sábado, 29 de diciembre de 2012

AÑO DE LA CONFUSIÓN


Sol del Bajío, domingo 30 de diciembre de 2012
DIEZMO DE PALABRAS
AÑO DE LA CONFUSIÓN

Mañana será el último día del año 2012. Pero, ¿quién estableció esta fecha?
El día de Año Nuevo es la más antigua y universal de las festividades religiosas. Curiosamente, su historia comienza en una época en la que aún no existía un calendario anual. El tiempo transcurrido entre la siembra y la cosecha representaba un “año” o ciclo. La fiesta de Año Nuevo más antigua que se ha registrado se celebraba en la ciudad de Babilonia. Se situaba a fines de marzo, en el equinoccio de primavera. Los iniciaba un sumo sacerdote que, habiéndose levantando dos horas antes del alba y tras bañarse en las aguas sagradas del Éufrates, ofrecía un himno al dios local de la agricultura, orando para pedir un nuevo ciclo de cosechas abundantes. Tanto desde el punto de vista astronómico como del agrícola, enero es el peor tiempo para comenzar simbólicamente un ciclo agrario o Año Nuevo. El sol no se encuentra en un lugar adecuado del cielo, como ocurre en los equinoccios de primavera y otoño y en los solsticios de invierno y verano, los cuatro acontecimientos solares que ponen fin a las estaciones. El traslado de este día sagrado se inició con los romanos. Según su antiguo calendario, los romanos consideraban el 25 de marzo, comienzo de la primavera, como el primer día del año. Sin embargo, los emperadores y los altos funcionarios alteraron repetidamente la longitud de meses y años para ampliar el tiempo de sus mandatos. Las fechas del calendario guardaban tan poca sincronización con los hitos astronómicos en el año 153 a.C., que para fijar con seguridad numerosas ocasiones de tipo público, el Senado romano declaró el 1 de enero primer día del año. A continuación se produjeron nuevas alteraciones de fechas, y para iniciar de nuevo el calendario, el 1 de enero, en el año 46 a.C., Julio César tuvo que prolongar el año hasta 445 días, por lo que se conoce en la historia como “Año de la Confusión”. El nuevo calendario creado por César fue llamado, en su honor, calendario juliano.
En cierta época, durante la Baja Edad Media, desde el siglo XI al XIII, los británicos celebraban el Año Nuevo el 25 de marzo, los franceses el domingo de Pascua, y los italianos el día de Navidad, que era entonces el 15 de diciembre; sólo en la Península Ibérica se observaba el 1 de enero. La aceptación general de esta fecha sólo data de los últimos 400 años.

Así que si es, o no es realmente el fin de otro año, no importa. Lo que cuenta es la actitud. Veámoslo mejor como un principio y otra oportunidad.
Los compañeros del Diezmo de Palabras, junto con nuestro maestro, Herminio Martínez, les damos las gracias por habernos permitido entrar a sus hogares cada domingo a través de las páginas de El Sol del Bajío. Gracias a Juana Naranjo, a su excelente equipo de diseño y a nuestro gran amigo, su director, Argimiro González. De todos nosotros, para todos ustedes: ¡Feliz Año Nuevo! 



MAL DE AMORES
Por Herminio Martínez

Al hombre, apenas nace,
lo comparan, lo miden,
lo presumen,
se lo prestan al sueño,
se lo confían al talco,
lo bañan en la espuma del cariño,
le hacen su eternidad y se la ponen.
Hasta que llega el día
en que el bozal del alma lo estrangula
porque ya no le cabe la inocencia
en los espacios íntimos del cuerpo.
Entonces el amor lo echa a la calle.
Lo mete a las cantinas,
lo entretiene en los cines,
lo derrumba en el ocio,
lo arropa en la esperanza,
lo acuesta en camas públicas que hieden,
lo regala al rumor,
lo tira a que lo pise la llovizna,
lo avienta a que el ayuno lo triture,
lo sienta en el silencio hasta que llora
y en la tentación hasta que brama.
Lo mece en los columpios del ensueño,
lo refunde en las grietas de la lástima,
lo amarra al palo seco del insomnio,
lo encierra en los corrales del suspiro,
lo arrea hacia la avenida y el paisaje.
Así lo trae al pobre,
cabestreando
como a cualquier hijo de buey.

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RUMOR DE HASTÍO
Por Berenice Patiño Roa.

Olvidé que la muerte, tu muerte,
provocó un delirio, una caída…
Llegan a la piel las esquirlas
que se desprenden de tu esqueleto,
la fragmentación del universo en la ventana,
las prendas desgarradas juegan a cubrir de misterio
un sinfín de memorias, el olor a flores secas y cementerio
se instala en la casa vacía y ésta adquiere un rumor de hastío.
Busco en los cajones las cuentas del rosario
con el que solías rezar e imponer tu voz
para mantenernos quietos cada noche de Navidad,
sólo encuentro soledades acumuladas,
cajas apolilladas que conservan los objetos del abuelo,
y en el último día del año, uno de tus hijos juega a ser héroe,
lanza ráfagas al infinito, súplicas de indiferencia,
el estruendo nos obliga a guardar silencio.
Del hilo pende una piñata que se ha teñido de luto,
unos niños rodeados de inocencia exigen dulces,
junto al mezquite se derraman lágrimas
y los abrazos han perdido significado.
En el corredor las veladoras proyectan una sombra
que no es la tuya sino la del terrible olvido,
que se ríe de mis inútiles intentos para suspender
el desbordamiento de sangre que decora las paredes.
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FIN DE AÑO
Por Javier Aranda

Fin de año se presenta sin pausa,
con presagios, máscaras y amor.
Mayas, muertes, todo hastío,
todo en conjunto…
Fin de año de nueva cuenta.
Año personal de huídas y vuelos.
Año de cráneos y alertas.
Que se acabe pronto.
Fin de año de frialdades y tradiciones.
Gula, desvaríos y regalos.
Se retornan los vicios al vacio.
Aparecen nuevos fantasmas.
Fin de año de dietas y maratones.
Reuniones de cariño familiares amados.
Corajes y risas, todo aberración.
Estupideces, problemas y más muertes.
Se acaba el monstruo endemoniado.
Empiezan las nuevas ganas de vivir,
nueva paz, pizcas de fe y esperanzas.
Abrazos, armonía y deseos inciertos.

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EL DISFRAZ
Por Rosaura Tamayo

Corre la niña en su mundo rosa dentro de un castillo sin reino. Entre muñecas y juguetes se asoma a la ventana y ve el azul del cielo, un arcoíris y un sol bañado en rayos. Canta, sonríe, pinta y escribe con sus colores guardados en una cajita de madera blanca. Juega con sus regalos de años anteriores; a la comidita con sus trastes rojos y sus plateadas cazuelitas de la cocina en miniatura. Un cielo gris se asoma. Un timbre anuncia la hora del disfraz. Se pone tacones, se peina y se pinta el rostro. Sale disfrazada de adulta. Por un instante, no sabe si son minutos u horas, pero llega gustosa a quitarse ese disfraz. Una armadura que la vida misma le pide. Una sociedad que impone reglas y obliga a usar una indumentaria, que esconde al niño o a la niña que llevas dentro. Dicen los adultos: la niñez termina con los reyes magos y los sueños. No permitas que termine también en tu corazón.

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PROFECÍA  NAHUATL
Por Miguel Sánchez

Buscaba un lugar apacible y adecuado para la contemplación del último eclipse del año y salí de la zona urbana. Me instalé en el viejo puente de madera. Mi reloj indicaba las 12:20 de la noche. Al mirar hacia la carretera observé un tráiler, rotulado con la marca de unas galletas famosas, saliendo de la ciudad. Instantes después, a mi derecha, venía un trabajador en bicicleta.
-Buenas noches, amigo.
-Buenas noches –contesté.
Aguardé unos minutos. A las 12:30, hora que habían indicado los astrónomos, comenzaría el eclipse de luna, dirigí la vista hacia ésta, la cual repentinamente se movió de un lado hacia otro, al tiempo que el puente comenzó a vibrar. Todo se iluminó como si fuese de día, pero inmediatamente regresó la obscuridad, en el mismo momento en  que un estruendo retumbó en mis oídos. El temblor aumentó bruscamente su intensidad lanzándome al suelo. Quedé boca arriba viendo como el cielo giraba rápidamente. Asustado, cerré los ojos. En cuanto terminó el temblor, miré hacia arriba para toparme con un cielo tranquilo. La luna estaba quieta, en su lugar; las estrellas tampoco se movían. Aparentemente todo había vuelto a la normalidad, sin embargo yo permanecí recostado unos minutos. Un mal presentimiento me tenía nervioso. No existía explicación coherente a lo que había sucedido. Todo fue tan extraño, que muy angustiado me puse de pie. Me orillé al ver que por el lado izquierdo se aproximaba un ciclista.
-Noches buenas –le dije cuando pasó junto a mí.
-Amigo, noches buenas –me respondió, mientras se alejaba pedaleando hacia atrás, en reversa. Enseguida, al voltear hacia la carretera, vi un tráiler de famosas galletas, entrando a la ciudad, también de reversa. Al ver mi reloj, éste marcaba las 12:20. Libre de preocupaciones por no haber notado algo extraño, regresé a mi casa… iba caminando de espaldas.

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DIOSES
Por Cleotilde Gordoa De la Tejera

Podemos hacer fogatas
en medio de la lluvia nocturna,
iluminando los caminos del sueño
mientras madura la noche.
Podemos hacer florecer hasta el sol
y sembrar música en las nubes,
mientras danzamos al ritmo de la vida
que llega en primavera envuelta en mil colores.
Y seremos dioses en esta nueva era,
acariciando los luceros matutinos,
bebiéndonos con ansiedad los mares,
y escribiendo todos los suspiros.
Y haremos realidad los imposibles,
mientras sembramos todos los caminos,
atrapando imágenes del mundo
para dejarlas volar al infinito.

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Y ME QUITARÉ GENTIL LA MEMORIA
Por Rafael Aguilera Mendoza

Es la hora en que la luna
se posa en los postes
y escurre intermitente de la fronda.
La luna llena tu seno de soles,
esos soles inundan mi lívido
que acude a la cita en su punto.
Deleitarse en tu regazo
es calmar la sed urgente
en un manantial virgen;
es libar la ambrosía,
es saborear el maná.

Tú finges dormir, suspiras,
te estremeces y sueñas
que un dios te fecunda
disfrazado de lluvia de oro.

Mañana te sentirás muy culpable
de tu afición a las lecturas mitológicas,
pero no sufras si vas con tu novio
al encontrarnos en una avenida.
Cortésmente les cederé la banqueta
y me quitaré gentil la memoria.

1 comentario:

  1. Hola, ¿sabe usted si en la zona del bajío hay cursos para escritores o talleres presenciales?. Gracias.

    Fabiola

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