8° CONCURSO DE POESÍA MARÍA LUISA MORENO 2016
-Textos ganadores-
PRESENTACIÓN
La
consigna garcialorquiana reza “la poesía no quiere adeptos, sino amantes”, pero
para tener la posibilidad de ser apasionado de lo poético es necesario comenzar
por ser un aprendiz, desear serlo y poder formarse a crisol desde la
sensibilidad hasta la rigurosidad poética.
El Taller de Lectura, Creación
Literaria y Experimentación teatral CoInspiración y la Galería de Arte, Forma y
Color Café la Taberna hemos llegado a la octava edición del concurso de poesía
María Luisa Moreno, en esta fiesta de las letras agradecemos a los concursantes,
a los organizadores, a los poetas jurados y a los patrocinadores, de manera
especial al maestro Jorge de Haro Duarte por dar vida y formación al colectivo
CoInspiración y a Margarita Barajas por ser una inalcanzable promotora cultural
desde el espacio de la Galería, sin dejar de lado a nuestra compañera en las
letras María Luisa Moreno que nos enseñó la literatura como un estilo de vida.
La emoción crece año con año, porque
un concurso que inició en formato local se ha consolidado, esta ocasión se recibió
de las tres categorías, la cantidad de 159 trabajos de poetas y poetizas de 20
estados de la república mexicana, indicador no solo de éxito sino también de
satisfacción porque la calidad es exigente; nos congratulamos con todos los
participantes y enhorabuena a los ganadores.
Preparémonos para disfrutar las
grafías acreedoras a un lugar en esta edición conmemorativa hecha de forma
artesanal; y la invitación es a seguir en nuestra necedad los que creemos en la
fuerza de las palabras, a continuar porque la poesía puede transformar el
mundo.
Un agradecimiento especial al Taller
Literario Diezmo de Palabras y a El Sol del Bajío, por su apoyo para compartir
estos textos ganadores.
Abisaí Guerra Brito
CATEGORÍA JUVENIL
Primer
Lugar
A EVA, MI POESÍA
Luis
Jorge Caballero
“...tal es la
poesía
que es inmortal y pobre”.
Jorge
Luis Borges
Amada,
¿qué
dogma, impugne y frío dogma,
ha
corrompido tu figura al germinarte de mi costado?
En
un vergel, melancólico y contemplativo,
tu
vocablo me generó espontáneamente
como
un gusano.
Oscuras
fábulas nos hicieron de lágrimas divinas;
otras,
nos emanan de la flor y la barbarie
barro
putrefacto.
Me
has sometido, Eva, ante tu vientre
donde
cualquier ser vivo, humano o no,
nace
salvaje, indomable y perfecto.
Te
encuentro, mi poesía, en manos de pequeños dioses:
deidades
infestadas de cólera, odio y desconsuelo;
otras,
plagadas del pétreo amor, la dulzura y la inocencia.
Y tu
piel entonces
-carcomida
por parásitos, tomada por los ángeles-
yace
infectada por los despojos del dialecto.
Sin
embargo, querida, mi palabra negra
profunda
versará
tu dermis como para sarnarte.
CATEGORÍA LIBRE
Primer
lugar
Poesías
Clásicas
SONETILLO ROMÁNTICO
José
Javier Almanza
Efluvios
de pasión, ciervos perdidos,
Celajes
y destellos son tus ojos;
Pétalos
de un clavel tus labios rojos,
Sonatina
es tu voz a mis oídos.
Del
mundo de lo bello desprendidos,
Dos
cándidos palomos amorosos;
Muy
blancos y turgentes, candorosos,
En
tu mullido pecho forman nidos.
Mátame
de una vez con tanto encanto,
Que
la muerte sin ti mi vida evoca;
Mátame
con tu amor, pues te amo tanto
Que
la dicha de un beso de tu boca.
CATEGORÍA TRAYECTORIA
Primer
lugar
NECROPSIA
(Fragmento)
Cesar
Omar Francisco Avelino
Nota: Las palabras se disuelven
como huellas en la arena.
La gaveta es una tumba de versos
lápida del poeta…
Revelaciones
VI
Amanecí
soñándome.
Con
las pupilas dilatadas
y el
rostro discutiendo con la luna
pálido
como
el sol al caer en el océano.
Me
soñé con la sangre en mis venas
lubricándome
los órganos,
envenenado
hasta mi última neurona.
Se fueron contrayendo mis venas
afligidas,
intentando darme un suspiro
luego
el miocardio arrítmicamente
dio
su última contracción quedo pausado.
Se fueron asfixiando mis células
terriblemente
muertas, deshabitándome,
treinta
minutos entre soplidos y recuerdos,
hasta
que el último indicio de oxigeno feneció.
Mi
olfato
huele
los versos de luto
el
desecho del tiempo
que
ya no existe para los muertos,
los
huesos blandidos en mi almohada.
Me
vi usando ropas blancas,
una
extensa quietud recorría mi casa.
Una
sinfonía de pianos.
Inconfundiblemente el canto de Dios.
VII
Alguien ha besado mi frente
mi
madre, mis hermanas
¿Quién me ama?
No estoy para estrechar la mano,
para
un abrazo en el patio de la casa.
No
estoy.
Es
el mes de junio
día
veinticinco
fecha
para leer mi lapida.
Mi
cabeza viste con capellina
mis
orificios obturados con algodón
formol
en mis arterias
una
sábana blanca de mi cabeza a los pies.
¿Amortajado?
¡Así estoy!
agujas
en una mesa de acero
gasas,
guantes, cubre bocas
y no
sé qué más para un cadáver.
VIII
Inhabilitado
el corazón
para
latir en el oficio literato.
Sin
la sonrisa a diario en mis mandíbulas
con
la ausencia de adrenalina esta mañana.
Mi
lengua deshidratada
cavilaba
estas palabras:
Para
que otras brechas entre calles
despobladas.
Para
que burbujas de esperanzas ante edificios
en bancarrota.
Para
que la poesía ante el abandono de
amorosos.
Para
que el amor ante la insurrección de
emociones
Para
que la sangre en una vida limitada.
Muertos
no son
los
inquilinos del panteón
ni
los que pacientemente esperan en la morgue.
No
son muertos los estrangulados
fracturados
baleados
o a
los que el pentobarbital ha seducido
mucho
menos los que agonizan en hospitales.
Muertos
son los que viven
domesticados
con filosofía barata,
los
que se pudren con riquezas banas
y
son esclavos del egoísmo.
IX
Sé
que ya no estoy aquí en este día que nací
en
las horas que anduve enamorado
robándole
al mendigo la locura de vagar
apaciguando
mi hembra con fantasías
rascando
en el cielo esas leyendas tórridas
que
enloquecen al amar.
Sé
que ya no estoy donde mis pasos transitaron
y
donde los pájaros dejaban caer la inspiración,
estoy
muerto y junto a mi esqueleto
los
versos que nacieron al faltarme.
CATEGORÍA TRAYECTORIA
Segundo
lugar
OSCURA LUZ DE MAYO
(Fragmento)
Iban
de León Salgado
I
¿Quién
puede recordar
la
espiga del verano
que
mojó los almendros y las rocas,
las
plumas del jilguero y el arroyo,
las
tejas, la ventana y la madera
de
una joven cabaña
encendida
en el monte?
Su
nombre es un recuerdo sin voz,
ella
lo sabe,
mientras
va por la noche de sus pasos,
ya
sin ver cómo en el polvo hay un sustrato de su sombra.
Su
nombre ya no importa,
ella
lo sabe:
es
un cuenco su espalda donde se limpia el agua de los charcos.
Y
advierte en la memoria un golpe que no duele pero inquieta,
algo
como una piedra que acompaña el zapato que sí duele,
algo
como una foto donde el sepia está olvidando su epidermis,
algún
verano,
un
gris indiferente de tan bello
que
sí, le duele ahora mientras cae
desde
la infancia estéril de un caballo.
La
memoria, será tal vez
ese
recuerdo que no intenta pero llega.
II
[¿Sueñas,
mamá,
las
mañanas de sol como un retoño
frente
a nuestra ventana?
Un
cuarto en las orillas del invierno
y
una mujer de sombra que entendía
(sin
mirar hacia dentro de sus noches)
el
abandono
del
esposo en la ruina de sí mismo.
Ibas
desde la estufa hasta la mesa
y
dejabas el pan junto al café
y
era un trino tu voz y el desayuno
tejía
esa claridad, la transparencia
del
amor que se gesta en el bautismo
de
las horas del alba.
Luego
la luz de tus pupilas
fue
perdiéndose lejos,
pasó
del negro al gris, una cortina
de
borrascosas nubes:
decías
“ya no distingo y es extraño
cómo
el mundo se oculta de mis dedos
hasta
volverse un eco, una mentira”.
Dejamos
de ser niños y salimos
a
ganarnos el pan, también nosotros,
por
un rumor de calles y banquetas.
Y
trajimos a casa, a ese cuarto
(paredes
confundidas con la herrumbre),
una
moneda cáustica
para
calmar la sed
que
se asentó en la tierra de tus ojos.
Pero
hablaba del tiempo en que reíamos
y
volvías los pasos a ese pueblo
donde
fuiste feliz con tus hermanos.
Y la
anécdota siempre de la lluvia
desgranando
tu voz
entre
lentos maizales,
el
caballo que un día te tumbó
sobre
el lodo de mayo.
Algo
murió esa noche con la fiebre
y su
llanto marchito.
Tu
niñez se alejó con el disparo,
la
escopeta sonando en la distancia, el colorado
que
cerraba los ojos sin quejarse,
sacrificio
del sueño, ágil galope
que
ya nunca escuchaste.
Ahora
caigo de nuevo en la penumbra
y yo
quería decir
que
la infancia sembró,
en
medio de la luz de la mañana,
la
alegría más limpia de la lluvia.]
CATEGORÍA TRAYECTORIA
Tercer
lugar
EL SUEÑO DE DÉDALO
(Fragmento)
Diana
Galindo Barajas
Soy
un remolino de polvo dorado
mi
piel huele a la calle seca
en
el camino dejé la furia de mi mirada
me
ahoga la humareda de los autos.
Estoy
sola
con
la sangre hecha espuma.
¿Dónde
están las fuentes cristalinas?
aquí
sólo aguas putrefactas
gente
hambrienta, con sed
entre
ratas y basura
hay
pies cansados que persiguen
tinta
y papel.
Las
fuentes están encerradas
en
los palacios que sueñan los pobres.
No
quiero que mis huesos
se
sequen como las hojas
de
los árboles en otoño
no
quiero ser agraz polvo
en
este amarilla tarde
quiero
abrazar a mi ángel
besarle
los párpados
no
quiero que el fuego me coma
tiemblo
ante lo incierto del infinito.
La
sal, alimento de ángeles.
Nos
separan potentes mares
allá
no te llegará ni el eco de mis lágrimas
te
cubrirá la nieve mientras tu sangre vaporosa
se
agita en la batalla.
Ven
a morir conmigo, sediento tigre
vamos
hacia el mar negro
a
llenar nuestras copas de sal y agua.
Soledad
es el pan seco sobre la mesa
botellas
de vino vacías
guitarras
con las cuerdas rotas
en
una habitación donde los cuerpos
soñaron.
Sol,
mientras te apagas
llueve
luz violeta
las
mariposas se preparan
para
devorar sangre y carne
y
dejar sólo fragmentos de luz.
*Textos publicados en El Sol del Bajío, Celaya, Gto.
Excelente evento. Poeta Omar, transmites tus palabras a lo mas profundo
ResponderEliminardel corazón.