martes, 11 de febrero de 2014

EROS, poesía amorosa, erótica, lúdica y cachonda de autores del Diezmo de Palabras



MONTAÑA BORRASCOSA

Alejandro Martinez  “Palabra Errante“

Montaña borrascosa que de tus caderas deslizan fantasías
Que de tu fauna renace la vida y se amamanta la crudeza 
Que de tus pantanos se desborda tu ánima inerte 
Tu dolor, que me golpea cual garra de tigre 
No llores por mí, que yo no lloraría por tus laberintos silvestres
Tus cabellos son destellos de lo oculto y profano de aullidos de lobos salvajes, excitados por la luna y el misterio de la noche, tu noche, nuestra noche
Sigo perdido en las entrañas de ti, de lo fresco entre las tormentas de tu naturaleza
Atravieso tus campos, profano tus riachuelos, padezco tu frialdad
En la cueva de tu parte más alta he encontrado mi sepulcro

Hoy es buen día para morir en ti, en ti moriré, en tus caprichos húmedos.

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TIC-TAC

Noradino Rodríguez

Tic – tac… el tiempo se anuncia
poniendo su voz en el reloj de pared de nuestro cuarto,
Aún sin luz me parece ver tu pecho desnudo moviéndose al compás de tu respiro,
Ardo en deseos de tocarte,
Poco a poco acorto la distancia hasta tu oído,
Con un beso leve deposito entre tu pelo un callado ¡te quiero ¡
Tu respiración se agita, me acerco un poco más.
Tu sonrisa se abre paso en lo más oscuro del deseo,
Tu mano busca la mía y la deposita en tu pecho,
Como lobos sobre su presa mis labios se apoderan de tu aliento,
Tus brazos rodean mi espalda y los míos la tuya.
Tic – tac suena el tiempo, mas a quien le importa si es que sigue avanzando o se detiene eternamente.
En esta pasión de los dos no existe nada más,
Solo nuestros cuerpos sumergidos en la locura,
Cayendo frenética e inevitablemente al fondo del placer.
Este placer sin miedos, sin sensatez,
Desprovisto de censura de tabúes,
Tan capaz de arrancarnos del suelo,
Y elevarnos a universos desconocidos y lejanos,
Prohibidos a los ojos de los que no aman como nosotros.
Este placer que parece por segundos nos arranca de la vida,
Dejándonos sin respiración al momento de llegar a la culminación del viaje.
Siento tus uñas aferradas a mis manos,
Inmisericordes se hunden como cobrando el placer sentido,
Tu vientre se estremece, Los sentidos se nublan, los cielos se caen, mueren los dioses,
El tiempo se detiene…….
…… un profundo respiro simultáneo, casi sincronizado nos vuelve a la vida, a esta vida.
Adivino tu sonrisa, muerdo tu beso,
Y un dulce te amo nos hunde en el sueño.
….. Tic – tac descansa mi amor, descansa.

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SALIVA Y DESVELO

Martín Campa Martínez

Los amantes se despojan de su luz
al llegar la penumbra.

Se olvidan de todo,
cobijados por la tibieza de un suspiro.
Ni la luna, vestida de nostalgias,
se atreve a molestarlos ahora.

Entonces el viento contempla a esos enamorados
que se beben gota a gota,
ebrios de gozo,
mientras un olor a misterio
invade aquella habitación,
y un profundo terremoto
rompe los tornillos de aquellos cuerpos
que al frotarse sacan chispas de dulzura.

Los amantes -saliva y desvelo-
se untan la lengua uno al otro.

Con leves quejidos hacen trepidar los labios
que nacen en sus manos
y semejan eclipses diferentes.

Los amantes, silenciosos,
se desaguan uno sobre el otro...

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DESCÚBRETE

Javier Aranda

Ven y descúbrete tú misma,
o deja que yo te descubra,
¡suéltate, siéntete y déjate!

Silenciosa, bárbara, negra niña,
nómada como cuando desnuda
accediste a la locura expuesta.

Tú sabes encontrar mi cuerpo,
entretejes la lluvia elemental
con hilo de satín, desnudándote más.

Sales junto al brocal de locura,
transformando un poco mi animal,
mi tumba, mi beso y mi fortuna.

Ahora, indomable médula,
octubre, hermosa misericordia,
muchacha fiera y ninfa…
estatua confrontando mis huesos,
inundas mis temblores fúnebres,
quebrando mis asombros y presagios.

Hoy te encuentras ante mí,
buscándote en mis pupilas,
tropezándote con mi cuerpo.

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AMOR SIN EDAD

Margarita Medina Vega

Quédate conmigo al alba
de espaldas al atardecer.
Y así, tomados de la mano
miremos juntos las estrellas
suspirando por viejas primaveras.
Quédate, y regálame el silencio
de tus sueños ya dormidos.
Siente el calor de mi cuerpo
que desea me regales esta noche,
sin pasiones que atormenten.
Solo la dulce canción de tu mirada
compartiendo un universo.
Besemos nuestros recuerdos
Y de los latidos del corazón,
bailemos una sonata bajo la luna.


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