domingo, 17 de marzo de 2019

TODO LO EMPAÑA EL TIEMPO



TODO LO EMPAÑA EL TIEMPO


IN MEMORIAM
Raúl Bravo
(para José Emilio Pacheco)

Empecinado
en ver brotar el agua
en el desierto
y en preguntar al poeta
cómo pasa el tiempo
ayer me enteré
cuando leí la noticia
en internet
sobre la muerte de JEP
le dije a Paulina
que mi padre
siendo yo joven
me regaló
todos los títulos
en aquel entonces
editados por ERA
del poeta
y así como Bukowski
solía pasar
horas y horas
en la vieja Biblioteca
Pública de Los Ángeles
su hogar
y el hogar de muchos otros
vagabundos
yo solía
también
leer y releer
cada poema
de El reposo del fuego
en la Biblioteca México
de la Ciudadela
en donde
ensimismado
con cada verso
sentía
de pronto
en medio de la sala de consulta
que algo
dentro de mí
crecía y se perdía
a cada instante

algo intentaba durar
algo remoto
soy y no soy
-como Heráclito-
aquel que leyó
por primera vez:
Todo lo empaña el tiempo y da al olvido
Los ojos no resisten
tanta ferocidad.
La luz, la luz, su llama
quemando los perfiles de las cosas
y en medio tanta muerte, esos tus ojos:
ojos tuyos, tristísimos, que vieron
lo que nunca miré;
todo lo empañan;
todo es olvido y sombra desenlace.

 en aquel entonces
yo ya me consideraba
un lector
no sólo de literatura
también me interesaba
la filosofía, la psicología,
el arte, incluso la historia
pero si aquellos estantes
me permitieron descubrir
La cartuja de Parma de Stendhal,
El castillo de Kafka,
El amante de Lady Chatterley,
la literatura griega, Así hablóZaratustra.
Ein Buch für Alle und Keinen,
de Nietzsche, Freud, la generación Beat;
considero que El diablo en el cuerpo, de Raymond Radiguet
me llegaba más que El impostor de Coucteau;
La cuenta de los Abalorios de Herman Hesse
en lugar de El lobo estepario;
Los hermanos Karamazov y Crimen y castigo,
de Dostoievski; El extranjero de Camus;
Flaubert, Balzac, Mauppasant,
La muerte en Venecia de Thomas Mann
la crucifixión rosa Sexus  Nexus  Plexus,
y por qué no,
Farenheit 451 de Ray Bradbury.
no era muy consciente
de la necesidad
por expresar
lo que en ese momento
pensaba y sentía
hasta que
ese
rumor sobre rumor
del que habla
JEP
me permitió
toda la noche
ver crecer el fuego
así
antes que Paz, Sabines,
Villaurrutia, López Velarde,
Gorostiza, Cuesta, E.H.,
y Pellicer,
entre tantos otros
en cada poema
de este epitafio del fuego
vislumbré
por primera ocasión
a un poeta mexicano
al que esperaba
-por qué no-
imitar
muestra
de ello
mi primer poemario
Quebrantamientos
del que no poseo
por cuestiones del destino
actualmente
un ejemplar solo

en aquel entonces
vivía
en casa
de unos parientes
de la otra familia de mi padre
especie de comuna
que yo confundí
con el jardín perdido
de mi infancia
en esas circunstancias
antes del íntimo naufragio
las palabras de JEP
cual Buda
le prendieron fuego
a todo lo que conocía:
visible e invisible
mientras el ojo en llamas lo interroga.

Arde el fuego del odio.
Arde la usura.
Arde el dolor.
La pesadumbre es llama.
Y una hoguera es la angustia
en la que arden
todas las cosas.
Llama.
Arden las llamas,
mundo y fuego.
Mira
la hoja al viento,
tan triste,
de la hoguera.
y aunque reconozco
que he visitado muchas bibliotecas
a lo largo de mi vida
al igual que leído
un sinnúmero
de  libros
todos los cuales
conforman mi historia lectora
también es cierto
que aquel primer libro
de poesía
me permitió
aferrarme
a esta realidad
que me tocó vivir

tiene que ver
con ese epígrafe
que utilizó JEP
del libro de Job 36, 20
que dice:
No anheles la noche en que desaparecen
Los pueblos de su lugar.
y muy probablemente
las palabras del poeta
no sean la cima
de la literatura española
tal juicio
proviene más
de las aulas
que del modo
en que un hombre
vive
lo único
que sé
es que gracias
a mi buena suerte
esa poesía estaba
allí cuando yo era
joven y buscaba
algo
a lo que aferrarme
cuando no parecía
haber mucho.
y cuando abrí el
periódico
en la pantalla
y leí la noticia
sobre el fallecimiento
del viejo poeta querido
no pude
dejar de lado
la otra vieja noticia
sobre el incendio
de la amada biblioteca
que Bukowski
cantó
y la destrucción
de la mayor parte de
lo que en ella había
porque qué otra
cosa son los poemas
de JEP sino
LOS ELEMENTOS DE LA NOCHE
EL REPOSO DEL FUEGO
NO ME PREGUNTES CÓMO PASA EL TIEMPO
IRÁS Y NO VOLVERÁS
ISLAS A LA DERIVA
DESDE ENTONCES
APROXIMACIONES
MIRO LA TIERRA
CIUDAD DE LA MEMORIA
TARDE O TEMPRANO

Con qué cinismo
con cuánta desvergüenza o qué locura
después de todo esto nos ponemos
a escribir otro poema.





EN SILENCIO
 Lalo Vázquez G.

¿Qué sientes?
 ¿Sientes lo mismo que yo?
 No, no me respondas,
 quédate así en silencio
 con tu rostro pegado al mío
 déjame disfrutarte
 Quiero sentirte
 olerte
 escuchar tu respiración.
 Siente mi mano como yo siento la tuya
 no es saludo, es caricia
 nuestro abrazo, no es abrazo
 es descarga de pasión sin decir nada
 Cierra tus ojos
 Siénteme
 vive el momento,
 parece que el mundo se puso en armonía
 Las flores, los árboles, los pájaros
Esa música suave,
el ambiente de la habitación
 Y nosotros parados en este balcón
 no, no digas nada
 quédate así, en silencio



CALLES
Lalo Vázquez G.

Camino ahora por esas calles
cuando niño frecuentaba
mi pasada a la escuela
o el regreso a casa.
Jóvenes calles en su época también

¿En qué momento se nos vino el tiempo encima?
Algunas casas en esas calles siguen igual,
el tiempo no las cambió.
Otras, son nuevas y bonitas,
muy pocas quedan que fueron
compañeras de mi infancia.
Ellas me responden con sus grietas en los muros
y hablan por sus puertas carcomidas

El tiempo todos los días pasa por aquí,
a cada una nos marca con la edad y se va,
lentamente.
El tiempo parece ser
—es el único—,
que no envejece




SOBRE LOS RECUERDOS
Por Vero Salazar G.

Quedaré helada en esa tumba
muriendo a cada instante.
Nadie llegará a llorar sobre ella.
Las campanas tocarán 
una canción que rompa el silencio
y se perciba en la piel.
No sientan mi ausencia
ni sufran en los otoños desiertos
donde el recuerdo no se borra con agua.
Cuelguen las sonrisas en el viento
para que las pueda ver.
Así sabré quién me amó…
y a quién le fui indiferente.
Sobre los recuerdos claven una cruz
y mis cenizas tírenlas al tiempo.

+++++++++++++++++++

AMOR ENTRE TINIEBLAS
Por Vero Salazar G.

En las noches discretas
me deslizo entre sombras
el aire no grita, vaga en silencio
por el llano donde los grillos aguardan
sin romper la magia del ocaso.
La luna se asoma y se esconde entre nubes.
Camino presurosa en la penumbra
me confundo en las sombras de un tiempo sin límites,
voy a encontrarme contigo
solo la oscuridad lo sabe y calla,
entiende lo que es una pasión clandestina.



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