora?, quién precisa que aquello que escribo
en este mismo instante no es re-membranza. Y me miento, es inevitable dejarse
cosas en el tramo, quizá en lo ínfimo se encuentra lo inesperado, lo que le da
un giro irreversible a la existencia; pero son sitios donde no miramos.
El
recuerdo es algo así como materia creativa, pude ser quien desee ser siempre, ¿quién
me dirá que es mentira? como tocar lo que no existe o ¿existió acaso?, no lo
recuerdo. Es un secreto.
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EL CHISTECITO DE
LAS VEGAS
Por: Rosaura Tamayo
Una dama de sociedad llamada Yola, un día decidió irse
a Estados Unidos con su mejor amiga. Con mil engaños sacó el permiso del esposo
y se fueron directo a Las Vegas. Llegando se pusieron un provocativo vestido,
sus mejores joyas, se fueron a un bar y ya con las bebidas en la boca, Yola le
dice a su amiga.
—Ahora
si, querida, le vamos a darle rienda suelta al cuerpo, lo que pasa en las
Vegas, se queda en las Vegas.
Ni
tarde ni perezosa empezó a coquetear con uno de los clientes. Este hombre guapo
y bien vestido sólo la miraba. Ella, se le insinuó, y le dijo.
— ¿Entonces qué, guapo, nos vamos al
hotel?
Él,
con una sonrisa le dijo que sí y, si salieron juntos. Ella brincaba de
felicidad. Ya cuando estaban afuera el hombre le dijo.
—La
llevaremos presa por practicar la prostitución.
Ella,
por más que alegó que era la primera vez, que no se dedicaba a eso, que era una
dama respetable de sociedad, nada le valió. La ficharon por agarrarla con las
manos en la masa. La amiga vendió las joyas y con todo el dinero que llevaban
para darse la gran vida, la sacó de la cárcel. Las dos, con la cola entre las
patas, regresaron a su Celaya sin hacer algún comentario de lo sucedido. Pasaron un par de años, el marido se
la quiso llevar a Estados unidos de vacaciones. Al enseñar los pasaportes de
ambos para pasar la frontera y le dijeron.
—La
señora no podrá entrar porque está fichada por prostitución.
Después del chistecito de Las Vegas
la Yola se quedó sin marido y sin la lujosa familia. Aparte que fue un secreto
a voces, en esa diminuta ciudad.
NO LES DES TU
CONFIANZA
Herminio Martinez (+)
Aunque te hablen de Dios, no des tu voto,
aunque lloren, nombrando la limpieza,
tienen sucia la ropa del espíritu,
su moral es camisa de cochambre,
su corazón de padres es un asco.
Aunque recen con un ojo en el cielo,
aunque lo griten con un dolor cansado,
aunque digan que hablaron con la Virgen,
aunque te hablen de su alma, no los mires.
Aunque veas que al gemir echan espuma,
aunque te sirvan la bondad en su alma,
aunque te anoten en sus libros nuevos,
no les des tu confianza, aunque se mueran.
Mil sinsabores diarios por tus hijos,
la humillación es vil y es tu salario,
el sol sobre tus hombros se ha dormido,
el aire a tu cintura es una pena.
Aunque le echen
incienso a tus edades
diciendo que han llegado los Mesías,
por tus hijos enfermos no les creas,
aunque lo juren, invocando el Génesis.
Aunque se quiten en tu honor el traje
y manchen la camisa con tus sueños,
una racha de olvido por tu esfuerzo,
humo, llanto y dolor por tu jornada.
Aunque en sus ansias se golpeen el pecho,
aunque a tu nombre le hagan mil caricias,
aunque un rumor de rezos los anuncie,
no le muestres tu fe a su garra enorme.
Aunque en su rostro el ánimo camine,
aunque en su frente cante alegre el día,
aunque midan sus huesos con tu altura,
¡no es verdad que los manda el Padre Eterno!
MI MADRE Y YO
Elías González Ramírez (+)
(El charro poeta)
Abriendo la tierra para formar zurcos,
ha sido mi vida, fugas cuál quimera,
la tierra y semilla, mi madre y yo juntos, trabajo,
cariño, cansancio y miseria.
Recordando siempre tiempos de mi infancia,
mirando muy lejos...cuando yo era niño. Recuerdo a mi
madre velar por mi sueño,
besarme y dormirme sobre su corpiño.
El tiempo ha pasado y con él...aquel sueño,
ya perdí a mi madre y ya no soy el dueño,
de aquellas caricias, de aquellos desvelos.
Hoy tengo a mis hijos y con muchos anhelos,
quisiera pagarle a mi madre sus sueños.
Ella en mi pensando, y yo pensando en Ellos.
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HISTORIA DE LA
GUERRA ENTRE ESPAÑA Y HOLANDA
Manuel González Montiel
«Después de su dominio total en el campo de batalla,
España había acumulado los méritos suficientes para proclamarse vencedor frente
a Holanda. Pero no era así, inclusive de no ser por las oportunas
intervenciones de la defensa española, Holanda pudo tomar una ventaja que a la
postre, le hubiera dado un premio injusto y un castigo inmerecido a una España,
cuyo único desacierto fue la escasez de ideas para salir de la trampa de su
rival.
En el
tiempo extra, España se volcó al frente en la búsqueda del merecido triunfo.
Holanda por su parte no desistió de su juego rudo. Tras interrumpir de manera
ilegal una aproximación de España se quedaron sin un jugador por expulsión.
Justo antes de que Iniesta, con un tiro cruzado marcara el tanto que dio a la
Roja el título de campeón mundial.»
Después
de leer este episodio épico de la historia de España, Quique, profundamente
estremecido, con los ojos vidriosos y la voz entrecortada, preguntó a su papá.
—Papá,
¿por qué México no es campeón del mundo?
Enrique,
asumiendo su papel de compañero, maestro, héroe y erudito, contestó con voz
firme.
—Por
culpa de un sacerdote, encargado de la parroquia de Dolores Hidalgo en 1810.
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CHARLA
POSTERGADA
Por: Javier Alejandro Mendoza González
Papá, ¡cuántas veces dejamos esta plática para
después! Era lógico, el maldito trabajo
y el cansancio no te daban tiempo para mí.
Hoy por fin, en medio de esta quietud se nos da la oportunidad; aunque
ya pasaron mi niñez y juventud, en donde no tuve en tu persona un amigo o un
confidente. Ahora lo entiendo, fuiste
educado en otra época, bajo el machismo y ese miedo a demostrar los sentimientos. Como todo un líder, tenías que gritar y con
voz firme guiar un hogar; pero creo que se te olvidó que yo era sólo un niño,
que más que una orden o un castigo, necesitaba una palabra de cariño.
Cuando crecí
y fui padre comprendí lo ingrato que es ser el jefe de la casa, siempre opacado
por el enorme y natural amor que surge para la madre y mujer; siempre
presionado por la sociedad que impone roles, en ocasiones tan injustos como
inquebrantables. En el caso de un
hombre, el deber de ser fuerte y hasta insensible. Eso fue lo que te tocó vivir, aunado a gastos
inmisericordes y necesidades que te obligaban a un esfuerzo extra. Quizá por eso tu ausencia se sentía
tanto. Largas horas de cansancio en un
esclavizante trabajo (al que odiaba tanto), borraban la sonrisa de tu
rostro. Lo más lamentable fue cuando,
sin percatarnos, tu privilegiado lugar en casa fue ocupado por ese adictivo
aparato llamado televisor.
¿Recuerdas
mi adolescencia? Etapa difícil que nos
llevó a enfrentarnos contantemente por permisos, diferencias y un abismo entre
nuestras generaciones. Fue imposible
tener un amigo en ti; sin embargo, con qué facilidad nos convertimos en
enemigos. Confieso que en algún momento
creí odiarte.
La juventud
me hizo un tanto indiferente a tus primeras canas y arrugas, mucho más a tus
consejos. Creí que necesitaba fiestas,
amigos y mujeres; no las palabras de un padre.
¡Qué
ironía! Los años me dieron madurez, y a
ti, lentitud y el tiempo de sobra para sentarte con calma en el sillón,
deseando tanto hablar conmigo. Pero, créemelo,
mis niños, el trabajo, las ocupaciones… no tenía tiempo.
Hoy aquí
frente a tu tumba hay el silencio necesario para por fin dirigirme a ti; para
decirte lo que nunca antes pude: que te quiero, papá. Desearía quedarme un poco más contigo, hay mucho
que me gustaría que escucharas; pero mis hijos me esperan. He aprendido que no debo postergar una charla
con ellos.
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BRUJA
José Antonio Aguilar
No trates de leerle la mano a un escritor.
Pues sus manos están manchadas por el trabajo sucio.
Calcinare tu nombre en las brasas de mis pulmones
Y regare sus cenizas en una lejana galaxia.
Su espalda de vidrio es censurada
Tan solo por una delgada línea de tela negra.
Su vida es la neblina en el bosque de mi estomago
¡Aspira a loca!
¡Aspira a grandeza!
¡Y aspira a romperme el corazón!
La bruja maquila alas de madera
Luego las enciende con su cigarro
Y observa como su víctima vuela.
Misteriosa como el suelo en un bosque en otoño
Convierte mi odio en burbujas de jabón.
Cargo con su sonrisa en la espalda
Como cuasimodo carga su desgracia
¿Qué no entiendes que soy un mortal, bruja?
No puedo sostener los universos en donde vives
Ni las dimensiones que abarcas
Ni si quiera comprendo las leyes a las que te aferras.
Toca tus sonatas en otro abismo
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EL DIVÁN
Diana Alejandra Aboytes Martínez
Regresó cansada. Abrió la puerta de su casa y la
abrazó a manera de bienvenida, un aroma a soledad que disolvió sus ojos
haciéndolos gotear.
Se
postró en su sillón favorito. Decidió sacar el nudo de palabras acumulado en su
garganta...
Pasaron
los días y un fétido olor emanaba del lugar.
Dos
uniformados tiraron la puerta, se encontraron con el cuerpo de una mujer que
yacía muerta sobre un diván.
Un
curioso que se introdujo al lugar preguntó:
—¿De qué murió?
El
policía respondió:
—Se asfixió con las palabras que nunca
dijo.
ENVEJECER
Lalo Vázquez G.
¿Da tristeza envejecer? Claro que da tristeza, y no
porque te llegaron los años que con orgullo y dignidad los vas cargando, sino
por la sociedad, los conocidos y los desconocidos.
Esa
gente que está muy al pendiente de decirte que hoy tienes una arruga en la
cara, que ya tienes canas, que ya no eres tan alegre como antes, que estás muy
flaco, que estás más gordo, que ya caminas más despacio y así, un sin número de
etcéteras.
Esa
gente, es la que te hace sentir mal. Y yo me siento muy bien, aunque tenga
sesenta o setenta o mil. Yo solo calló, ya no tengo tiempo para aclarar como me
siento, solo los escucho y pienso "pobres imbéciles".
Ese
burdo amigo que te llama viejo, ojalá que llegue a la edad que tú tienes, y si
llega, ojalá se sienta como tú te sientes y ojalá se vea como tú te vez.
¿Que da tristeza hacerse viejo? ¡Claro que sí!
En
verdad es muy triste ver, cómo cada día la gente te respeta menos, aunque hayas
sido un hombre brillante.
Las
faltas de respeto en cualquier parte; si manejas auto, en la calle, en los
bancos, en restaurantes, en el camión. Todo mundo se dirige a ti como, el
viejito, el abuelo, el señor grande, el anciano.
Hablan
a tus espaldas y se refieren a ti como el viejillo, el chavo ruco, el rabo
verde, la momia, el ancestro.
Para
muchos, ya no eres aquel gran señor, ahora tu nombre lo van a acompañar con un
don y un diminutivo
Si
eres José, ahora serás don Pepito, don Lalito, doña Carmelita, doña Mariquita.
¿Que
si da tristeza envejecer?
¡Claro
que da tristeza! pero, ¿envejecer?, no todos tenemos ese privilegio.
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RESACA DE TUMBA
Alfredo Acuña Chimez
Con la resaca de los dilemas de anoche, despierto
hastiado hasta los pelos; escucho murmurar
mi sangre; me arroja la mañana que exige de mi lo que
no tengo. Ganas.
No deseo volver a su rito infinito de días, de calles
vacías,
de desayunos adormilado y tazas de café sinsabor.
No quiero, no puedo, no deseo otro hastío como este.
Musitó.
El reloj marca mi itinerario, lento mensajero, siempre
puntual
y doloroso; échame de tus calles,
ciudad mía, regrésame a mi casa
cansado y fugitivo;
vuélcame las horas
en tu noche, para dormir
de hastío y despertar con
tu resaca.
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YO TAMBIÉN TENGO
CORAZÓN
Por: Javier Alejandro Mendoza González
Hoy me levanté antes que el Sol. Fue el vacío en el estómago o el frío que
calaba hasta los huesos lo que me impidió dormir un poco más. Estiré mi cuerpo. Suspiré
sin ninguna ilusión, antes de recorrer nuevamente las mismas calles de
siempre. Estaba cansado, pero tenía que
hacerlo para sobrevivir. Aún era
temprano. Había pocos autos y poca
gente; menos peligros. Por suerte no
llovió. Hubiera sido insoportable otra
empapada. Me sentí débil, creo que hasta
enfermo. ¿Qué más da? A nadie le interesa mi salud. ¡En fin!
El día pintaba para ser uno más, como cualquiera; como lo fue ayer y
como seguramente lo será mañana… si es que para mí hay un mañana. A veces pienso que sería mejor caer
muerto. Estoy seguro que la gente
pasaría de largo, tal y como lo hace ahora que sigo vivo.
El calor aumentó. El asfalto quemaba. El Sol fue inmisericorde, se convirtió en
lumbre que cayó sobre todo mi cuerpo.
Tenía sed, pero no hubo ni una gota de agua, al menos no para mí. Tenía hambre.
Ya son varios días sin probar bocado.
Mis huesos se pueden contar con facilidad.
Por cansancio me recosté en la sombra que dan los árboles del parque. Soñé que tenía comida y un hogar. Soñé que era feliz, hasta que las risas de unos niños que jugaban con su mascota me trajeron de nuevo a la realidad. Los miré desde lejos. Deseé con todas mis fuerzas que alguien me quisiera así. No hubo una lágrima en mis ojos, pero sí hubo mucha tristeza dentro de mí, pues aunque sea un perro callejero, yo también te
VOLVERTE A
ENCONTRAR
Dulce Alejandra Vázquez M.
Exactamente no sé
que fue lo que me encantó de ti
Solo sé que al verte
o al escucharte
Mueves todo eso que jamás
nadie logró
Quizá sea tu carácter
o tu forma de mirarme
sin decir nada
La pena nos consume
y nos deja sin habla
Tu mirada fija sobre la mía
esperando palabra
Sentimos mariposas cuando nos vemos
es imposible no sentirlas
cómo imposible es
que no voltee a verte
Me agradas
Me siento bien cuando te veo
aunque sea un momento
Tú haces que mis nervios se disparen
Provocas esa risa nerviosa
Esos ojos tímidos
Eso y más
Y como siempre
Cuando te vas
Me quedo con tu mirada
y de nuevo espero
Volverte a encontrar.
PALABRAS Y MÁS
PALABRAS
Cinthya Lucatero
Besos que saben a sal, recuerdos insípidos de una
mente flagelada. ¿Por qué el reloj corre
tan de prisa ahora?, su silencio me agobia, penetrantes y absurdos momentos que
relatan el ser… mi yo ser. Que no encuentro nada en esta vida, más lo que hay
dentro de mis ojos, dentro de mi mente.
La
vida misma había consternado mi rutina. ¿ qué había más allá del panorama? ¿A
dónde van todas esas ideas? Nacen espesas y se propagan de repente.
El
mundo se dispara como gotas… no, no como gotas, como el viento, si, como el
viento, el viento que se muere en su causa o revive las causas. Cuán ajeno me
sentía al sentimiento de todo lo que me rodeaba, canciones que no dicen nada.
¿Tendré yo la respuesta a todo? No, no … no soy un sabio, quisiera serlo pero
no lo soy. ¿La inteligencia basta? No, tampoco basta, las canas, los sueños,
las fantasías, los anhelos, los huesos ya no son los mismos.
Pasos
silenciosos que navegan por cuartos que regalan solo melancolía en sus paredes
blancas, pinturas en los muros. Y el eco de los días se apaga, dejándome
quieto, callado…
¡Nadie
siente como palpita todo esto… todo esto a lo que llamo vida!
+++++++++++++++++
SIN ATADURAS
Bertha Cárdenas
He cortado las cuerdas
de la guitarra que ataban
mis sentimientos hacia ti,
nunca mas tus manos tañerán
la piel que erizaba
las mas bellas sensaciones.
Ya no me cegará
la luz de tu mirada,
ya no me lastima
la noche obscura y solitaria.
Ahora en la mañana
todo es bello y fresco,
no dirijo más mis pasos
en retroceso
ni piso caminos andados.
La piel cansada
abre los poros al aire oxigenado,
vuela por una senda
de horizonte prometedor
donde el menguante
de la luna me espera,
para en luna llena
recitar sonatas humildes
y canciones a capela.
Ya no sangrará la garganta
al decir: ya no te amo,
el ayer se ahogó
en mar de lágrimas secas.
Por fin
he cortado las cuerdas
que ataban una pasión
engendrada en desconfianza.
Por fin
¡Soy libre!
ABRIL SIN
PRIMAVERA
Georgina Gómez Chavarín
Pasan los días como una eterna procesión sin
viacrucis, sin bronceado en la piel ni conejo de pascua
En
este abril sin primavera de puertas cerradas, de rectángulos de esperanza por
dónde penetra el sol crece la nostalgia de recorrer las avenidas, del día de
los amigos, de infantil alegría al vuelo de un columpió
En
este abril sin primavera ni festejo de cumpleaños añoro el calor de un abrazo
el roce de otros labios el reflejo de unos ojos
En
este abril ... sin primavera
LABERINTO
Georgina Gómez Chavarín
En éste momento de soledad de comunión con tu recuerdo
de musical sentimiento que brota por los ojos y resbala por la cara
En
este momento de débil fortaleza, ¿qué estrella miraras? ¿Qué espejo refleja tu
mirada?
¿En
qué laberinto de sonidos de pierde mi nombre no pronunciado por tu boca? ¿Dónde nuestras sombras perdieron
la ruta? ¿En qué momento mi mano perdió el roce de tu piel?
Y mis
labios resecos si la humedad de tus besos sólo pueden enmohecidos repetir tu nombre...
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INOLVIDABLE
Por: Laura Margarita Medina.
Es otoño,
las hojas del árbol caen,
como los recuerdos en mi mente.
Despierto palabras dulces,
para decirte adiós .
Te vas.
Mi ultimo suspiro de añoranza,
se va contigo.
No hay abrazos, besos, ni llanto.
La tormenta se desata en mi interior.
Hace remolinos de nostalgia.
El silencio es mi cómplice
Siento frío, el invierno se acerca .
Te veo partir , mi boca calla.
Mis letras, te volverán inolvidable.
INCÓGNITO
Por: Laura Margarita Medina.
Eres verso callado.
Cumbre de ilusión,
entre ráfagas de ausencia.
Palabras sin tinta.
Sueño utópico.
Beso sin labios.
Cuerpo sin vida.
Alma de nadie.
EL SILENCIO DEL
CAZADOR
Por: Javier Alejandro Mendoza González
Hoy no habrá cuentos ni leyendas. Hoy les hablaré de un gran ser humano. Carlos Javier Aguirre Valderrama, mejor
conocido por sus amigos como el Doctor o
el Cazador de Leyendas, fue uno de los integrantes más constante y querido
del Taller Literario Diezmo de Palabras.
Nació en León, pero eligió a Celaya como su hogar. Fue veterinario de profesión, pero en su
corazón latía su otra gran pasión: las letras.
En su faceta de escritor se especializó en rescatar y perpetuar las
leyendas de la región. Su sentido del
humor y ese entusiasmo con el que redactaba y leía cada una de sus creaciones
las hacía únicas e inigualables; todo un deleite para su público.
Hoy
su voz ha sido silenciada por la muerte; sus manos han enmudecido, no
escribirán más. Sin embargo, con su
partida, una vez más se hacen ciertos los milagros de la vida. Es bien sabido que un ser amado nunca muere,
pues su recuerdo vive para siempre en el corazón de quien disfrutó de su
compañía. Aunado a ello debemos recordar
que el premio de un escritor es ser inmortal, ya que su legado queda marcado en
tinta y papel. Es por ello, que cada vez
que sea leída La Güila Mayor, La Niña del Pujo, La Marrana Diabólica o
cualquiera de sus ingeniosas leyendas, la sonrisa sincera del Doctor renacerá.
Es
cierto que será doloroso ver su lugar vacío en las reuniones, pero no nos ha
abandonado. Puntual como lo era, sólo se
adelantó en el camino.
A
nombre de los integrantes del Taller Literario Diezmo de Palabras me despido
con dolor y cariño de él: Hasta pronto, Doctor; hasta siempre, Cazador de
Leyendas. Descasa en paz, querido amigo,
Carlos Javier Aguirre Valderrama.
CUENTAS
PENDIENTES
Carlos Javier Aguirre Valderrama (+)
J. Guadalupe Pérez Gómez, Antonio Godínez Ramírez y
Juan Núñez Piña ya habían recorrido todas las cantinas de la ciudad de Celaya,
por lo que decidieron bañarse en la piscina que existió en la segunda fracción
de la arboledas, lugar que frecuentaban muchas familias. El día seis de enero
de 1978 el lugar estaba solo. Se
desnudaron y dentro de la alberca empezaron discutir, Antonio le reclamaba a
Guadalupe los veinte pesos que nunca le pagó, lo tomó del cuello y lo apretó
hasta que se lo tronó.
Juan
empezó a gritar:
—¡Déjalo,
mira, ya lo mataste!
—¿Y
ahora que vamos hacer?
—Cada
quien a su casa y cuidado con que abras la boca.
Para
Antonio su vida ya no fue la misma. En las noches, lo veía en la esquina de su
recamara, de donde salían unos olores fétidos del muerto. Y exclamó
internamente "¿Que yo no podré deshacerme de este asqueroso difunto?"
Decidido,
se entregó a las autoridades, quienes lo trasladaron a una celda.
—¡Por
favor, ayuda, ahí está el muerto!,
El
olor era tan intenso que los guardias evitaban entrar.
—¡Por
favor, ayuda!
Cuando
fueron a verlo, los guardias lo encontraron colgado con un pedazo de la camisa
del mismo muerto.
MUJER
Guillermina Carreño Arreguin
I
Eres la oración del universo
tu esfuerzo ha sabido forjar las veredas
Modelar las horas
cambiar los sueños por guirnaldas
Tu culto impulsa a crear y construir
Tu fe mueve cumbres, volcanes
A semejanza de la Virgen María
Quien bajo a su hijo de la Cruz
sin venganza no armas.
II
MUJER eres sublime
lo que construyes
no lo
derrumba el viento
Al pensar en tus hijos
tus hermanos,
tus amigos
en plan de guerra...
te estremeces
Si en tus manos estuviera ser genio
mago o un ser más supremo
Al detonar el cañón y las balas
las transformarlas en pétalos de rosas
Y los estruendos que producen
en cantos
para alabar el costado de Cristo.
III
Mujer al construir
abres los Ados
del mundo
Si el hombre vuela al espacio
tu estas en el infinito
Si él llega a la Luna
estas en la tierra
en lucha
constante
Con tus finos ideales
y el ruego sublime
para disolver los encuentros
de quienes llevan fuego a las escuelas
Y otros fuegos, sin motivo asesinan
Tu ansia de tomar el Sagrario
Bendecir
y poner fin a estas llamas
que llamamos
armas
Creadas por la ambición
y la mala fe
de algunas mentes.
DÍAS ANTES DE
QUE FALLECIERA LA VIEJITA
Martín Campa Martínez
Días antes de que falleciera la viejita tuve un pleito
con ella. Resulta que al tianguis que se instala los días sábados en la plaza
del pueblo, llegó un señor de esos que dizque adivinan la suerte. Puso su mesa
cerca de la banca donde la viejita y yo estábamos sentados, claro cada quien
por su lado. Colocó encima una pequeña jaula que tenía dentro un pequeñísimo
pájaro que inquieto saltaba de un lado hacia otro. Y puso cerca algunas
semillas de girasol y una pequeña cajita, un pequeño artilugio que contenía
varios papelitos doblados donde, supongo, estaba escrita la suerte de aquellos
que decidieran pagar la módica cantidad de veinte pesos sólo por conocerla.
Y
comenzó a gritar el don del pajarito:
—
¡Pase, pase, acérquese! ¡Atrévase a
conocer su destino tan sólo por veinte pesos! ¡Chíflele al pájaro, acarícielo
para que salga a tomar un papelito!
Se
escuchaba tentadora la oferta así que me levanté y pagué para saber mi suerte.
— A
ver, joven, sóplele la cabeza al pajarito para que salga. ¡Ya está! Leamos que
dicen los astros: Serás afortunado en los negocios. Estás a punto de recibir
dinero a manos llenas. Felicidades, joven. ¿Quién sigue?
Me
quedé pensando que sí era cierto lo que había dicho el adivino. Saqué mi
cartera y acaricié el cachito de lotería que acababa de comprar en el
estanquillo de la esquina.
Entonces
la viejita se me quedó mirando y se tiró una carcajada que aturdió a los que
estaban cerca. Y le pregunté a la trinche octogenaria cuál era el motivo de su
burla, a lo que ella me contestó:
— ¡Ay,
muchacho, como estás tonto! A parte de que regalas tu dinero eres un
tarimapendecuaro.
— ¿Un
qué?
—
¡Jajaja! Un pendejo que no conoce a Dios y a cualquier santo se le hinca.
Entonces
la viejita se levantó de la banca y se fue caminando lentamente, hasta perderse
entre el gentío. Quienes estaban cerca se deshilachaban a carcajadas.
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UN MINUTO DE
SILENCIO
Elías González Ramírez (+)
Un minuto de Silencio
Yo soy de cuna humilde y no lo niego,
porque no es un delito, ni es pecado,
tengo el corazón henchido de cariño,
para aquel que es un niño,
para ti, que eres hombre,
para usted que es anciano.
Cuando al mundo llegué,
llegué llorando,
Una tarde de abril, en primavera,
a mis penas las mitigué cantando,
mi triste jacal vivo añorando,
donde viera la luz, por vez primera.
Mas nunca mi rodilla se ha inclinado,
ante grandeza alguna, alcurnia o potentado,
solamente mi brazo se ha estirado,
para darte un abrazo, para brindarte afecto,
y para estrechar tu mano.
Cuando YO muera, no quiero luz,
ni lagrimas, ni honores, tampoco quiero flores,
solo un puñado de tierra con tu mano,
una mirada de tus tristes ojos,
y cobije mi cuerpo un rebozo mexicano.
Que las aguas que bajan de la sierra,
al regresar en mi tierra huela a barro,
y en mi tumba una cruz negra, muy negra,
que tenga por corona, mi sombrero charro.
Que el cortejo camine despacito,
que acompañe a aquel que ya se ha ido,
y que el mariachi me toque muy bonito,
que me toque despacio y muy bonito,
mi canción preferida, mi canción más querida,
mi canción “Cruz de Olvido”.
Que los charros no olviden al amigo,
al que en vida un día les pudo hablar,
que se guarde un minuto de silencio,
porque jamás, y en ningún lienzo,
mi palabra se volverá a escuchar.
CALAVERA A
ESTUDIANTES DE CELAYA
Por Patricia Ruiz Hernández
La Calaca boquiabierta
con la nueva realidad.
Toda escuela desierta
en bien de la sanidad.
Halló miles de mortales
atentos al monitor,
tomaban clases virtuales
en presencia del tutor.
Estudiantes trasnochados
realizaban los deberes,
con miras a ser graduados
atesoraban saberes.
Los alumnos en pijama
quedaron a su merced,
soportaron todo el drama:
la caída de la red.
La Huesuda era cibernauta,
versada en redes sociales,
sabía llevar a la cripta
con seducciones visuales.
Cayeron muchos incautos
con aquel falso perfil,
en calidad de difuntos
se cargó a más de mil.
OCTUBRE 30 2020
DOMINGO DE ARROZ
Tere Morales
La cocina de mi abuela Isa me marcó la vida desde
niña. Añoraba cuando íbamos a visitarla. Cada domingo ella preparaba arroz con
leche que más bien era arroz con agua. Tenía el punto exacto de azúcar, el
arroz esponjado que acariciaba el paladar en cada bocado. No estaba seco como
para comerse a cucharadas ni líquido que solo se pudiera beber. Tenía la
consistencia perfecta.
Más
de una vez me quedé en las vacaciones con ella. Fui testigo cómo desde temprano
preparaba una olla con arroz y agua. La ponía a hervir con el azúcar y la
canela. El aroma de la canela perfumaba primero la cocina después de forma
juguetona salía al patío y se metia en cada una de las habitaciones
de la casa.
Cuando
el arroz estaba listo lo ponía en una barra y al lado unos bolillos crujientes
con los que invitaba a acompañar el arroz.
El
Domingo desde temprano los nietos empezábamos a desfilar por la cocina. Nos
servíamos el arroz acompañado con bolillo y nos sentábamos alrededor de
la mesa. Ella disfrutaba vernos saborear el delicioso postre. Al final del día
la olla quedaba vacía pero en la cara de mi abuela
se dibujaba una hermosa sonrisa y
una satisfacción enorme en el corazón.
Cuando
me despedía de ella le daba un beso y le decía al oído: "gracias por el
arroz".
++++++++++++++
SOY UN SER
VIVIENTE
Josué Fernando Morales
Coordinador de la Tertulias Literarias
del Estado de Guanajuato "José Luis Calderón
Vela"
Soy un ser viviente,
con muy pocos cabellos
en esta limpia frente;
que muere diariamente,
como todos aquellos
que siente que la libran
al despuntar el alba
y mejor no lo gritan.
No tiraré la toalla.
Soy un sobreviviente
de las balas perdidas
que sin entender se salva,
entre el fragor de la batalla
de estas guerras fratricidas,
y se mantiene ileso
sin recibir heridas.
Soy un sobremuriente.
Ya lo dijo Benedetti.
La muerte pasó cerca
por encima de mis pelos
rozando mi cabeza
y crispando mis nervios,
sin encajarme el diente.
Me respetó la parca.
Lo que nos pasa a diario
ya se ha vuelto costumbre.
En este cruel escenario
en donde todo es lumbre
que arde día y noche
sin respetar el sueño;
la delincuencia es dueño
y ella conduce el coche.
De que sirven mis versos?
para que mis palabras?
es un ocio continuo
que no resuelve entuertos.
Mejor será callarme
y taparme la cara
para soñar despierto
que "aquí no pasa nada".
++++++++++++++
DE HABLANTES Y
FUERZAS SILENCIOSAS
Por: Alma A. C. Carbajal Guzmán
La intención del creador muchas de las veces es como
la inconstancia e inventiva del viento,
refugio del afligido y evocación
diferencial en donde reside la caleidoscópica emoción. Al escribir o leer
podemos darnos cuenta como queda sosegada la precipitada voz exterior, entonces
el despliegue del vuelo lo contienen en
absoluto aquellos susurros de la propia interioridad, los cuales dejamos
sepultados por la incesante cotilleo del ambiente auditivo tecnológico. Tras el
cierre de la continua cotidianeidad, para el creador se abre el telón del
silencio, donde puede discernir con la resonancia del alma, la inquietante y
sublime ebullición que todo autor conlleva en el amplio firmamento del
espíritu, la imaginación.
Los
hablantes sin moderación, nos recuerdan la torpeza de la especie ya extinta, no
son más que el residuo del vaivén de la primera comunicación en el ser humano.
El lenguaje se dispuso para ennoblecer el sentimiento, para recuperar las
nostalgias perdidas en el “topus uranus” y para recomponer a través de otros
sistemas de pensamiento y sentir – como
la música – un idioma que permeará hasta
el vacío de lo incomprensible. Luego de mucha observación y horas de escucha,
no tengo mucho que decir, puesto que las palabras seleccionadas con maestranza
del oído, se han vuelto exquisitos espejos, umbrales abiertos al significado
más puro y mesurado, alabanzas resueltas tejidas en la apacibilidad de los
días; el mayor de los descubrimientos ha
sido recapitular – resignificar –
todas las piedras preciosas, tras el eco repetitivo y estertóreo
de la cueva, la garganta que no capta la templanza del alma, es inconsciente de
la existencia misma de su lengua.
SECOS
Por Sara Zepeda Muñoz
La sangre había desaparecido del cuerpo, ninguno de
los presentes sabía qué hacer o qué pensar. A decir verdad, ni siquiera podían
decir algo en medio del Gran Desierto, que en tiempos antiguos había sido
escenario de un cruel suceso. Se decía que en aquel lugar la sangre era
reclamada como una ofrenda para borrar un beso que señalo al que fue
sacrificado para salvar a todo un pueblo.
All Hassann los había conducido al lugar
con cierta dificultad y, aunque él no compartía sus creencias, no podía
explicarse el fenómeno de la desaparición de la sangre del cuerpo.
All
Hassann, nombrado posteriormente por una mala pronunciación como Assasain o
Assaseino, era el jefe de la banda de los que nombrarían más tarde como los
Asesinos.
Él
conocía de la sangre, su olor, color y textura. No encontrar algo en ese
cuerpo, realmente lo consternaba. Pero más sorprendió a todos, cuando el cuerpo
se movió girando el rostro hacia la tenue luz de luna que los iluminaba.
Esa
visión no la podrían olvidar. Los ojos que tenían movimiento, estaban muertos,
sin brillo. La boca de labios secos se entreabría para mostrar sus dientes
blancos y largos colmillos.
Los
grandes investigadores ingleses, destacados por su inteligencia, observación y
el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles, que hasta ese momento
habían permanecido callados e inmóviles, se apresuraron a apretar sus corbatas
metálicas para cubrir el cuello y cerraron sus largas gabardinas, que los
protegían de cualquier arma, para dejar solo al descubierto la cadena de la
cual pendía un gran crucifijo de plata.
Sus manos armadas con una estaca y un mazo, estaban
listas con la pretensión de matar al inmortal.
Trataron de acercarse rápidamente y lograr su propósito, pero no sirvió
de nada, pues sus pies fueron el lugar por donde la sangre saldría de la manera
más extraña. De la fina arena salían pequeñas bocas que los aprisionaban para
succionarlos hasta dejarlos completamente secos.
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