BOCAS QUE DICEN NUESTROS NOMBRES
-2a. Parte-
Desde
hace un tiempo están allí incólumes, pacientes, esperando. Poco notamos su
presencia, su llamado. ¿Qué apuro tienen? ¿Por qué desesperar? La tranquilidad
de quien ya ha ganado una batalla, una guerra, reflejan sus rostros.
Nos
observan, acechan desde lo anónimo.
Podemos
oírlas, cuántas noches sin dormir, cuántas veces las vimos ahí frente a frente
o las espiamos desde lejos sin querer. “No me van a vencer, yo no soy de esa
clase”, dijimos todos.
¿Qué
harán cuando solas y vacías esperen el ritual? Pasos aplastados, almas
quebradas, abrazos que no son, la vanidad de un suspiro, pero siguen allí,
observando desde la espesura del corazón.
Hoy
te tocó a vos, mañana a mí, pude sentirlas elevando su voz, con un grito
demencial, las sentí alrededor y desperté empapado en sudor. El sonido se
acerca, tal vez no escaparé, ayer sentí el tuyo también, hoy ya todo terminó,
el silencio ganado a fuerza de cavar y tapar.
Siempre
supe que las bocas que dicen nuestros nombres saciarían su sed.
Mañana
vendrán por ti y dirán inclementes: Q.E.P.D.
Joselo Marinozzi
(Argentina)
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BOCAS
QUE DICEN NUESTROS NOMBRES
Alan
Varelas
Para
seguir en la noria
a la
que llaman amor,
amén
de tener valor
se
ocupa mala memoria,
pues
para una nueva historia,
hoja
blanca, blanco augura.
Curarse
de lo que cura
es
difícil sin igual;
¡Cuando
la miel causa el mal
tinta
es que mucho perdura!
Quedará
en alguna boca
tu
nombre como una flor
o
(cual Midas por autor)
en
otras como una roca.
Peso
o pétalo nos toca
ser
cuando el fruto madura,
al
llegar la hora más dura
¿de
qué forma nos iremos?
¿En
el viento danzaremos
o
será caída oscura?
Nos
añoran, nos maldicen,
(natural,
si en este juego
habitan
la paz y el fuego)
nos
blasfeman, nos bendicen.
Las
santas bocas que aún dicen
nuestros
nombres en el alba
sacrificando
su calma
-las
que renunciando a amar
olvidaron
olvidar-
de
morir ellas nos salvan.
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INEVITABLE
María
Guadalupe Rivera Núñez
A
través del baldío,
el
viento trajo las ausencias
que
traspasan
las
paredes de mi casa.
Sus
voces salen
de
los muros
y
toman los relatos
que
patean la pelota
olvidada
en el jardín.
El
silencio se pasma
en
el mezcal
que
quema mi sangre.
Voy
tras el blues
de
mis pasos,
mientras
el último llamado
escribe
mi nombre
sobre
una lápida.
FALTAN…
Sandra
Morales Vázquez
Yo
también soy testigo de que he muerto,
has
muerto tú al cabo de los siglos,
dejaste
un silencio de lluvia
impregnado
al trote suave
de
un mes sin horas.
Aún
tengo húmedos los nervios
y la
carne más desnuda,
la
memoria sigue sangrando,
manosea
versos sin terminar.
Estoy
huérfana de sol,
fragmento
de aquellos dedos soy
en
mi ciudad de agua,
fragmento
a cielo abierto.
Los
ojos yacen sobre mi cara,
símbolo
de re-encarnaciones
constantes
y antiguas.
Faltan
tus labios donde naufragué
al
darme tierra.
Falta
a ras de la insolencia mi ausente,
la
frase larga repitiéndose,
falta
el fuego de bocas
que
dicen nuestros nombres en el aire,
al
refugiarse. Falta.
Falta
ese eco armado ya de frío
para
salvar el alma…
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ECOS
Gilda
García
Poco
a poco tus ojos de cristal verde se esfuman,
las
gotas de agua de mar mojan mi interior.
Un
estallido de fuegos artificiales me dejan absorta.
Tus
últimas palabras coronan mi silencio.
¿Por
qué no estás?
Sé
que las bocas que dicen nuestros nombres
solo
murmuran y dejan ecos discontinuos,
pero
yo te llamo, aún te busco en medio de la negritud.
Por
más que huyamos la evocación de sinsentidos nos une.
Esa
nota aguda en el piano destruye mi ensoñación,
y es
cuando tu mano se suelta de la mía sin fuerza.
Tus
pies descalzos dejan una marca en mi territorio.
Sé
que no has hallado el camino de los girasoles.
Esas
flores que ahora no tienen el mismo significado.
Por
lo pronto deletreo tu cabello en mis horas.
Aún
está tibio el café de la tarde.
Sin
ti ya no puedo soñar.
Las
imágenes no son figuras veladas.
Todo
ha vuelto a enfundarse de simple realidad.
TODOS
LOS DÍAS
Ricardo
Pérez Campos
Todos
los días/apenas despertar
derrama
sobre mi almohada la miel de sus enormes ojos
Me
mira intensamente
Acaricia
mi cabello en silencio/Sonríe
A
mitad de la mañana/le contemplo
Quita
un mechón castaño que cubre sus ojos pequeños
Su
mirada parece gris/también olivo/pero ambas y ninguna
Su
sonrisa es una mueca triste
Su
pálida belleza –luna radiante de mis noches oscuras–
dice
a gritos que me ama
eso
me asusta
A
veces quiero huir del espejo de sus ojos de obsidiana
Su
voz es una súplica:
“Quiero
que me sostengas en la paz de tus abrazos
que
las dagas de tus besos marquen mi piel morena
que
hagan tajos de mi mapa
que
vuelvas a mí/como en el principio de los tiempos
que
me explores siempre
que
sacies tu sed y tu curiosidad
en
el manantial de infinita frescura donde nacen mis besos ”
Café/negro/gris/miel/azul/pasto
seco
Todos
los días cambian sus ojos/su cabello
Sus
labios/el color de su piel/el tono de su voz
Son
diferentes a cada instante
y
siempre son las mismas almas
las
mismas bocas
que
dicen nuestros nombres
con
la costra del amor apretando su garganta
La
noche me observa con su ojo bien abierto
me
juzga/me desprecia/me llama cobarde
intento
escapar/caigo rendido de cansancio
los
huesos y los músculos agotados de luchar
de
correr en círculos con los puños y los dientes apretados
El
sueño me vence y al despertar se vuelve a repetir la historia
Todos
los días la misma historia
en
un continuum eterno
incontenible/inagotable…
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DESPERTARÁ
A
Mane, In memoriam
José
Luz Sierra Enríquez
Mamá:
¿Por qué no despierta mi papi?, salió el sol, él no duerme de día.Mi mamamía no
deja de llorar, lleva la mañana abrazada a esa caja color de tierra, sí, esa
donde él duerme, ese mueble frío y feo que huele a panteón. Corta una flor del
ramo que pusieron encima, guárdala, te la regalo, ya no llores, huele bonito,
no como este lugar extraño y sin muebles, solo sillas y una mesa donde hay
café, estaría más cómodo en la cama, en la casa que es de nosotros; también
tengo sueño y quisiera que me subieran donde se encuentra él, un ratito nada
más y luego lo despierto. Tita: no tardará en levantarse, le he hablado para
que se despierte, casi en silencio con murmullos, como hablan todos aquí. No
sé, si me escucha, por qué no le alcanzo a ver, hace rato mi tía me alzó para
verlo y lo miré raro, como tú cuando te maquillas, es el polvo o el humo de
esas velas grandotas que pusieron, quítalas a de tener calor. Le vi la cara muy
blanca, está vestido de traje, no lo regañes si se le arruga, luego se lo
planchamos. Mamá, no llores, él despertará.
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DOS
MUERTES
Claudia Paola
Martínez Klug
Lluvia,
Otoño, Soledad: son los nombres que me has dado.
Lluvia,
por llorar en las noches tristes a tu lado.
Otoño,
por morir contigo cada que tus hojas caían marchitas a tus pies.
Soledad,
por cada madrugada en que te ausentabas de ti mismo perdiéndonos a ambos en la
oscuridad.
Hoy
ya no hay más nombres, ni noches de lluvia.
Hoy
ya no hay más nombres, ni muertes carmín.
Hoy
ya no hay más nombres, ni madrugadas, ni ausencias.
En
mis manos quedan solo las máscaras, los recuerdos rotos, las palabras huecas.
El
vacío que se niega a nombrarse a sí mismo. ¿Cómo podríamos llamar a nuestra
muerte?
¿Cómo
podríamos llamar a nuestro fin?
El
silencio nos ha cubierto, en él no hay redención, ni sinfonías.
Solo
nuestros labios entreabiertos con palabras convertidas en espectros que se
deslizan más allá de nuestros dientes, hasta llegar a nuestras lenguas, hasta
congelar nuestro corazón que angustiosamente esperaba el último beso, el último
adiós.
Mi
nombre es nada,
tu
nombre es siempre.
Nuestro
nombre es nunca.
BOCAS
QUE DICEN NUESTROS NOMBRES
Marco Antonio
Regalado
Bocas
cientos de bocas
por
todas partes bocas
y
distintas lenguas
y distintas palabras
en ciertos instantes
todas
las bocas
de
nuestras vidas
emiten
sentencias
como
oráculos
de
nuestro destino
bocas que dicen
nuestro nombre
y
otras nuestro olvido
bocas
que nos hablan como niños
y
otras que nos hablan como ancianos
bocas
que dicen saber todo de nosotros
y
bocas donde se aloja
nuestro
nombre
nuestro olvido
nuestra muerte.
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*Bocas que dicen nuestros nombres nació por iniciativa
del poeta Martín Campa a través de nuestro taller virtual en FB. Con la
participación de diez mujeres y diez hombres, en dos partes.
**Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya, Gto.
Excelente iniciativa. Felicidades. Seré una boca más que pronuncie vuestros nombres! Jajaja
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