13 de marzo 1949 – 17 de agosto 2014
PRESAGIO
Me
moriré en silencio, como las hojas
en
medio de verano sin ventarrones;
se
morirán conmigo mis ilusiones
en
el preciso instante de las congojas.
Se
romperá el hilito que me sostiene
incorporado
al árbol de la existencia,
y en
un destello breve de trascendencia
saludaré
a la muerte porque ya viene.
Eso
será una tarde y en lejanía
muy
distante de aquéllos que me han querido,
como
soy candidato para el olvido
una
callada muerte será la mía.
Y no
tendrán sollozos mis funerales
ni
escucharé el responso de los luceros;
sólo
mis tenues pasos por los senderos
y un
apacible viento por los trigales.
Amé,
sufrí, gocé, sentí el divino
soplo
de la ilusión y la locura;
tuve
una antorcha, me la apagó el destino
y me
senté a llorar mi desventura
a la
sombra de un árbol del camino
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